Capítulo 18: "Mi querida Puente"

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Eva está caminando por un largo y frío pasillo —¿En dónde estoy?— se pregunta —no te preocupes— dice una extraña voz. Se asusta—¿Quién eres?

—estoy contigo... 

—¿En dónde estás?

La voz ríe sutilmente y dice —Ven— ella camina en estado de alerta por el oscuro pasillo y comienza aparecer unas puertas, sigue adelante y en una se le escapa un destello de luz y se escucha el llanto de un bebé. Curiosa observa el mirador de aquella puerta y ve a una mujer joven acariciando a una bebé—¿y ese bebé?— se pregunta. 

Empieza a notar que detrás de ella se encuentra unos hombres vestidos como médico y otros  de uniforme militar negro y gris, uno de ellos le arrebata el bebé de las manos y  otro la sujeta, ella grita <<¡Por favor no se la lleven!>>, un medico sujeta a la bebé y se la lleva, los otros dos hombres vestido de subordinados militares arrastran a la mujer por los brazos, ella suplica, llora y grita para que le devuelvan a su pequeña. 

El doctor lo mira con una fría mirada como si no le importara la fragilidad de aquella madre, Eva intenta en interceder  pero cuando abre la puerta una corriente eléctrica pasa por su cuerpo y la empuja hacia atrás como si un campo invisible impidiera su intervención, cae al suelo y el destello de aquella luz desaparece. Detrás de ella se encuentra otra puerta y sale el mismo destello blanco pero esta vez se escuchan el murmullo de varias personas más el sonido de las camillas con ruedas, se levanta y observa en el mirador varias mujeres y todas están embarazadas, pero de todas logran distinguir con facilidad a la que estaba acariciando a la bebé, las otras mujeres no se veían bien, estaban pálidas y no se movían, unas chicas con uniforme blanco se llevaban las camillas donde andan acostadas aquellas mujeres dejando solo a una que era la que reconoció.

De la oscuridad  sale el mismo hombre vestido de medico observando a esa mujer con una sonrisa que en vez de tranquilizarla la inquietaba, de repente se escucha la voz y  dice —Ven—, Eva voltea distraída  y cuando vuelve a mirar ya la habitación había desaparecido y solo ve oscuridad, con desconcierto sigue caminando, se activa otro destello en otra puerta, observa a una niña metida en una incubadora y al frente habían un hombre que era el mismo que vio en las dos puertas anteriores, andaba hablando sobre la creación del soldado perfecto, un ser que sea obediente, que no tenga compasión, que no tenga miedo, inteligente y aparte que sea resistente y no fácil de matar. 

Comenzó a ignorar lo que siguió diciendo en tono de orgullo y solo observó a la niña que estaba adentro, le parece muy familiar esa escena pero igual una pregunta le invade su cabeza —¿Quién es ella?— la voz vuelve a decir —ven—  Eva sigue caminando por el pasillo y aparece otra puerta con su familiar destello lumínico, lo alcanza y ve a esa niña siendo inyectada por un líquido purpura y luego introducida a esa incubadora llenándose de un extraño liquido transparente. 

La niña no se ahoga, puede respirar y está dormida—Pero ¿Quién es ella?— inquiere en su interior, ahora escucha los gritos de una mujer saliendo de una puerta que está detrás de ella, Eva apresurada acude a observar. Era la mujer de hace un principio siendo arrastrada por dos hombres uniformados, de la nada salió el mismo hombre de todas las puertas pero ahora con el bebé en sus brazos, la triste madre se pone a llorar desgarradoramente y ya no se resistes a los violentos tratos de los dos militares, el doctor ordena — ¡Arrójenla!  —  los  soldados obedecen y la lanzan al suelo, por ultimo dice — ¡Fuego!  — disparan varios tiros lo suficiente como para perturbarla. Se aleja como si huyera y se agacha, cerrando los ojos brotado de lagrimas y gime sin poder hacer nada, por ultimo escucha  << Que Dios te cuide Eva >> la frase le fue un déjá vu muy penetrante,  su corazón se estremeció, en algún momento de su vida vio aquella aterradora escena pero luego pensó —Eva— eso significa que esa bebé es...— de la nada sale la voz diciendo—Voltea— ella gira precipitada y ve un espejo grande y redondo, se acerca poco a poco a ver su reflejo hasta que el mismo reflejo reacciona como si tuviera vida propia y le dice —Hola Eva— ella se asusta y retrocede —No te asustes...— advierte el reflejo.

PrototypaWhere stories live. Discover now