001. kim jennie is back

1.8K 235 47
                                    

19 años después Jennie estaba de regreso en su ciudad natal, en donde conoció a la niña que ella llamó como "mejillas bonitas" la primera vez que la vió.

—¿Estás lista para ver de nuevo a Jisoo? —pregunta su madre, a la vez que terminaba de meter unas cajas que faltaban en el auto.

—Sí —sonrió con cierta nostalgia—. Estoy algo nerviosa, tiene mucho que no nos vemos —dijo, mientras que seguía a su madre por donde esta caminaba.

La señora dió un suspiro bajando al fin esa pesada caja al suelo de la cocina.

—Te dije que siempre estuvieras en contacto con ella, Jenn.

—Y yo te dije que lo hice, pero después entre a la escuela y era demasiado estrés, así que deje de hablarle poco a poco... Aunque me arrepiento —se sentó en una silla, recargando su mentón en su mano mientras hacía un puchero. Sí, Jennie siempre trató de contactarla, pero vivir allá era tan estresante y pesado que siempre se le olvidaba enviarle una carta.

—Bueno, mejor deja de perder el tiempo y ve a su casa, creo que siguen viviendo en el mismo lugar... Lastima que la casa de al lado no está ahora en renta, sino, hubiéramos vuelto ahí —chasqueó la lengua con fastidio, comenzando a desempacar los utensilios de la cocina. Había empezado a maldecir, así que mejor Jennie salió de su casa.

Las cosas habían cambiado desde que sus padres se divorciaron por la infidelidad de su padre con su secretaria. Ni siquiera para escoger con quién ponerle el cuerno a su esposa era original, así que para la madre de Jennie le había sido fácil dar con la mujer que empezó a dejar besos con labial rojo en el cuello de su marido al llegar del trabajo.

Jennie odiaba a su padre, siempre se había mostrado como un hombre intachable, narcisista y con un humor como la mierda, y al descubrir lo que estaba pasando no pudo evitar sentir odio hacia él, porque gracias a él dejaron el lugar donde había conocido a Jisoo, la niña que hacía que el corazón de la pequeña Jennie latiera con intensidad. Si antes Jennie no entendía por qué pasaba eso, ahora sí.

Mientras caminaba por las calles de Seúl recordó la promesa que había hecho. Siempre pensaba en las palabras que dijo antes de irse. Se pensaba si esa promesa le era tan importante a Jisoo como le era a Jennie.

Ahora tenían 26. Había regresado un poco tarde, pero al menos regresó, esperando a que Jisoo se ponga feliz cuando la vea después de tanto tiempo. Su trabajo le permitía escoger una nueva oficina y cuando vió que había cupo en Corea del Sur no dudo en regresar, junto con su madre.

Finalmente había llegado a la colonia donde se habían criado. No cambió mucho, solo por algunas casas que habían sido pintadas de otro color. La casa de Jisoo estaba intacta.

Estaba algo nerviosa, pues no había confirmado si seguía viviendo ahí o si se había mudado.

Se acercó a la puerta y presionó el timbre. El mismo sonido de hace años. Sonrió al escuchar pasos que se acercaban cada vez más.

La madre de Jisoo había abierto.

—Buenas tardes —dijo, ya que no reconocía a Jennie.

—Soy yo, señora Kim, Jennie —respondió. La mayor se sorprendió y se apresuró a abrazar a la castaña.

—¡Has vuelto! —exclamó mientras la envolvía en un apretado abrazo.

—Mi mamá le manda saludos, esperando que algún día se reúnan de nuevo —comentó, robándole otra sonrisa a la señora.

—Claro que sí, Jennie.

Jennie, algo curiosa, trató de mirar detrás de la señora, tal vez Jisoo se encontraba ahí.

—¡Oh! ¿Buscas a Jisoo? —Jennie asintió con pena— Se acaba de ir con su prometido —la menor se quedó inmóvil, tratando de asimilar lo que había escuchado.

—¿P-prometido? ¿Jisoo se casa? —preguntó como si la señora no se lo acabara de decir.

—¡Sí! Tiene algunas semanas que se comprometieron, te pasaré la nueva dirección de mi hija para que la visites —Jennie no logró reaccionar, la señora había entrado a su casa trayendo de regreso un papel en su mano—. Aquí vive... ¿Te encuentras bien? —preguntó algo preocupada al ver pálida a la menor.

—Sí, solo que me tomó de sorpresa —rió algo incómoda, tomando el papel que la señora le había extendido.

—Ve con cuidado, Jennie. Me alegra que hayas regresado, Jisoo se pondrá muy feliz —se despidió por última vez.

Jennie caminaba de regreso a su casa. Ya no tenía ánimos. Se escuchaba algo egoísta, pero Jennie quería regresar a Nueva Zelanda. Se había arrepentido de venir.

Cuando llegó a casa su madre estaba en la sala tomando algo de vino.

—¿Te fue bien? —preguntó bajando un poco el volumen de la televisión.

—No... Jisoo se va a casar —su madre se alegró por Jisoo, pero recordó que a su hija le gustaba la chica y se puso seria.

—Ay, Jenn —se apresuró a abrazar a su hija, palmeando su espalda escuchándola soñozar.

—Ya hasta se mudo, pero no me atreví a ir... Mamá —abrazó a su madre y después la miró—, quiero regresar a Nueva Zelanda.

Su madre le dió un pequeño golpe en la cabeza y la apartó. Jennie tallaba la zona dramáticamente, haciendo reír a su madre.

—Por Dios, Kim Jennie —rodó los ojos—. Mira, sé que te pone triste, pero primero habla con Jisoo, tampoco te puedes interponer en su matrimonio, hija, al menos ve y felicitala —Jennie iba a reprochar, pero su madre la miró seriamente con sus brazos cruzados.

—Bien —arrastró las palabras, volviendo a tomar su abrigo del perchero para salir de casa otra vez.

Jennie no sabía si era el frío o los nervios lo que hacían que sus manos temblaran. Había llegado a la casa donde ahora Jisoo vivía, y seguramente, su prometido también. Era obvio.

Presionó el timbre un par de veces ya que nadie salía.

—Tal vez no está en casa... —murmuró, dando media vuelta para retirarse. Pero una voz hizo que se detuviera.

—¡Voy! —era imposible no reconocer esa voz. Ahora era un poco más grave, pero sabía perfectamente quién era.

Se giró otra vez en dirección a la puerta, esperando a volver a encontrarse con esos ojos oscuros que se le hacían tan tiernos hace años.

—¿Puedo ayudar- —Jisoo hizo silenció en cuanto vió a la mujer frente a ella— ¿Jennie? —preguntó.

—Hola —saludó con una sonrisa.

La boca de Jisoo se entreabrió un poco, la analizó por unos segundos de abajo hacia arriba, para finalmente reaccionar y correr hacia ella, reteniendola en un abrazo que duró algunos segundos mientras Jisoo le decía cuánto la había extrañado.

—Volviste —Jisoo sonrió al reconocer el distinguido olor de Jennie, ese toque sofisticado que siempre impregnaban sus fosas nasales cada vez que la abrazaba.

—Volví.

promise | jensooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora