15. Multitud

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Viral era un eufemismo.

Fue tendencia en todas las plataformas de medios sociales, junto con variaciones de ‘’Chan y Minho’’, ‘’Minchan es real’’, ‘’Minchan enamorados’’, bla, bla, bla. Estaba en todos los sitios de noticias de entretenimiento, en todos los sitios de música; estaba en todas partes. No sólo estaba la foto de Minho y yo abrazados, sino que ahora se estaban publicando todas las fotos de nosotros juntos. Fotos de hace años, fotos de ayer. Nosotros sonriendo, nosotros en Buenos Aires, en Miami, él esperándome, él arrastrándome a la furgoneta, él llevando mi abrigo, mi mano en su espalda, yo llevando sus cosas...

Tantas fotos.

Fue... bueno, no fue nada bueno.

Entonces entró Kim, con los ojos entrecerrados, con el iPad en la mano, y una de sus ayudantes detrás de él parecía un poco desconcertada, como si acabara de presenciar cómo perdía la cabeza. Nos miró a todos juntos, se fijó en la pantalla con la foto y suspiró como si se aferrara a su último hilo de cordura.

Jeongin se levantó.

—La culpa fue mía. Hice la foto, la subí sin darme cuenta de lo que pasaba en el fondo. Sé que no debí subirla, pero estoy tan acostumbrado a verlos juntos que supongo que no me di cuenta. No lo sé. —Se volvió hacia nosotros de nuevo. —Lo siento mucho.

Kim estaba nervioso y enfadado, aunque dejó escapar un lento suspiro.

—Lo hecho, hecho está. No se puede quitar, está en todas partes. Pero no habrá más subidas privadas hasta que termine esta gira. De nadie. No tengo ni idea de cómo las relaciones públicas van a darle vuelta esto.

—¿Darle vuelta a esto? Si hay una disculpa —dijo Minho, con la voz un poco ronca. Se aclaró la garganta y lo intentó de nuevo. —Si se publica una disculpa porque la oficina central cree que dos tipos abrazados es algo que hay que lamentar, perderé la puta cabeza.

Kim lo miró fijamente, así que le di un golpecito en la rodilla a Minho.

—Cariño, se supone que no debes hablar. —Entonces miré a Kim. —Lo que quiere decir es que si hay algún tipo de comunicado de prensa sobre esto, en absoluto, perderá su mierda. Y yo estaré allí con él.

Minho me sonrió y luego se volvió hacia Kim.

—No les digas nada —dijo, con su voz aún baja y ronca. —No mientas sobre nosotros, no pongas excusas, y absolutamente, bajo ninguna circunstancia debes disculparte. Ya les doy bastante de mí como para dejar que publiquen mierda sobre mi vida personal. Que hablen, que publiquen lo que crean. No me importa. No me disculparé en absoluto ante los fans o el público por ser gay. Esto no tiene vuelta de hoja. No les digas nada. Lo de siempre, y que se joda quien piense que no merezco ser feliz. —Se levantó y se acercó a Jeongin y le tendió el puño para chocarlo. —Todo está bien, Innie. ¿Sabes qué? Me alegro de que esté ahí fuera. Deja las fotos. Si las quitan parecerá que nos echamos atrás, y ahora si quiero tomar la mano de Chris en público, lo haré, joder. Si terminamos aquí, me vuelvo a la cama.

Minho se dirigió hacia la puerta, así que me levanté para ir con él, dándoles a los chicos una sonrisa por encima del hombro mientras salíamos. Estaba muy orgulloso de Minho por haber dicho todo lo que acababa de decir, y por las expresiones de sus caras, los chicos también lo estaban. Y Minho no bromeaba cuando dijo que iba a volver a la cama. Se metió bajo las sábanas, se las subió por la cabeza y se quedó allí. Me uní a él durante un rato, lo controlé de vez en cuando, le preparé más té con miel y limón y le di abrazos y besos en la frente.

Leyó, vio algo de televisión, se quedó mirando la pared. No dormía, no hablaba, pero descansaba su cuerpo, que era mejor que nada. Sin embargo, su mente no parecía ralentizarse en absoluto. Escribía en su cuaderno durante un rato, todavía arropado en la cama, y luego arrancaba un papel y me lo entregaba.

𝓛𝓸𝓷𝓮𝓵𝔂 •° 𝙼𝚒𝚗𝚌𝚑𝚊𝚗 °•Where stories live. Discover now