𝐒𝐖𝐄𝐄𝐓 ┇「 𝐒𝐎𝐇𝐘𝐎 」

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Somi no podía esperar más, no podía esperar ni un jodido segundo más. Se sentía nerviosa, ansiosa, desesperada.

La cabeza de Jihyo daba vueltas, se encontraba tratando de asimilar las cosas. Tuvo ganas de pellizcarse el brazo para ver si todo lo que estaba viviendo era un sueño, pero se contuvo, no quería hacer el ridículo.

—¿Qué co-cosas dices? —preguntó Jihyo aturdida. La menor no pudo evitar ver el movimiento de los labios de Jihyo al hablar.

Pequeños, delgados, rosados. Lucían suaves. Somi se moría por probarlos.

Tomó a Jihyo por la cintura con lentitud y delicadeza, separándola de la pared y haciendo que soltara un leve jadeo ante la sorpresa.

—Unnie... No sabe cuánto he querido decirle esto. —Dijo Somi apretando a la gordita contra su cuerpo.

Era esponjosito, como un oso de peluche. La mayor abrió los ojos con exageración ante la cercanía, le recordaba a aquel día de la cita, en cómo habían bailado bajo las luces navideñas de un árbol. Juró que sintió su estómago caer ante el manojo de sensaciones. No sabía quécarajos hacer, ni cómo responder a la declaración de Somi.

—Yo....

Se obligó a callar cuando la más alta llevó una de las manos que la sostenía de forma posesiva a su mejilla, acariciando con dulzura esta. Jihyo cerró los ojos, dejándose llevar por el cálido toque de Somi, su perfume suave, el agarre en su cintura y su frenética respiración a escasos, muy escasos centímetros de su sonrojado y regordete rostro.

Lo sentía arder a más no poder.

Somi cortó la poca distancia, uniendo sus temblorosos labios con los contrarios en un suave toque, uno que no duró más de dos segundos, pero que logró aturdir a la mayor. La chica de baja estatura apretó la camisa de la más alta entre sus pequeñas manos, respirando con dificultad cuando la volvió a besar, un beso de verdad. Sus pequeños labios se movieron con lentitud, tratando de llevar el ritmo de Somi, quien parecía que había esperado toda una vida por ese momento, parecía que le iba a comer la boca. No sabía sí estaba besando de la mejor manera, pero el hecho de que Somi no tenía intenciones de detenerse para siquiera respirar le daba a entender que no era un mal beso. A pesar de ser ligeramente húmedo y desesperado, lo estaba disfrutando a toda costa.

Pero sintió temor cuando la menor mordió su labio inferior con dulzura, lo cual la llevó a abrir ligeramente la boca y que la contraria aprovechará para meter con cuidado su lengua. Exaltada, Jihyo empujó a Somi, deteniendo el perfecto besó que habían creado. Jihyo miró a Somi con su carita bonita toda roja y los labios levemente hinchados.

Quería decirle que correspondía sus sentimientos, pero el estruendoso timbre que daba por acabado el receso hizo que las palabras murieran en su boca, la cual fue besada por última vez antes de que Somi saliera casi corriendo del aula.