Ella es tan prohibida, como mía, choque su auto tal vez no por accidente, deseaba tenerla, llevarla lejos y mostrarle que no podía escapar de mi ni dejar que otros hombres la tocaran, pero tuve que alejarme en las sombras y ver de lejos como jugaba...
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Laia.
El sol entra por la ventana e incomoda mis ojos, me despierto y Taehyung no esta a mi lado, miro por todo el taller pero no había rastro de él, me levanto y miro por la puerta, el auto seguía ahí.
Una respiración entre cortada se esuchaba levemente, provenía del baño, caminé sin hacer mucho ruido con la madera,
Era obvio que estaba en el baño, me acercaba más y era más claro todo, iba regresar pero sólo una palabra me detuvo.
Laia, dijo mi nombre y fuertes palabras sucias las acompañaron. No tenía derecho pero abrí la puerta, su cabeza descansaba en la pared, sus pantalones desabrochados, su miembro erecto y fuera de su lugar me dejaron sin saliva.
—Laia—Me miro y su líquido salió, sostenía su punta con fuerza—Sal de aquí, no debes ver esto—
No le contesté nada ni mucho menos me fui de ahí, lo mire terminar en sus manos, no quite la mirada ni un momento, su miembro era largo, grueso y estaba lleno de su jugo.
Al no marcharme solo me dio la espalda para limpiarse y cubrirse
—Déjame ayudarte—Sería algo que no diría, no tenía vergüenza.
—No, solo vete—Me grito tan fuerte que no lo reconocí, pero eso no me detuvo, di unos pasos mas
—Se que lo quieres, te escuche— alejo mis manos de el, me miro con furia.
No era el Taehyung de la noche anterior, y de nuevo hacía cosas sin pensar, me sentí humillada y avergonzada.
Me estaba entregando como una fácil. Cerré la puerta del baño y solo me encargué de doblar las cobijas, el no me siguió, se quedó ahí en el baño por un tiempo.
Salí del taller y un auto llego a estacionarse, baje los últimos escalones, una mujer apareció frente de mi y lucia furiosa
—¿Donde está?—Era altanera en otro momento le contestaría de la misma manera pero no quería problemas
—Debe estar adentro.—Me miró con odio y entró al taller, azoto tan fuerte la madera que dolían los oídos.
Espere frente al auto de Taehyung y no escuchaba su conversación pero si podía ver sus gestos, ella manoteaba.
Hasta que lo beso, rodee lo ojos y camine directo a la carretera a la lugar donde me había recogido Taehyung como una zorra.
Había más movimiento y más autos, al igual que taxis. Solo uno se detuvo y accedió a llevarme, la tarifa era alta pero no importaba.
Al pasar la caseta pude respirar de alivio, estaba en la ciudad, y pronto mi hogar. Al llegar a mi departamento miles de mensajes llegaron a mi celular.
Todos de trabajo, debía alistarme para ir a la oficina.
Pero antes busqué a jungkook, su auto no estaba así que tampoco en el departamento, su ropa seguía en su lugar, toda la lance a su maleta y la dejé fuera del departamento.
