29 ! Enamorado del capricho.

7K 771 684
                                    

La figura del chico estaba sentada en una silla tambaleando las patas de la madera en ella, su rostro estaba medio cubierto por la capucha pero se podía notar el hecho de que estaba llorando en silencio, además sus dedos estaban sonando una y otra vez porque el chico crujía sus huesos por la ansiedad.

Exacto, era luzu quien estaba en crisis en aquella silla, habían llevado a quackity a otra sala para completar una que otra tarea de terapia para su recuperación emocional como física.

Lo que tenía así a luzu era absolutamente todo, todo pasó tan rápido que parecía pestañar y encontrarse con quackity en ese estado; además antes de llevárselo temía separarse de él.

Pero de repente un sonido en la puerta hizo "click" era vegetta quien traía una mochila grande sobre su hombro, parecía confundido al no ver a quackity en la camilla pero cuando se dirigió a luzu, pudo escuchar su voz quebrizada.

— Está en terapia. — murmuró mientras movía una de sus rodillas.

— Estas bien? —

— No. —

Vegetta dio un suspiro y acercó otra silla hacía la de luzu para sentarse.

— Qué te pasa? Quackity está bien, lo están ayudando. —

— Él la pasó mal. — eso fastidio a vegetta quien lo demostró por sus cejas alzadas y su tono de voz desde su garganta.

— Eso se sabe, pero no conseguirás nada si te quedas a llorar aquí. —

— Sabías que lo violaron entre muchas personas? Que ahora tiene miedo de que otra gente lo toque o se acerque de forma brusca? Que aún se culpa por lo que Rubén hizo? Que el propio Rubén abusó de él? Que lo golpeó? Que lo hizo ciego de un ojo? — cada vez más apretaba sus puños contra la ropa de su pantalón.

— Qué...? — vegetta no tenía idea de nada, parecía un reality show donde pestañó y pasó todo un drama por encima.

— Me siento asqueado, vegetta, quackity estuvo viviendo eso por encima de mis ojos y por su propio novio, y ahora tiene un trauma inmenso que podría impedir que haga su vida normal, que yo haga mi vida normal, él solo se aferra a mi, como si buscara consuelo, y agradezco que confíe en mí, pero qué pasa si no estoy y él recae? O qué pasa si alguien como rubius vuelve y vuelvo a abandonarlo? — un abrazo conmovió al chico.

— Perdoname, luzu. — lo sujetaba acariciando su cabeza como un niño, luzu correspondió llorando sobre el hombre de vegetta.

La verdad es que el peli morado también estaba dolido, había estado amando a una mierda como rubius, una cosa era ser infiel y otra un violador, se estaban destruyendo cada vez más.

Pero vegetta estaba acostumbrado a ese sentimiento, así que no dejaría que lo derrumbara por completo, no tan rápido.

(...)

— Qué tal fue? — luzu estaba detrás de su espalda haciendo una pequeña trenza sobre los mechones sueltos de color negro; había estado haciendo una pequeña trampa al estar sentado con quackity en la camilla pero le dolía la espalda por la silla.

— Los doctores son amables, dicen que podré caminar dentro de un mes...— luzu acarició su espalda produciendo un escalofrío por parte del menor quien dejaba su peso recargado sobre él.

— Y tu madre por qué no ha venido a verte? Estaba preocupada. — tal cosa desconcertó a quackity por completo.

— Mi madre vino? —

— Cuando estabas desaparecido... —

— Erhm, ella ha venido a verme pero no he querido verla. — cada palabra era un tartamudeo, cosa que hacía que el chico jugara con sus dedos.

— Por qué? — susurraba cerca su oído.

— No quiero que me vea así de mal. — sabía qué se sentía, porque lo había vivido cuando personas importantes habían partido; escondiéndose de sus queridos por miedo a ser visto débil y roto.

El castaño enredo la cintura de quackity para acercarlo a él simulando un abrazo por la espalda.

— No te ves mal. — el tono compadecío al menor quien se sujetó de él cerrando los ojos de forma delicada.

— Eso quiero creer. — parecían querer caer dormidos, pero era más la paz el que los impulsaba a simplemente consolar el ambiente con silencio.

— Lusu, qué pasa si él vuelve? — Abrazó aún más su cintura.

— No lo hará. — el tener la boca pegada a su oreja le hacía temblar, no por miedo u incomodidad, pero el acercamiento le ponía nervioso de más.

— Lo extraño mucho. — luzu estaba confundido, por qué extrañarlo? Y aunque quisiera negarlo, además de miedo sentía celos, celos de que un abusador fuera más importante que él, pero ese sentimiento fue y será egoísta.

— Por qué? —

— Estuve con él 5 meses y 1 semana, y y yo...lo amo. — al decirlo cubrió la venda de su ojo.

Estaba molesto con el mundo; por hacer que quackity se haya enamorado de su secuestrador, de haberlo torturado, de seguirlo torturando aún sí él no está libre.

— Lo amas? — acarició su nuca cubriendo su rostro con el cabello de quackity.

— ... — se estaba tardando en pensar, estaba nervioso por el agarre de luzu sobre su cintura.

— No lo...no lo sé? —

— No tienes que negarte por mi. — eso parecía una confesión, así que quackity actuó; luzu había querido soltarlo para que pudiera pensar mejor pero el  chico lo sujetó nuevamente impidiéndole irse.

— No! Yo no lo amo! No me dejes. — estaba en pánico, así que luzu lo sujetó aún más fuerte, como si se fuera a caer.

— No te dejaré ni aunque lo ames. —

— Lo prometes? —

— Lo prometo. — quackity sujetó las manos del castaño fuerte, acariciando su nuca contra su pecho como si fuera un gato sediento de cariño.

— alguien está cariñoso. — susurró con un tono burlesco.

— Mmh. — asintió con la cabeza, mientras daba una pequeña vuelta con el cuello para oler el olor de luzu.

El olor a vainilla lo hipnotizaba, quería nacer, crecer y morir en su olor, quería quedarse con él hasta suicidarse.

Luzu no quería aceptar el hecho de que se había enamorado de quackity, y no era eso lo que más le preocupaba, es que sabía lo vulnerable que se encontraban, y probablemente lo usaría a su favor.

Su corazón quería obsesionarse con el menor, aunque no quisiera aceptarlo; no tenía cómo detener aquel sentimiento.

Todo lo que hago es por amor (Borrador) Where stories live. Discover now