Borrón y cuenta nueva

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Adrien's POV

Marinette es Ladybug. 

Era algo que simplemente se repetía una y otra vez en mi cabeza. La chica que solía ser mi compañera de clase es también aquella con la cual peleo codo a codo contra Hawk Moth cada día. Tenía la cabeza hecha un lío, quería salir corriendo y esconderme debajo de una roca y jamás salir. Las escenas de los últimos días seguían reproduciéndose en mi cabeza como un bucle sin fin ¿Era todo parte de algún tipo de simulación? ¿Había una cámara escondida? Sentía que en cualquier momento alguien saldría de un escondite gritando "¡Ja, caíste!". Sabía que eso no iba a pasar, lo cual solo hacía que la pesadez aumentara. Mi malestar no tenía nada que ver con ella, es decir, por supuesto que me enojaba el hecho de que me hubiese mentido. Para nadie es un secreto que odio las mentiras. Aun así, ese era el menor de mis preocupaciones. Una vez pasada la rabia y exaltación del momento, comprendí que Marinette no era el problema, era yo. Gran parte de la frustración que sentía era hacia mi mismo, pero no lo quería admitir.

El día de la excursión al museo, tenía en mente un montón de situaciones posibles, menos la que había vivido. Mi idea era disfrutar la salida, estaba emocionado porque sabía que la escuela de Marinette tenía un convenio con el museo, era algo que había investigado previamente. Tenía la esperanza de encontrarme con ella y finalmente hablar y aclarar el tema que teníamos pendiente. Todo el problema que había pasado en el desfile... Si estoy vivo y sobreviví a la ira de mi padre es en definitiva gracias a ella. Esas últimas semanas me había sentido de la patada, quería dejar todo y me importaba un bledo los desfiles. Mi actitud no fue la mejor, siempre fui consciente de eso, pero estaba cansado de aparentar que mi vida era perfecta, que yo era el estudiante, modelo e hijo perfecto. Dejé de contener mis emociones, pero me al mismo tiempo permití que estas me consumieran y guiaran cada una mis acciones.

Al mismo tiempo estaba pasando la situación con Ladybug. Me sentía herido y traicionado por aquella persona en la que más había depositado mi confianza, por esa persona por la que había dejado todo siempre. No sentí que eso fuese mutuo, me enojé y mandé al carajo mis deberes como héroe. Solo podía pensar en que, si tanto ella quería hacer las cosas sola, pues bueno, yo era su complaciente compañero; fue así como decidí dar un paso al costado y dejar que Ladybug continuara su camino por su cuenta. Fui orgulloso y testarudo, y aunque sé que ella había cometido ciertos errores, yo tampoco supe afrontar correctamente la situación. Ambos estábamos equivocados. Además, estaba en una lucha conmigo mismo, pues una parte de mi quería mantenerse firme ante su decisión de hacerse valer, de finalmente demostrarle a ella que yo era importante y que me necesitaba; pero otra quería salir corriendo y ayudarla. En sus mensajes se notaba desesperada, realmente había urgencia en sus palabras, en sus mensajes. Al final, me convertí en una lucha de egos y fue justamente mi vanidad y rabia quienes lideraron cada una de mis decisiones, al menos hasta que me encontré con ella.

La cara de indignación de Marinette al ver mi comportamiento fue el equivalente a diez mil bofetadas. Ella paró por completo el desfile y me gritó que dejara de hacer estupideces. Una forma muy sutil de hacer reaccionar. Todos los reporteros y demás asistentes me juzgaron diciendo que se me había subido la fama a la cabeza y otro montón de tonterías, que si bien tenían sentido por mi forma de actuar, eran completamente falsos. Solo ella pudo ver había algo más, pero lo que es aún más increíble, solo con ella pude finalmente expresar y decir en voz alta lo que sentía. Alya y Nino sabían que algo pasaba con mi padre, pero, aunque intenté hablar con ellos, las palabras simplemente no me salían. En cambio, Marinette, con un simple abrazo, derrumbó todos los muros e inseguridades que tenía.

"Adrien, no eres una mala persona" me había dicho mirándome con esos intensos ojos azules que parecían arrebatarme los pensamientos, justo como lo hacía Ladybug. Y ahora todo tenía sentido. Esas similitudes tan inquietantes que a veces me ponían los pelos de punta finalmente encajaban. Por fin, después de tanto tiempo, podía ver todo sin la niebla que ocultaba nuestras identidades. Por supuesto que Ladybug era ella ¿Quién más podría serlo? Solo ella podía ver lo que realmente era aunque me estuviese comportando como un imbécil. "No eres una mala persona"... Me lo había dicho con tanta seguridad que por un momento me lo había creído, pero la ironía cruel de la vida era que me había comportado como un troglodita justo con esa única persona que había visto la luz en mí cuando no era más que caos y oscuridad. Me arrepentía de cada palabra que le había dicho, de cada una mis acciones. Probablemente era demasiado tarde. Ni ella ni yo habíamos seguido su propio consejo, ese que justamente el día del desfile me dijo: "Tienes que sacar todo eso que tienes adentro o si no puedes explotar como lo hiciste y todo se va a salir de control". Y vaya que ambos habíamos olvidado por completo eso.

Ladybug et Chat Noir: l'aventure continueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora