(Lukadrien) One-shots

Lamía Final

Esto él lo aprendió a las malas, pero sí haces enojar a una chica, mejor prepárate para unos buenos putazos.

Esa noche en París, un pobre hombre sin cabello estaba probando su propia sangre que se le salía de la nariz, y se agarraba de las costillas que seguro las tenía rotas, todo su cuerpo temblaba por el inmenso dolor que padecía, mientras miraba con una mezcla de ira y miedo, más miedo que otra cosa, a la joven de cabello azabache y traje rojo de vivos negros quien lo miraba con furia y sin ninguna piedad, mientras mantenia los puños cerrados.

Les paso contexto.

Marinette estaba tranquila en su cuarto con los demás kwamis haciendo sus típicas travesuras en todos lados, riendo y jugando alegremente. Ella lo permitía bastante, además sus risas y constantes juegos le servían mucho de consuelo. En estos momentos se sentía terriblemente triste.

Antes estaba ya preocupada por la ausencia de Luka, y esa preocupación creció cuando las noticias de la desaparición de Luka frenaron, que su familia perdió las esperanzas y lo más extraño de todo, Juleka parecía haber olvidado todo, parecía que no supiera que tenía un hermano gemelo desaparecido.

Y luego Adrien, después del viaje no volvió a la escuela, casi inmediatamente se dio a conocer la noticia de que había desaparecido, su padre estaba tan desesperado que Ladybug no dudo en prestarse para buscarlo también. Los sentimonstruos se volvieron más y más agresivos, llamar a muchos aliados era ya una costumbre, al punto en que estaba considerando seriamente en dejarles los miraculous de forma permanente.

Aun que eso sí, los akumas habían desaparecido, era extraño, pero aliviante al mismo tiempo. Lo único que sí, el equipo de héroes funcionaba muy bien, a excepción de un integrante, su compañero de siempre Chat Noir. Tanto su desempeño, como su humor habían cambiado mucho, prácticamente ya no hacía nada, pero al menos siempre estaba ahí, de hecho había estado más presente que antes. Incluso juraba que era el primero en llegar a la acción, casi casi se podía decir que estaba ahí presente todo el tiempo, como si anduviera transformado todo el tiempo.

Pero eso cambió un día, simplemente no apareció, pensó que quizás estaría ocupado pero después de dos semanas empezó a preocuparse por él. Chat Noir no se iría de su lado solo por que sí, ¿y sí algo le pasó?

Primero Luka, luego Adrien, y ahora Chat Noir, ¿por qué parecía que los chicos que más le importaban a ella desaparecían sin dejar rastro?

Pues sus preguntas tuvieron respuestas, de manera súbita escucho un ruido fuerte y estridente en su tejado. Los kwamis dejaron de hacer ruido, se veían algo asustados.

-Calmense chicos- dijo Marinette a las pequeñas criaturas- escondanse en la caja, Tikki ven conmigo, atrás de mi- indicó.

Los kwamis le hicieron caso. Marinette subió a su cama, empujó con lentitud la puertecilla de su balcón, alerta, podía ser cualquier cosa, un sentimonstruo, un akuma o quizás, solo quizás, Chat Noir al fin se digno en aparecer. Abrió la puertecilla, salió y se encontró con la persona responsable del ruido.

-Marinette- saludo el hombre.

-¿Maestro Su-han?- preguntó Marinette contrariada- ¿sucede algo?- pasa que siempre que Su-Han se presenta ante ella es por que ella hizo algo mal.

-Solo quería pasar para darte una grata noticia- dijo Su-han con serenidad.

-¿Qué noticia?- dudo Marinette con desconfianza.

-Que eh encontrado a la persona perfecta para ser tu nuevo compañero, solo falta que lo ponga a prueba, pero sin duda será excelente, no me quedan dudas de eso- explicó Su-Han