"..."

86 9 0
                                    


Tres días. En otras palabras, no vendió drogas en tres días. Quedo atrapado en su casa y dormía profundamente como un maldito bebé.

Ni siquiera puedes hacer tu trabajo y ganar tu maldito salario.

"¿Qué diablos le pasa a ese perro bastardo?"

Yohan, que estaba murmurando para sí mismo, escuchó su propia voz extraña, que rara vez regresaba. Era espeluznante. Estaba horrorizado.

De hecho, cuanto más pensaba en ello, más loco estaba en muchos sentidos. Si tienes tu antebrazo, es un precio unitario.

Una persona cuya personalidad, modales y sexo vuelve loca a la gente era literalmente un maldito bastardo. Sin siquiera usar un condón, incluso tomé notas sobre como lo había puesto tan profundamente dentro de mí, e incluso yo mismo lo metí dentro. Después de eso, no podía recordar exactamente lo que estaba haciendo, luchando contra el dolor y placer que ese maldito me daba. Lo más molesto de toda esta absurda situación es la pérdida de una camiseta con un colorido estampado de palmeras sobre un fondo rosa.

"Es la camisa que amaba..."

Me pareció extraño y debí haber buscado en otro lado para ofrecer mis productos, ya que solo me dijeron el lugar y la hora donde se realizaría la fiesta, pero era un error hacer preguntas sobre la fiesta de esos humanos con un estatus social bastante alto.

'No era un empleado ordinario de medio tiempo.'

Bueno, Yohan no fue a hacer un trabajo normal de servicio a tiempo parcial, sino que iba a ofrecer droga, así que no hay límite, o normas morales pero... Eso no significaba que no pudiera volver a preguntarle a Carlyle sobre el tipo de negocio que se hacía en ese tipo de fiestas. Si... Se dio cuenta, que podría tener un apodo extraño como Sexy Kitty en lugar de Hello Kitty.

Ni siquiera pudo visitar la casa de Lear, donde estaba instalado el vestidor sencillo.

"Mierda."

Tiene una cara bonita, un buen cuerpo, y no solo es alto, sino que también tuvo que abandonar su preciada camisa por culpa de ese maldito alfa, que tiene mucho dinero. Yohan lloró y volvió a tomar en sus manos la ropa de Lear, que había sido tirada. Pensando que era un desperdicio tirarlo y que debería repararlo, saco su tarjeta de presentación, que estaba escondida entre sus ropas arrugada.

Good Connect -  굿 커넥트Where stories live. Discover now