𝐯𝐢𝐢𝐢. 𝐁𝐥𝐚𝐬𝐩𝐡𝐞𝐦𝐢𝐞𝐬

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Luego de acompañar a Jackson al hospital, ambas regresaron a la escuela y una vez culminado su período de clases se fueron a casa de la Lydia

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Luego de acompañar a Jackson al hospital, ambas regresaron a la escuela y una vez culminado su período de clases se fueron a casa de la Lydia.

Para ambas chicas ya era costumbre ir y venir a la escuela juntas, pues aprovechaban que vivían prácticamente al lado de la otra. Por lo que mientras Hazel pasaba la tarde en casa de su mejor amiga, Blair y Derek tuvieron tiempo de despertar y analizar todo lo sucedido. Los dos adultos se sintieron como tontos adolescentes de nuevo, lo que provocó que ambos, llenos de nerviosismo ignoraran a medias lo que pasó hace unas horas, aunque no podían evitar lanzar miradas al otro cada tanto.

Hazel había planeado dormir en casa de Lydia pero como había prometido a Blair ir a cenar y a ayudarla con un par de cosas relacionadas a Laura. Su prima no le dió mucho detalle.

Al llegar a su casa, anunció su presencia y se dejó guiar por la voz receptora de Blair, quien estaba en el estudio que tenían en la casa, especial para realizar rituales y hechizos.

—Sólo debemos decir esto mientras tenemos a la mano algún objeto de Lau o cualquier cosa que nos relacione con ella —le dijo Blair—. Una de nosotras servirá de intermediaria entre éste mundo y el otro... Esa serás tú, yo iré al limbo para hallar a Laura —Hazel asintió mientras revisaba los escritos antiguos del libro—. Si ves que me empieza a sangrar la nariz, o a tí, deberás detenerte. No sabemos las consecuencias de seguir sin fuerzas.

—Bien —asintió—. ¿Qué usaremos para conectarnos con ella?

—A Derek —respondió, a lo que Hazel la miró—. Es su hermano, es su misma sangre. No tenemos otra cosa.

—Entiendo... —Hazel siguió viendo el grimorio cuando vió los ingredientes que necesitaban y notó que la mayoría no los tenían, al menos no ahí—. ¿Qué hay de los ingredientes?

—Hace un rato fui con Derek a la reserva, revisé lo que teníamos ahí y está lo que nos falta —respondió la rubia—. Igual, algún día tenemos que ir a comprar lo que nos hace falta.

Hazel ladeó su cabeza, sabiendo que su prima tenía razón.

Luego de terminar de examinar los pros y contras, así como también terminar de perfeccionar detalles de lo que harían la noche del día siguiente, Hazel y Blair cenaron compartiendo risas. Al terminar, la menor se despidió de Blair y se fue a casa de Lydia, la rubia por su parte iría a la reserva para encontrarse con Derek.

No había siquiera llegado a la entrada cuando su amiga ya estaba abriendo la puerta con su bolsa en mano. Hazel abrió su boca para inquirir sobre aquello pero Lydia se adelantó.

—Nos vamos —Hazel fue a hablar de nuevo, una vez más cortada por Lydia—. Le darán de alta a Jackson. Iremos a buscarlo, dejarlo en su casa y regresamos.

𝐀𝐓𝐋𝐀𝐍𝐓𝐈𝐒 | 𝘵𝘦𝘦𝘯 𝘸𝘰𝘭𝘧Where stories live. Discover now