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La chica de mejillas abultadas comía en silencio, sintiendo la intensa y para nada disimulada mirada de Somi, le costaba tragar, no podía dejar de estar nerviosa

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La chica de mejillas abultadas comía en silencio, sintiendo la intensa y para nada disimulada mirada de Somi, le costaba tragar, no podía dejar de estar nerviosa. Comer en público no le era muy fácil, mucho menos si tenía justo enfrente a aquella chica que alborotaba sus hormonas.

—¿Le gusta? —preguntó la menor, refiriéndose a la pasta al pesto que habían ordenado.

—Está delicioso. —respondió con voz baja.

Somi pasó una mano casualmente por sus cabellos, tal y como Tzuyu le había enseñado. Jihyo asintió cohibida por el acto. Somi se veía más atractiva de lo normal.

Hubo un muy largo e incómodo silencio. El sonido de los grillos era lo único que se escuchaba, preocupando a Jihyo, no quería que algún animal le saltará encima, o peor aún, que se metiera en su preciada comida. Somi no se resistía a mirar a la gordita, a sus mejillas, a la manera en que sus labios se movían con ternura cuando comía, al tono rojo de su rostro cada que sus miradas se encontraban por escasos segundos, lo tierna que lucía en esa ropa enorme y su chillona y suave voz, podría escucharla por horas hablar y jamás se casaría. Ella amaba todo de Park Jihyo.

Una canción que Somi conocía muy bien empezó a sonar en el jardín, pudo ver a la recepcionista dentro del restaurante regalándole una sonrisa, tratando de darle ánimos.

—Unnie, yo... Um, y-yo me preguntaba si... —Somi habló entre pausas, tratando de encontrar las palabras adecuadas. Jihyo centró toda su atención en la menor— ¿Quiere bailar conmigo?

Parpadeó desconcertada. ¿Debería? Ni siquiera sé bailar, pensó Jihyo. Miró su plato con pasta, seguía lleno y su estómago rugía por atención, pero decidió ignorarlo. Debía seguir su dieta.

—Creo que está bien. —aceptó la propuesta, felicitándose internamente por no tartamudear.

Somi se levantó torpemente de la silla, río para si misma ante lo desastrosa que podía llegar ser. La mayor dejó de respirar al darse cuenta de que Somi iba en serio, estaba aterrada, no quería arruinar nada. Imitó la acción de la menor y se acercó lentamente, observando con nerviosismo sus zapatos. Una vez que estuvieron lo suficientemente cerca como para que Somi tomará a Jihyo por la cintura con timidez, comenzaron a moverse lentamente al ritmo de la suave melodía acústica.

Jihyo llevó sus inquietas manos a los hombros de Somi, quien tenía la cara cuál de roja que una cereza. Sus corazones latían frenéticos, tenían una necesidad increíble de pegar más sus cuerpos y sentir lo cálido que eran. La primera en tomar la iniciativa fue Somi, envolvió sus brazos en la ancha cintura de la gordita, atrayéndola más ella. Jihyo no perdió tiempo y reposó su cabeza en el pecho de la más alta, oyendo el sonido de su corazón.

Cuando levante mi cabeza y te mire, bésame suavemente en las mejillas. ¿Lo harías? 'Oh, si lo haré'

Jihyo cerró sus ojos, sintiendo lo bien que su asqueroso cuerpo se acopla con el perfecto de Somi. Lo que le hacían esas caricias en su cintura, el olor a mentas de la contraria.

¿Lo harías? Por favor ya no lo dudes.

—Jihyo...

Mi corazón está temblando y uno de mis pies vuela al cielo. Creo que al fin de cuentas mi corazón lo seguirá al cielo también.

—Somi...

Este secreto que he guardado tímidamente en mi interior, rezo para que suceda hoy.

Jihyo levanta la mirada, encontrándose con el rostro de Somi a milímetros del suyo.

Jihyo levanta la mirada, encontrándose con el rostro de Somi a milímetros del suyo

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𝐒𝐖𝐄𝐄𝐓  ┇「 𝐒𝐎𝐇𝐘𝐎 」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora