Can you fix it? -Sterek

.Sebastian.

Muy bien. Las cosas estaban bastante extrañas.

Definitivamente.

— Por...por qué Derek esta desnudo? -murmuró Liam, siendo casi de inmediato interrumpido por el rostro de su esposo.
— No. Tú. Mío -soltó Theo, mostrando ligeramente sus dientes.

Apenas llevaban dos segundos en casa de Stiles y se encontraron con Derek desnudo en el patio trasero, no mames wey. Okay, quizá Theo había pasado demasiado tiempo en México.

— Chicos, tranquilos -soltó Scott a un par de metros de este, parado frente a un asador- —  Un tipo armado saltó la cerca e intento robarnos y Derek se ha transformado en lobo completo para traumarlo psicológicamente -comentó con tranquilidad, dándole la vuelta a un par de carnes, ya estaba acostumbrado a ello.

La manada completa había decidido reunirse en casa de Stiles, mas específicamente en su enorme patio, con el plan de tener una parrillada y una tarde divertida.

— De verdad era necesario? Pudimos mostrarle los dientes y ya, incluso los de Sebastian hubiesen sido suficientes -murmuró Isaac con diversión, con su cachorro completamente dormido entre brazos (por suerte, no querían más traumas).
— Y correr el riesgo de que vuelva y ataque a Stiles? -preguntó Derek, para después negar con la cabeza, comenzando a colocarse su ropa.
— Yo no me quejo -murmuró Lydia con diversión- — Apuesto a que Stiles tampoco, Verdad? -preguntó y todos observaron al nombrado.

Stiles no estaba ahí, bueno físicamente si, estaba sentado en la mesa con el resto, pero mentalmente posiblemente estaba en Marte, su boca se encontraba ligeramente entreabierta y su rostro completamente colorado, dando una vista muy cómica a todo el mundo.

Hace años que Derek es un lobo completo, hace años que este comenzó a transformase sin vergüenza frente a la manada...pero esta vez definitivamente era diferente, esta vez no había ningún contrincante en quien enfocarse, ningunos otra distracción, nada...se había dado rienda suelta para observarle con atención...suma atención.

Y entonces Stiles elevó su vista una distancia considerable y observó el rostro de Derek, quien había comenzando a mover extrañamente su nariz como la bruja de " Hechizada", para después señalar hacia abajo repetidamente con la mirada.

Y por un segundo casi jura haber escuchado en su cabeza la voz de Derek decirle "Cariño, tu aroma".

— Lo siento -murmuró apenado- — Solo estoy impresionado...digo, aún no comprendo lo que pasó, ese hombre entro, rompió un pedazo de mi cerca, saco un arma, la apuntó y dos segundos después un enorme lobo de doscientas libras lo estaba correteando...mientras todos ustedes reían como locos, ni siquiera pudo decir "arriba las manos, esto es un asalto" -admitió, definitivamente aquello no era mentira.
— De verdad, por poco me uno, fue tan divertido, apuesto que aún sigue corriendo por su vida -comentó Malia con burla.
— Tiles - interrumpió un adormilado Sebastian, tallando sus pequeños ojitos con sus adorables manitas.
— Si bebé rulitos? -murmuró con suavidad, llevando toda su atención al menor en brazos de rulos mayor.

El pequeño no dijo absolutamente nada, sin embargo estiró sus brazos en dirección a este y comenzó a abrir y cerrar sus manitas continuamente, en señal de que quería ser sostenido.

Stiles no tardó mucho en pararse de su silla y dirigirse hacia ambos, para luego tomar al cachorro con suavidad entre sus brazos.

Definitivamente no pudo evitar sentirse feliz, amaba a ese cachorro y lo cargaría hasta el día en que su espalda se lo negase por completo, apenas tenía un poco más de 2 años, por lo cual aún le faltaban bastantes años.

Y entonces el corazón de Derek se calentó de una forma inexplicable, mientras que su lobo comenzaba a rascar su interior con emoción, aquella era simplemente una imagen perfecta y que decir del aroma de Stiles combinándose con el aroma de un joven cachorro de lobo...más que maravilloso.

Si Derek tuviese cola en ese momento definitivamente la estaría moviendo.

— Okay, ya fue mucho amor -soltó Isaac con diversión, estirando los brazos para retomar a su pequeño- — Mi lobo está molestándome, es posesivo, lo siento, debes conseguir a tu propio cachorro -intentó explicar relajadamente.
— Entiendo -dejó escapar un puchero, entregando al pequeño de vuelta sin embargo el contrario negó sonriente.
— Es broma, puedes quedártelo un rato, lo amo pero mis brazos están ligeramente entumidos -confesó sonriente.

Después de ofrecerle una divertida mirada que debía ser amenazante este decidió dirigirse hacia su asiento sin embargo el pequeño señaló en dirección al lobo amargado, por lo cual terminó acercándose a este.

— Gracias por defendernos gran lobo supremo, maestro místico de los cuatro reinos -soltó el humano alegremente, con una enorme sonrisa plasmada en su rostro.
— Stiles...-dejó escapar un pequeño gruñido, que fue inmediatamente remplazado por una sonrisa- — Te vez bien -susurró, señalando al pequeño con su cabeza.
— Bebé? -susurró Sebastian, señalando ligeramente el estómago del mayor.

Derek por poco pierde la vida atragantándose con su propia saliva, definitivamente no había un bebé ahí, simplemente sus órganos se seguían acomodando después de haber cambiado de forma drásticamente, dándole la apariencia de estar más relleno. Pero como explicarle eso a un pequeño de 2 años?.

— Si, tío Dedek tiene un cachorro en su barriga -soltó Stiles, haciendo su mejor intento por no reír, de todas formas el niño lo olvidaría en una hora.
— Ha, Ha, muy gracioso -respondió con sarcasmo, rodando ligeramente los ojos, para después inclinarse hacia su oído- — Cuidado con lo que dices -le amenazo.

Por un segundo el corazón de Stiles dio un pequeño vuelco, pensando que quizá había hecho enojar al lobo, sin embargo este agregó algo más, dándole una vuelta completa al asunto.

— Podría hacerse realidad, aunque quizás del otro lado -susurró con más suavidad, dándose cuenta de su error, dejando un pequeño beso sobre su oreja, para después separarse y tomar un poco de distancia- — Viste lo que ese idiota hizo con tu nueva cerca? -cambió de tema, señalando el pequeño daño.
— Si...uh...Puedes repararlo? -susurró, aún afectado por la conversación.
— Claro -respondió con una pequeña sonrisa, para después volver a acercarse al menor y robarle un pequeño y rápido beso.
— Gracias lobito -susurró con una pequeña sonrisa.