Capítulo 4; Mentiras

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Al día siguiente

Había un rayo de sol tocando mi rostro, mis manos pasaron por toda mi cara al sentirlo, me retorcí tanto en esa cama, que sentí mis articulaciones arreglarse. Jamás había dormido tan bien. Al abrir los ojos casi me da un ataque cardiaco; el chico pálido sin camisa saliendo del baño que estaba en la habitación, se secaba el cabello con una toalla del mismo color de sus ojos e hizo que eso los resaltara más.

—¡Buenos días! —dije, acomodándome en la cama con los brazos— ¿Dormiste bien?

—No mucho, tus ronquidos me mantuvieron despierto —dijo, haciendo una mueca.

Agh, maldito.

—No seas pesado —le lancé la almohada en la cara.

—¿Me subo arriba de ti? —me escaneó y su cabello rubio pegado a su frente me hizo tambalear.

—Mejor ponte algo que me asqueas —mentí. Y no sé cómo diablos lo logré.

Sólo recibí una carcajada llena de ironía por su parte, y me obligué a no seguir mirándolo.

Mi barriga estaba vacía, tenía tantas ganas de un café. Hice ademán a levantarme de la cama pero escuchamos voces afuera de la habitación, miré a Nick confundida porque no sabía de qué hablaban o quién era, no lo recordaba.

—¡Es la pelirroja! —dijo moviendo la cabeza como si fuese obvio.

—¡Mierdaaa! —Farfullé, mordiendo mi labio inferior

Empecé a buscar mi teléfono entre las sábanas. No sabía que iba a hacer, es la mejor amiga de mi novio y claramente no se quedará quieta.

—¿Has visto mi teléfono? —pregunté, mirándolo en busca de una respuesta—. La carcasa es de gatitos.

—Sí —dijo tronando los dedos en busca del lugar—. Ah, sí, está en el comedor.

—El come que... —puse la mano sobre mi pecho.


La voz de Isaac se hizo presente haciendo que mi corazón se acelerará. Mis manos sudaban y me regañé a mí misma por no decirle a Thomas.

—No, no, no. —La voz de Isaac evitando algo— ¡Es la habitación de mi madre!

—¿Qué importa? Sería divertido hacerlo aquí —Carrie con esa voz tan chillona, que me hacía querer arrancarle la cabeza.

—No creo que sea divertido —dijo Isaac tratando de que no abriese la puerta. La manera de movía con el intento.

Pues la imagen que había en la habitación era de mí recién levantada y Nick saliendo de la ducha.

—Mierda —susurré acercándome a Nick, buscando algún lugar para ocultarlo.

Vi el armario y el baño, no sabía bien qué hacer, no sabía si Isaac le dijo a Carrie que yo seguía con él o no.

—El baño —sugirió Nick, mientras yo lo procesaba y me jaló del brazo tan rápido como pudo.

—¡No, no, no, no! —dije tratando de evitarlo

El alma en su miradaOù les histoires vivent. Découvrez maintenant