Prototypa

Capítulo 3: "la pequeña tristeza"

Jhons se dirige a su hogar tan apresurado como puede, antes que las nubes grises suelten la primera gota, llegando a su casa observa a su pequeña y le pregunta a la niñera

 — ¿Cómo le ha ido a ella?

  —No hizo mucho por lo menos pudo comer esta vez y ha podido cambiar de canal, pero otra vez se volvió a quedar dormida— advierte posando sus ojos sobre la dedil pequeña. 

 —Ok —  suspira preocupado — Está bien. Gracias por venir— le entrega su paga y se despiden. Llegando a su habitación, le observa con ternura como dormía pero a la vez acompañado de pura tristeza, agarra la silla y se sienta a su lado para contemplarla. La niña siente la presencia de su padre. Abre los ojos con lentitud —¿eres tu papá?— inquiere con voz lenta.—si, mi pequeña ya llegue, no quería despertarte—no te preocupes— comenta en tono suave  — solo estaba descansando— empieza a toser con fuerza.

 —Te traeré un jarabe para esa tos— la niña le sostiene la manga de la muñeca—no papá— niega con la cabeza— Ya estoy acostumbrada, solo quiero un poco de agua y ya—, su padre agarra la jarra de agua, lo sirve en un vaso y se lo entrega, la niña comienza a beber —gracias papá— después de agradecer cierra sus ojos como si se estuviera desactivando  y una vez más vuelve a  dormir. Jhons no soporta su aflicción y con una  mirada triste observa a su hija, le arropa con la cobija, propinándole un beso en su frente —Que descanses hija ¡te quiero!— dice con voz dulce paternal. Apaga la luz, cierra la puerta marchándose  de la habitación. Una vez metido en su cuarto escucha los fuertes truenos de lluvia que iluminan su habitación, acostado en su cama pensando de todo lo que habló con su amigo pero aún más de la última palabra que le dijo Derek antes de irse. Horas pensando en esas últimas palabras, se queda dormido hasta el día siguiente.

Siente que el sol ilumina su cara, se levanta muy después de su hora habitual y terriblemente llegando en si, percibe que se le hizo tarde, justo entraba la niñera de su hija — No se preocupes señor Jhons, le haré el desayuno, vaya con Dios —... — Muchas gracias Rosa— expresa agradecido, sale corriendo a la universidad, si ni siquiera haberse cambiado de ropa o de afeitarse. 

Entrando a la facultad; cansado y sudoroso, entra al salón y todos sus estudiantes se le quedan mirando con asombro murmurando unos a los otros  <<¿Qué fue lo que le pasó?>>, comienza a dictar la clase sin saber qué objetivo dar y unos de sus estudiantes le interrumpe —Pero..., profesor ya nosotros vimos eso— sorprendido, se da cuenta del inoportuno abandono de su  cuaderno con la clase ya preparada. Estresado y avergonzado, toma la incómoda decisión de comentarle a sus estudiantes— lamento a ver venido en estas fachas y de no poder presentar la clase de hoy pero abandoné mi cuaderno, lo siento mucho—  se marcha del salón sin decir ni una sola palabra, como si estuviera huyendo. Todos sus estudiantes se vieron las caras extrañados y murmuraron. En el baño, se limpia su rostro y se asea un poco, escucha en el megáfono que lo llaman en dirección, algo nervioso acude para allá.

Una vez adentro en dirección, cierra la puerta y observa al director— toma asiento— dice extendiendo los dedos, mientras  se sienta le pregunta —Qué te pasó?

—Es que... lo que pasa que me quedé dormido, señor y dejé mi cuaderno con los apuntes de la clase del día de hoy y por eso no pude dar la clase— contesta tartamudeando el pobre profesor

El director observándolo como si estuviera analizando cada detalle en su apariencia, sin echar ningún gesto responde —Bien Jhons— Junta sus palmas—sabes que al no dar la clase, estas retrasando a tus estudiantes y eso es una falta grave ¿Verdad?.

—Sí señor, comprendo, no lo volveré hacer— afirma nervioso tensando sus dedos

El director continúa ojeandolo, se levanta de su asiento y expresa —sabes que hay muchos profesores que quisieran estar trabajando aquí. Somos una universidad muy prestigiosa, incluso en todo el mundo— se recuesta en su asiento.