012. rupture

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—Jisoo, necesito contarte algo.

La azabache frunció el ceño y ladeó su cabeza. Se acomodó mejor para oírla mejor.

—¿Decirme qué? —preguntó, al ver que Jennie no hablaba.

—¡No te vayas a enojar! —suplicaba, tomando las manos de Jisoo, pero la azabache entendía menos.

—Ya, Nini. ¿Qué pasa? —acarició las manos de Jennie.

—Bueno, resulta que el día en que regresé y fuí a tu casa, me topé con Suho al salir... —suspiró— ¡Y él se estaba limpiando una marca de labial que tenía en su cuello! —exclamó con los ojos cerrados— ¡Y el día en que fuimos a su trabajo, la secretaria te veía mal, así que seguramente ella es su amante! —abrió los ojos y tomó el rostro de Jisoo, apretó los ojos asustados y dijo:— Soo, perdón por no haberlo dicho antes, no quería meterme porque tal vez tú ya sabías... Pero como nos besamos, no quiero que te sientas mal cuando él también está haciendo lo mismo —al abrir los ojos se sorprendió por la calma que había en el rostro de Jisoo, hasta estaba sonriendo.

—No te preocupes, Jennie —besó las manos de la castaña—. Ayer yo le ví una marca en su cuello y ya estaba sospechando.

—¿Pero no pasa nada? —preguntó al ver que Jisoo no mostraba nada de interés.

—Nop. Ya te dije quién me gusta en realidad —sonrió.

Jennie iba a hablar pero se vió interrumpida cuando sintió, otra vez, los labios de la azabache sobre los suyos. La castaña se derretía entre los brazos de Jisoo.

Después, Jennie la acobijo en su pecho, protegiéndola del frío con su chamarra. Ambas estaban recostadas sobre la manta, calladas y, varias veces, Jisoo le robaba uno que otro beso a la castaña, haciéndola sonrojar.

—Me voy a separar de Suho —soltó de un momento a otro.

Jennie, a su lado, se sorprendió a la vez que se levantaba. —¿Qué? —preguntó confundida.

Jisoo la imitó, levantándose también. —¿Qué tiene? Él no me ama, yo tampoco. Solo quiero estar contigo, porque... ¿tú también, verdad? —pregunta, mostrando preocupación con su rostro, pues no le había preguntado a Jennie sobre sus sentimientos, pero se pensaba que al aceptarle ese beso, aceptaba que también le gustaba ella.

Jennie sonríe, calmando a Jisoo. —Claro que también quiero, Chu. Siempre quise estar contigo —tomó una mano de Jisoo y beso el dorso de esta.

—¿Regresamos ya? Ya es de noche.

Jennie asintió, levantándose primero y ayudando a Jisoo después. Terminaron de recoger todo y regresaron a casa de Jisoo, tomadas de la mano.

Venían riendo por un chiste que había contado, pero callaron al ver a Suho besando a una mujer, justo en frente de su casa.

—¡Kim Junmyeon! —gritó Jisoo, llamando la atención de este y haciendo que la mujer, al verla, se escondiera detrás de él.

—J-jisoo... Lo puedo explicar —suplicó con sus manos juntas.

Jisoo se apuró a llegar hasta ahí, aún sin soltar la mano de Jennie.

—No, Suho. No hay nada que explicar —negó haciendo una línea con sus labios, mirando después a la mujer que estaba detrás de él— ¡Vaya! Si es tu secretaria —soltó una risa sarcástico y luego le dijo:— Buenas noches, señorita Lee... Mira, Suho. Ya que todos estamos aquí reunidos te lo voy a decir de una vez, iba a esperar hasta la noche que estuviéramos solos, pero me lo hiciste más sencillo —aclaró su garganta y con una relajada sonrisa, dijo: —Terminamos y, obviamente, se cancela el compromiso.

—¿Qué...? —pregunta sorprendido— ¿Es en serio, Kim?

—Demasiado.

Suho, al ver quién estaba detrás Jisoo suelta una risa y se cruza de brazos.

—¿En serio me vas a dejar por alguien que llegó hace tres días? ¡Llevamos saliendo más de un año! —gritó, haciendo enojar a Jennie.

Le iba a contestar, pero Jisoo se lo impidió.

—No quiero discutir, quiero que terminemos bien, Suho. Lo siento, pero nunca deje de amar a Jennie —rodeó la cintura de Jennie con su mano.

Suho suspiró enojado.

—Ahora ve a empacar tus cosas, recuerda que esa casa me la heredó a mi padre y, para tu mala suerte, aún no había puesto tu nombre —se encongió de hombros con una sonrisa—. Así que hagamos esto tranquilo, ve por tus pertenencias. Yo esperaré aquí afuera —ambas dieron un paso hacia atrás para despejar la entrada.

Y así fue. Suho, indignado y ofendido, entró y recogió todo lo suyo, yéndose para siempre. Pero no sin antes decir algo.

—Ojalá seas feliz, Suho. Y perdón por no haberte sido sincera —se quitó el anillo y se lo devolvió.

Suho lo recibió algo deprimido. Ya se había calmado, todo estaba terminando bien. Jennie estaba sentada en la banqueta de la calle, no quería incomodar.

—No pasa nada, Jisoo. Perdóname tú también por no haberte dicho esto ayer en la noche. Espero que tú y Jennie sean felices —ambos sonrieron. Se dieron un último abrazo y Suho, junto con la mujer, se fueron de ahí.

Jennie volteó a verla y le sonrió, dándole a entender que todo estaba bien.

Entraron a la casa entre risas. Daban pasos torpes al besarse mientras subían las escaleras.

—Te amo —susurra Jisoo en el oído de Jennie, para después estirar sus manos por su espalda, jalando del cabello de Jennie e inclinando su cabeza hacia atrás para profundizar el beso.

Y las estrellas de esa noche, brillaron en lo alto del cielo mientras se convertían en una.

promise | jensooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora