Capítulo 0

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"Había encontrado la salvación, ya no se trataba de un refugio, sino la salvación y terminó convirtiéndose en mi perdición..."

Saber que no la volvería a ver se convirtió en la pesadez más grande que habría cargado, alguna vez creí que la infidelidad de mi madre y aquellos recuerdos que serían traumantes, para cualquier niño, serían la carga más pesada que sobre mis hombros y mi vida podría llevar. Todo se fue a la mierda cuando escuché las palabras del galeno diciendo:

—¿Familia Holden? La señorita ha sufrido un paro.

¿Irónico? Demasiado, en toda mi maldita vida me negué a perder, a no dejarme derrotar o siquiera articular la palabra "perdí". La novata causó la excepción a cada una de ellas. Cuando por primera vez la vida me declaraba perdedor, parecía que hubo un empate, pues ambos nos enamoramos del otro y callamos para evitar el desenlace que nosotros mismos impusimos, temiendo que el otro se negara al sentimiento y terminara alejándose, sin la oportunidad de amarnos.

Cuando Idunn murió, perdí más de lo que un estúpido videojuego me ofrecía, perdí todo lo que había logrado con ella. Por una jodida vez en mi vida estaba perdiendo y fue doble, perdí de la peor manera. Perdiéndola a ella.

Esa misma noche, sin decir nada a nadie, tomé la motocicleta y conduje hasta aquel sitio que, de una u otra forma, se convirtió en mi lugar de arte. Fueron horas de camino, pude observar el amanecer, pero este había perdido su magia. En otros momentos me hubiera detenido a admirar la belleza visual que me estaba ofreciendo, pero en ese instante nada era digno de admirar.

Al llegar a la cabaña el lago parecía triste, la magia que alguna vez proyectó y fui capaz de plasmar en óleo, se había esfumado. Entré de inmediato y los cuadros, esculturas, fotografías, todo estaba en el mismo sitio, pero nada brillaba como lo había hecho días atrás, la ira recorría mi cuerpo, estaba molesto con alguien o con algo. Por impulso tomé una fotografía y la hice trizas, entonces algo vino a mi atormentada mente... aquellas obras de arte habían sido inspiradas en la musa más parlanchina e inquieta que cualquier artista habría podido plasmar en arte, ella ya no estaba y su recuerdo debía permanecer intacto, en mí y en aquellas piezas.

Al fondo de la habitación que aquella noche de Semana Santa, le había mostrado, yacía el cuadro que nunca pudo ver... nadie pudo hacerlo, el único testigo de lo que se encontraba en el lienzo, era la brisa fresca que el bosque me había brindado la tarde que decidí pintarla.

Cuando volví a casa, a pesar de que mi supuesto hogar parecía tener siempre la misma aura fría e insípida, la oscuridad y pesadez se había apoderado de ella, aún más. La luz del despacho de mi padre estaba encendida, Dick había intentado hablar conmigo, no sé si creía que me dolía el ego, el corazón o qué sé yo, pero siendo honesto, no tenía ni la mínima intención de hablar con nadie, a cualquier estúpido que se topara en mi camino para hablar sobre Idunn y lo ocurrido, estaba dispuesto a romperle la cara.

El funeral fue doloroso, Melisa lloraba desconsoladamente y a su lado estaba su marido, quien con mirada triste suspiraba cada nada, tratando de ser fuerte cuando por dentro se derrumbaba, conocía el semblante de quien se está muriendo desde el interior y debe ser fuerte para no dejar caer al otro. A su lado se encontraba aquella mujer con la que había coincidido en más de una ocasión, esa que era la terapeuta, ¿realmente sirvió a Melisa ir a esas sesiones para asimilar la idea de verse sin la novata? No lo creo, nadie, ni sabiendo que las esperanzas de vida son nulas o limitadas, estará preparado para sentir el dolor de ver partir a un ser amado, en este caso su única hija.

A partir de esa tarde los Holden optaron por dejar aquella casa, al menos de forma temporal, Dick les había ofrecido la casa del lago, pero se negaron. Seguramente, porque al igual que a mí, les recordaba a Idunn, quien había creado lindos recuerdos para ella, para mí y para todos los que estuvimos allí.

Perdí, novata. Sí me enamoréWhere stories live. Discover now