11. Calor

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Minho me lanzó una mirada salvaje, conmocionado, luego miró a Jisung y éste suspiró como si estuviera aliviado.

—Te lo contaré todo —dijo. —Pero no aquí.

Teniendo en cuenta donde estábamos, esa era una muy buena idea.

—¿Entonces tengo razón? —Preguntó Jisung.

La respuesta de Minho fue rápida y definitiva.

—Sí.

—Y nunca me lo dijiste porque...

—Porque le pedí que no lo hiciera —respondí.

Jisung me miró a los ojos y asintió lentamente.

Alguien pasó junto a nosotros y Jisung le dedicó una sonrisa brillante, aunque falsa, antes de volverse hacia Minho.

—Así que los otros estaban hablando con Jaebum y Jihyo sobre ir a un club. Matthew va a flipar, pero da igual. ¿Supongo que no quieres unirte a nosotros?

Minho negó con la cabeza.

—Sung, soy incapaz de socializar más hoy.

Jisung asintió. Sabía que tres horas era la cuota de Minho de ser su personaje público.

—No puedo creerlo.

—Si quieres que vaya, iré —enmendó Minho.

Jisung suspiró y puso su mano en el brazo de Minho.

—No, está bien. Lo entiendo. Pero te diré una cosa —dijo. —Voy a ir contigo y con Christopher en la furgoneta. Puedes acompañarme y así tendrás quince minutos para contarme todo.

Minho asintió.

—Trato hecho.

Jisung dio una palmada y sonrió.

—Bien. Iré a avisarles. —Y se dirigió a los demás, dejándome a solas con Minho.

Minho se encogió de hombros.

—Bueno, yo quería decírselo. Así que eso fue todo.

Diez minutos más tarde, después de que Matthew organizara lo que había que organizar, la velada promocional terminó y se anunció que Stray Kids se marchaba.

Con la seguridad reforzada, nos dirigimos desde la galería a través del restaurante y el bar hasta las furgonetas que nos esperaban. El público era realmente estupendo, muy respetuoso y educado. Aunque dudaba que la discoteca fuera igual.

Entramos en la furgoneta. Minho subió directamente al asiento trasero y Jisung le siguió, sentándose a su lado. Me senté cerca de la puerta pero me giré para mirarles lo mejor que pude.

Jisung esperó a que la puerta se cerrara. Nos miró a los dos por turnos.

—Tienen quince minutos.

—Quería decírtelo —empezó Minho.

—¿Desde cuándo?

—Desde esta gira.

Jisung asintió lentamente.

—Ya me lo imaginaba. Algo era diferente entre ustedes. Ha habido más miradas de las habituales, más conversaciones privadas.

—Es diferente —respondió Minho en voz baja.

—Y es complicado —añadí. —Obviamente, la gente no puede saberlo.

Jisung me miró como si fuera estúpido.

—Bueno, podría ayudar si no te pasas cada minuto despierto mirándolo como si fuera la primera vez que lo ves. Porque cualquiera en esa habitación esta noche podría haberlo visto. O antes, cuando entró en la sala común y tuve que empujarte para que levantaras la lengua del suelo. Y, debo añadir, que la forma en que lo has mirado no es exactamente ‘’apto para todo público’’.

𝓛𝓸𝓷𝓮𝓵𝔂 •° 𝙼𝚒𝚗𝚌𝚑𝚊𝚗 °•Where stories live. Discover now