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Jihyo se quejó en voz baja, abrió lentamente sus ojos y estuvo a punto de mandar a la mierda a la persona que había osado hacer tremendo ruido innecesario para levantarla, pero en cuanto abrió los ojos, casi escupió un órgano al ver a Somi -quien ...

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Jihyo se quejó en voz baja, abrió lentamente sus ojos y estuvo a punto de mandar a la mierda a la persona que había osado hacer tremendo ruido innecesario para levantarla, pero en cuanto abrió los ojos, casi escupió un órgano al ver a Somi -quien por alguna extraña razón lucía enojada- a unos metros de ella junto a una chica con la que siempre andaba. Se sonrojó incorporándose en su asiento y tomando distancia decente con Daniel.

Le preocupaba más el hecho de que Somi la haya visto durmiendo que la razón por la cual tenía cara de querer matar a su compañero. Agradeció a los cielos que sólo ellos cuatro se encontrarán en el salón.

—¿Qué? —preguntó por fin Kang confundido, mirando a la menor de todos con curiosidad. Jihyo parpadeó tratando de entender lo que estaba sucediendo a su alrededor.

Tzuyu, al ser ignorada, salió cautelosamente del aula. Ella ya no pintaba nada allí.

—Que sueltes a mi Unnie. —Somi habló fuerte y claro, acercándose cada vez más a la mesa que los mayores compartían.

Mi Unnie.

—Somi... —Trató de decir la mayor, pero su compañero se le adelantó.

—También es mi unnie. —Reclamó Daniel frunciendo el ceño.

La menor se frustró, no podía ir en contra de eso, debió usar algo como "Mi Jihyo". Quería echarse a hacer un berrinche como si se tratara de una niña.

—P-pero...

Bufó sin poder completar la frase.

A la mierda todo..

Terminó por tomar a Daniel del brazo con rudeza, sorprendiendo a la  gordita, quien no supo qué rayos hacer. Vio como su compañero trataba de deshacerse del agarre de la menor, pero le era imposible, Somi arrastró a Daniel hasta sacarlo del aula. Antes de que el pobre chico pudiera decir algo, le cerró la puerta en la cara. Somi colocó el seguro y luego giró sobre sus talones.

Adiós popó.

Se rió internamente por su chiste.

—¿P-por qué? —preguntó Jihyo, asustada. Se levantó de la silla, retrocediendo torpemente y tropezando con varias mesas.

Sentía cómo su estómago se encogía por el miedo. Somi comenzó a avanzar hacía Jihyo, sin entender por qué de repente huía de ella.

—Unnie...

—¿Me vas a golpear? —preguntó la mayor con la voz quebrada. Somi no supo cómo responder a eso, la tomó por sorpresa— Entiendo si no te caí muy bien, pero por favor n-no lo hagas, me mantendré alejada de ti lo más que pu-pueda.

Seguía retrocediendo y tropezándose con más mesas.

—¡N-no! —exclamó alterada— ¡Jamás haría algo como eso! —Trató de acercarse a la gordita, pero esta se encontraba tan asustada como un gatito en una noche de tormenta.

Jihyo chocó contra una pared, conteniendo el aire en sus pulmones cuando ya no tuvo más escapatoria. Somi no esperó mucho y aprovechó la vulnerabilidad de Jihyo, ahí pegada a una fría pared, mirándola con aquellos ojos enormes y con el rostro completamente rojo. Apoyó ambas manos a los costados de la cabeza de la mayor.

Suspiró, le costaba controlarse. Bajó un poco su cabeza, haciendo que su rostro quedara a sólo centímetros del contrario. Su corazón latía como si quisiera salir de su pecho, era mucho como para soportarlo. La gordita sentía morirse, tan cerca y sin poder hacer algún movimiento. Somi acortó un poco más la distancia, creando un tortuoso roce de labios.

—Me gustas, Unnie, me gustas mucho.

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𝐒𝐖𝐄𝐄𝐓  ┇「 𝐒𝐎𝐇𝐘𝐎 」Where stories live. Discover now