𝐢𝐱. 𝐏𝐚𝐢𝐧𝐟𝐮𝐥, 𝐡𝐞𝐚𝐫𝐭𝐛𝐫𝐞𝐚𝐤𝐢𝐧𝐠 𝐦𝐞𝐦𝐨𝐫𝐢𝐞𝐬

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Hazel miraba un punto fijo en la habitación de interrogatorios en la que había sido metida

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Hazel miraba un punto fijo en la habitación de interrogatorios en la que había sido metida.

Sus ojos ardían de tanto llorar. Tenía miedo de perder por culpa de un malentendido a la única familia que le quedaba, miedo de quedarse sola, miedo de perder a su soporte.

La oficial Tara Graeme estaba sentada frente a ella tratando de hacer que dijera algo que los pudiera ayudar, pero lo único que había dicho es que los presuntos asesinos eran inocentes, y que la persona muerta era Laura Hale y que ellos la enterraron porque era un antiguo rito realizado por la familia de la chica, uno que los jóvenes adultos y la adolescente querían respetar.

Stilinski le dijo finalmente que se fuera, que investigarían la identidad del cadáver y pondrían en reparo a Blair y a Derek. El hombre le ofreció a Hazel que se quedara en su casa durante esos días, pero la chica se negó con amabilidad, afirmando que estaría bien.

Mentira. No lo estaría, pero no tenía porqué preocupar a nadie con eso. Había pasado por cosas peores, podría sobrepasar aquello.

La semana había pasado con lentitud para Hazel. El martes y el miércoles faltó a clases, y el jueves regresó, pero se veía mucho más apagada.

Lydia era la única que sabía a medias lo que había causado aquel drástico cambio en la actitud de su mejor amiga. La rubiofresa no insistió en saber la historia completa, sabiendo que Hazel no quería hablar de eso y que no estaba bien mentalmente, y para nada la forzaría a decir algo. Pero también sabía que no debía estar sola, por lo que la invitó a su casa a dormir. Hazel agradecía profundamente aquel acto.

Fue así como el viernes llegó a la preparatoria con Lydia, como era ya costumbre. Cuando entraron, cada una se separó para ir a buscar y guardar sus cosas en sus respectivos casilleros.

Hazel abrió su casillero y sacó los libros de literatura. De reojo, pudo notar una figura alta familiar a la vista a su lado. La curiosidad hizo que girara, encontrándose con aquel rubio de pelo rulo que conoció una semana atrás.

—Hazel Boswell —saludó Isaac con una sonrisa.

—Hola, Isaac —sonrió imperceptiblemente ella, cosa que él notó.

—Estos días has estado... Distinta, ¿estás bien? —preguntó, genuinamente preocupado.

La Farrington sintió un vuelco en su corazón ante el preocupado aspecto del chico. Le agradaba Isaac, y le alegraba saber que el sentimiento de preocupación y agrado era mutuo.

—Tan bien como puedo estarlo en estos momentos —respondió cerrando su casillero y apretando los libros contra su pecho—. Aunque debería ser yo quien te pregunte eso a tí. ¿De nuevo con un moretón más grande que mis ganas de dormir? —trató de bromear al final, pero realmente estaba angustiada por los constantes moretones y cortadas, de un origen desconocido para la chica, que el rubio portaba casi siempre.

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⏰ Última actualización: Jul 25, 2023 ⏰

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𝐀𝐓𝐋𝐀𝐍𝐓𝐈𝐒 | 𝘵𝘦𝘦𝘯 𝘸𝘰𝘭𝘧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora