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Era un catorce de Febrero, "Día del amor y la Amistad". Como era de esperarse las calles de Seúl estaban repletas de globos, flores y de más. Todos compraban flores para sus parejas, otros compraban subeniles bonitos para regalar a sus amigos. 

Hacía frío y no daban ganas de salir de casa, pero esa tarde tres amigos habían quedado en salir a dar un paseo en bicicleta y comer un rico postre. Taehyung quien se encontraba en casa tapado hasta la cabeza con unas mantas de lana que le había tejido especialmente su abuela para él, estaba con los nervios de punta. Hace más  de dos años, cuando tenía aún trece y su mejor amigo, Yoongi, doce, se había dado más que cuenta de lo exageradamente precioso que era. Siempre lo creyó en realidad, pero en especial ese día del cumpleaños número diez de Jung Hoseok su segundo mejor amigo. Yoongi-shi había llegado con unos pantalones  pegados a sus piernas y una camisa metida dentro de los vaqueros y encima una de botones color verde claro con pequeños cuadritos dibujados. Taehyung se había derretido como nieve en primavera por el precioso pelinegro de cabellos alborotados.

Y es que ese día fue realmente especial, porque Yoongi confeso que no le gustaba nadie de las niñas. Pues el pequeño niño había dicho que eran muy lindas pero que los niños lo eran aún más. Esa tarde fue la mejor para Taehyung, pues eso significaba una cosa y era que tal vez podría tener oportunidad de ser novio del niño de ojos de gatito.

"Taehyung"  la madre del joven chico llevaba más de tres minutos hablándole con la esperanza de que su distraído hijo se quitará las mantas de la cabeza y prestará atención. Cuando finalmente lo hizo, un suspiro salió de entre sus labios rojisos y pronto menciono. "¿En qué piensas,eh?, Afuera están los chicos esperándote" después de haber dicho eso, salió de la escena y fue directo a la cocina.

Taehyung miró de un lado a otro y descubrio su cuerpo a los segundos, miró por la ventana y efectivamente como lo había dicho su madre ahí se encontraban ambos chicos. El castaño claro se encontraba montado en la bicicleta mirando para todos lados y en el césped, sentado con las piernas cruzadas, simulando una meditación estaba el pelinegro de piel blanca y mejillas rositas.
No quería salir. No hoy. El chico estaba realmente nervioso por ver a Yoongi, y es que hace un par de días Hoseok quien tenía un gran sentido del humor y jamás sabía cómo guardar secretos, se le escapó decirle que él chico que estaba sentado en su césped estaba apunto de pedirle que fuera su novio. No le había dicho fecha, pero era casi decifrable, lo pediría el catorce de febrero, osea hoy.

Por supuesto, Taehyung quería ser novio de Yoongi-shi, pero eso no le quitaban los nervios que se estaban apoderando de él a cada segundo que pasaba mirando por esa ventana al lindo pelinegro.

"Rayos TaeTae, ¿A qué horas piensas salir" Él castaño pego un brinco en el lugar, volteando rápidamente hacía atrás, donde el chico de linda sonrisa se encontraba mirándolo fastidiado. "Que esperas, vámonos" dijo Hoseok para después caminar hacia la puerta que se encontraba a unos largos pasos de la estancia.
El castaño ni siquiera dijo una palabra, tomo sus zapatos preferidos y salió de la casa después de despedirse de su madre.

Ahí estaban paseando por algún lugar de Seúl, hasta adelante híba su pequeño amigo Hoseok y atrás estaba él y su preciado compañero de juegos y chistes.
No habían hablado en todo el camino, no porque no quisieran, oh claro que no, si no porque su amigo de carácter risueño había estado todo el camino en medio de ambos, hablando de si mismo y de su película favorita del momento. Yoongi había estado todo el camino mirando hacia enfrente, sin dedicarle una mirada al enamorado, el cual ya se estaba preocupando por ello.

¿Se habrá enojado conmigo?
Porque según yo, no le hecho nada o acaso seguirá enojado porque me comí la última mandarina ese día, no lo creo, ya pasaron cuatro días, aye..-”

𝐘𝐎𝐎𝐍𝐆𝐈 | 𝐓𝐚𝐞𝐆𝐢Donde viven las historias. Descúbrelo ahora