.Jealous.

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Stiles jamás imagino que contarle a la manada sobre lo que pasaba entre este y el lobo sería tan...de aquella forma.

Ninguno se había dado cuenta del pequeño beso, ni de ninguno de los pequeños intercambios de afecto entre ambos y la mayoría no sospechaba nada debido a que Derek siempre tuvo aquella extraña sobreprotección del menor y el humano prácticamente vivía oliendo a este.

Pero entonces una manada vecina decidió visitarles con tan solo dos días de aviso. Obviamente nadie quería entrar en guerra o algo por el estilo por lo que la manada accedió a pesar del corto periodo de tiempo.

Todo iba bien, Scott se presentó, después procedió con Stiles y el resto de la manada como en cualquier otra reunión, pero entonces el accidente ocurrió.

Como en cualquier otra reunión de esa clase se organizó una cena de cortesía en el loft de Derek. La manada vecina se encontraba casi en el mismo rango de edades por lo cual no fue muy difícil tener una buena convivencia, sin embargo había un chico mas joven que el resto que no dejaba de observar de más al humano, mientras que una de las chicas más mayores le tocaba o rozaba cada vez que tenía oportunidad y Derek de verdad intento contenerse pero no pudo.

— Se que estoy de pasó pero me gustaría que tuvieras esto, es mi número y el de Dana...dependiendo para que equipo bateas -dijo el chico con algo de cautela, sin querer llamar mucho la atención, deslizando suavemente un papel sobre la mesa.

Derek estaba sentado justo a lado de Stiles por lo cual no tardó en reaccionar, tomando el papel y empujándole de regreso hacia el chico frente a ambos.

— No es necesario -interrumpió Derek, soltando un ligero gruñido.
— Lo lamento grandote, eres muy apuesto pero no te he preguntado a ti -respondió, volviendo a deslizar el papel hacia el humano.

A ese punto todo el mundo les estaba observando, era imposible ignorar la amargura expedida por el cuerpo de Derek, quien definitivamente estaba a nada de voltear la mesa.

— Verás yo...-Stiles intento defenderse pero Derek le interrumpió con un pequeño golpe sobre la mesa.
— Dije que no es necesario -repitió, mostrando ligeramente sus dientes, mientras que sus ojos parpadeaban azul eléctrico.
— Derek...-el menor susurró con suavidad.
— Mío -soltó en un gruñido casi animal.
— Tuyo? Ni siquiera le has reclamado, es más, puedo asegurar que ni siquiera han tenido sexo o algo cercano, es muy fácil de oler -contraatacó, sonriendo desvergonzadamente.
— Sean -le llamó su alfa, Athena, pero este le ignoró.
— MÍO -repitió, colocando ambas manos sobre la mesa, garras completamente expuestas.
— Derek, basta, tranquilízate -interrumpió Scott, medio utilizando su voz de alfa para no asustar al resto de los betas.

Derek le ignoro. La pelea parecía inevitable.

Nunca debes cortejar a la pareja de otro lobo, mucho menos de uno que fue un alfa y muchísimo menos a la pareja de un Hale.

Y entonces pasó lo impensable.

En un increíblemente rápido movimiento Stiles tomó el rostro del lobo y le besó frente a todos. Le besó con fuerza, con salvajismo, apasionadamente, casi como si los papeles hubiesen cambiado y honestamente nadie podía creerlo.

Y finalmente el lobo se tranquilizó.

Y una vez más el amor evitó la guerra.

— Tranquilo lobito celoso -murmuró sobre su boca, dejando un pequeño beso para después separarse.

Todo el mundo estaba en silencio, la manada por la sorpresa y la manada vecina por incomodidad, el único sonido al rededor era el corazón desbocado del ex alfa, la situación era toda una locura.

Después de un ligero y confuso intercambio de disculpas la manada vecina se marchó en buenos términos, Sean Howard al parecer era un nuevo beta con muy poca experiencia que no sabía sobre los límites y pues en el caso de Derek...al parecer tenía completa razón de ponerse de aquella forma, no se debe cortejar a la pareja de otro lobo (aunque este no la reclamara oficialmente) sin embargo Scott se disculpo por el mal entendido (más por cortesía que por otra cosa).

La noche llegó y todo el mundo fue a casa a excepción de Stiles, quien seguía aprisionado por el lobo, más específicamente por su cuerpo. Era obvio que su lado animal estaba tomando ligeramente el control.

— Derek, hey, todo el mundo se ha marchado, Podrías volver? -susurró suavemente, ligeramente preocupado.

Ambos se encontraban sentados en el sofá del mayor con una película de fondo, con Stiles como único televidente, mientras el lobo le aferraba contra su cuerpo con algo de fuerza.

— No, mío -casi lloriqueo, tallando su mejilla contra la cabeza del humano.
— Vamos lobito, te daré un premio si te comportas -le ánimo.
— No -soltó, apretando ligeramente más su agarre.

Y entonces a Stiles se le ocurrió algo que definitivamente le regresaría a la tierra.

— Mi licuadora se descompuso esta tarde cuando estábamos preparando la comida, Puedes repárala? -preguntó, esperanzado de que aquello quizá le recordara su humanidad.

El lobo guardo silencio por un par de segundos para después aligerar su agarre, haciendo pensar al menor que este estaba de vuelta...sin embargo...

— No -respondió como niño pequeño.

Stiles solo alcanzó a suspirar antes de ser completamente recostado sobre el cuerpo del mayor. Okay...quizá aquello no era tan malo, Derek es bastante cómodo.

— Te...te amo lobito tóxico -admitió completamente sonrojado.
— Te amo Stiles -susurró el contrario.

Y bien parecía que Derek finalmente estaba de regreso.

— Lo siento -agregó apenado, marcándole ligeramente con su aroma.
— Tranquilo grandullón, todo esta bien, es parte de tu instinto, no es tu culpa -sonrió ligeramente, apretándole con suavidad.

Definitivamente amaba el hecho de que Derek no había respondido a su confesión con un simple "yo también" o un "y yo a ti", había dicho las palabras al pie de la letra y aquello le causaba un extraño y buen calor en su pecho.

— Te amo -repitió el lobo, dejando un pequeño beso en su mejilla.

Sup, Qué opinan de Derek? Haha.

Can you fix it? -SterekWhere stories live. Discover now