promise | jensoo

004. sorry about yesterday

Estaba otra vez frente a la casa de Jisoo. Decidida a invitarle un café. Claro, en plan amigas. Ella ya estaba comprometida y Jennie sabía respetar.

Presionó el timbre y esperó con una sonrisa, hasta que se dió cuenta que eran las siete de la mañana y podía, tal vez, toparse con infiel-Suho yendo a su trabajo.

Oh, Jennie estaba preparada para darle una buena cachetada. Pero la aparición de Jisoo frente a ella hizo que sus piernas temblaran y su cuerpo le fallara.

—Nini~... Digo —corrigió—, Jennie, ¿qué te trae por aquí? —la recibió algo sorprendida por su inesperada visita— Estaba pensando en llamarte para pedirte disculpas por lo de ayer —confesó—, pero luego recordé que no te pedí tu número —dijo, algo apenada.

—Hola, Chu —Jisoo sonrió al oír ese apodo que sólo ella podía decirle. Para Jisoo, oír ese apodo salir de la boca de otra persona era verdaderamente vergonzoso, pero Jennie tenía un toque en su voz que lo hacía sonar lindo y tierno —... Yo vine a lo mismo, pero, ¿qué tal si vamos por un café? —sonrió.

—Jenn, yo-

—Oh, cierto. Suho. Me olvidé, no pasa nada, mejor otro día —Jennie estaba apunto de irse, pero la voz de la azabache llamándola, la hizo detenerse.

—Sí quiero ir —no le dió tiempo a Jennie de decir algo más, Jisoo había entrado por un abrigo y su bolso, saliendo lo más rápido de su casa para darle un largo abrazo a Jennie—. Lamento lo de ayer —susurró mientras la abrazaba.

Jennie dió pequeñas palmadas en la espalda de Jisoo. Y otra vez, su mente se fue al pasado.

—Debes pedirle disculpas, Kim Jisoo —ordenó la madre de Jisoo.

Jennie se encontraba en el piso, llorando después de que Jisoo la empujó por haberle ganado un juguete en un juego del día del niño.

—¡No! Yo quería ese juguete —la pequeña Jisoo hacía un berrinche que estaba provocando estrés a las mamás de ambas niñas.

—¿Sí? Pues debiste correr más rápido —le sacó la lengua y Jisoo comenzó a llorar. La mamá de Jennie llamó la atención de su hija al oírla decir eso, así que mejor ambas madres tomaron a sus hijas y se fueron del lugar, cada una a sus casas. No sin antes pedir disculpas por el comportamiento de sus hijas.

Al día siguiente Jennie estaba frente a la casa de Jisoo, junto con su mamá, llevaba una bandeja de galletas con forma de corazones, Jennie las había hecho. En una bolsa, llevado por su manos izquierda, estaba el dichoso peluche que había iniciado la pelea un día antes.

—¿Lista? —preguntó la mamá de Jennie. Ella asintió— Bien, ya sabes qué hacer —presionó el timbre y en cuestión de algunos segundos la mamá de Jisoo abrió la puerta.

—¿Se encuentra Jisoo? —pregunta con una sonrisa en su rostro.

La pequeña Jisoo se esconde detrás de su mamá, pero esta le da una mirada y rápidamente Jisoo corre hasta Jennie.

—Lamento lo de ayer —salió lo más rápido de su casa para darle un largo abrazo a Jennie.

Jennie la abrazó de vuelta y se separó de ella, mostrándole la bandeja de galletas y la bolsa de regalo.

—Yo las hice, lo siento Chu —le extendió la bolsa. Jisoo vió el contenido e inmediatamente no lo aceptó.

—No, Nini. Es tuyo, tú te lo ganaste. Mamá me dijo que cada quien debe luchar por conseguir lo suyo, tú corriste por él y ahora es tuyo —sonrió. Su madre detrás, sonreía con orgullo al ver a su pequeña hija decir aquello—. ¿Entramos a comer las galletas? Mi mamá preparó chocolate.

La mamá de Jennie le dió el permiso de quedarse y después se retiró.

Y así, salvaron su amistad comiendo galletas en forma de corazón junto con una taza de chocolate caliente.