Cuando seas mía. Tomar una decisión.

¡¡ESTAMOS EN GRAVES PROBLEMAS!!

Corrí por la sala cuando escuché el timbre.

-¡VOY! -grité.

Me detuve en seco al saber que hacía lo mismo que T/n. Reí divertido negando con la cabeza y apresurándome a abrir la puerta cuando volvieron a tocar el timbre.

-¡¡VOY, VOY, VOY...!!

Vi a T/n correr por el pasillo de arriba bajando las escaleras. Me apresuré a derrapar y reí cuando le gané la puerta.

-Tu no trabajas de mayordomo. -dijo tratando de quitarme.

-Muy lenta, Bonita.

Me negué a que me quitara y abrí la puerta. La sonrisa de ambos se esfumó al ver a la persona que menos me habría imaginado al otro lado. Sentí todo el cuerpo de T/n tensarse.

-Buenos dias. -asintió en forma de saludo.

-Buenos dias... -respondimos nosotros a la par.

Me sentí como un idiota sin saber que hacer. Mi cuerpo dejó de funcionar. Por primera vez estaba viendo a...

-¿Que haces aquí, Archibald? -atacó T/n.

-¿Puedo pasar? -me miró.

-No. -dijo T/n.

Su abuelo la miró con cierto reproche.

-Le pregunté al dueño de casa, hija...-me miró. -¿Puedo?

-Ah... Si, adelante. -me hice a un lado.

T/n tensó la mandíbula y apretó las manos en puños.

Archibald miró todo a su alrededor, creo que esta era la primera vez que venía a casa.

-¿Qué haces aquí, Archibald?-dijo T/n poniéndome detrás de ella, como si necesitara su protección.

-Quiero saber cómo estás. Hace tres meses no se nada de ti. Y en dos días es tu siguiente juicio.

Es verdad. No había escuchado a T/n decir algo sobre aquel tema. Creo que ni siquiera quería hablar de eso.

-Estoy bien. Largo.

Archibald la miró por unos segundos. Me sentía insignificante en medio de su batalla de miradas, sin lugar a dudas intimidarían a cualquiera. Yo me incluyo.

T/n tenía mis respetos al no bajar la cabeza intimidada ante si abuelo.

<<Yo quiero que sea la madre de nuestros hijos.>>

x2.

-Solamente quiero ayudarte, hija.

-No me vuelvas a llamar así. -gruñó -Y no necesito tu ayuda. -dio un paso a él-No quiero tu ayuda. Suficiente me ayudaste con mis padres...

-T/n... -susurré.

Comprendo que estuviera herida y enojada con su abuelo, pero tiene que saber que a pesar de todo, es su abuelo y le merece respeto. No digo que finja que nada pasó, pero no puede reaccionar así. Eso la haría igual a él.

Traté de tomar su mano, sin embargo, golpeó su hombro con el de Archibald cuando lo pasó de largo y subió las escaleras, dejándonos solos.

Apreté los labios mirando la dirección por donde había desaparecido. Suspiré con pesadez.

-Nunca me va a perdonar. -murmuró.

-Creo que lo que más le molesta, es el hecho de que se enterara por alguien más y no por usted. -me miró.

-¿Sigue yendo al psicólogo? -asentí despacio.

-Aún le cuesta trabajo hablar de ello. -Archibald cerró los ojos y suspiró con pesar. -Mire, señor Specter, no quiero ser grosero, pero, ¿Hay algo en lo que pueda ayudarlo?