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Jennie se encontraba caminando hacia una de las tiendas más grandes de Seúl

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Jennie se encontraba caminando hacia una de las tiendas más grandes de Seúl.

El día era nublado y un poco frio, es por eso que la Omega usaba ese día una sudadera que legendaba "Wolf" en la espalda; era una de sus favoritas.

Iba caminando tan inmersa en sus propios problemas que no se dió cuenta que un par de ojos la miraban con interés.

Cuando salió de la tienda fue cuando se dió cuenta de esta mirada que parecía desnudarla con tan solo verla, y sabía muy bien de que se trataba.

Lalisa.

Ese era el nombre de aquella persona.

Lalisa, el nombre de la alfa que la acosaba, Bueno... Una de las alfas que la acosaba, porque Lalisa no era la única que la acosaba mientras hacia sus cosas diarias.

Jennie rodó los ojos.

— Si vas a acosarme deberías dejar de ser tan evidente. — Soltó Jennie al aire, porque sabía que Lisa la iba a escuchar.

— No te acoso: simplemente estoy cuidando lo mío. — Jennie rodó los ojos de nuevo.

— No soy tuya y no soy de nadie Manobal. Ya deberías haberlo entendido.

— Algún día serás mía.

— Ni en sueño.

Jennie seguía caminando hacia su casa, y seguía escuchando las pisadas de la alfa detrás de ella.

Detuvo su andar y encaró a la Alfa.

— Oye, deja de seguirme: es incómodo.

— No lo haré. — Anunció Lisa.

Jennie arrugó su nariz mientras fruncía el entrecejo.

Le molestaba aquello, pero a la vez le ponía caliente aquella actitud demandante de la alfa.

Nadie lo sabía pero, cuando Jennie estaba en su celo, pensaba en Lisa mientras que se masturba para poder saciarse un poco.

La verdad era que Lisa le ponía caliente a gran medida, pero nunca lo diría en voz alta, y menos frente a la dueña de esas ancias de follar que tenía Jennie.

— ¿Quieres que lo haga por las malas? — Preguntó Jennie, comenzando de nuevo su andar. Lisa, por supuesto, La siguió.

— Me llama la atención lo que vayas a hacer, pero sólo eso. — Agarró del brazo a la Omega y la atrajo hacia sí, haciendo que sus miradas se encontrasen. Acercó sus labios a la oreja de la chica para luego susurrar —: Recuerda que serás mía, pase lo que pase.

La soltó.

En ese momento Jennie la miraba con cierto enfado en la mirada, ya que le molestaba que ella misma no pudiera controlarse al haber escuchado la sensual voz de la alfa.

Estaba un poco desconcertada por el efecto que Lalisa lograba causar en su ser, pero debía admitir que le ponía jodidamente loca que Lisa tocará cualquier parte de su cuerpo.

Lisa, después de estar viendo fijamente a Jennie, quién le devolvía la mirada, sacó su teléfono celular y le marcó a la policía.

— ¿Diga? — Se escuchó del otro lado de la línea

— Es tu oportunidad. — Lisa le extendió su celular a Jennie, dejándola confundida. — Puedes denunciarme por acoso.

Zarandeo su celular entre sus manos con ligereza. Jennie no se movió, solo vio fijamente aquel aparato que podía hacer que aquella jodida alfa la dejara de acosar: pero no hizo nada.

Lo único que Jennie hizo fue mirar a la alfa que tenía delante y, con tan sólo una mirada, la Alfa comprendió que Jennie quería que colgara.

Colgó.

— Esa era tu oportunidad de denunciarme por acoso. — Guardó su teléfono. — Pero, por lo que acabo de ver no eres tan valiente como para hacerlo. Es por eso que te siguen acosando sin piedad.

Jennie se quedó perpleja.

Al parecer Rosé había hecho bien su tarea, porque antes de que Lisa viera a Jennie entrar a la tienda, ésta le envió una lista de todos los alfas que acosaban a su Jennie, y estaba más que segura que le iba a poner fin a eso.

— ¿Por qué nunca dices nada? — La acusó Lisa. — ¿Eres masoquista o algo parecido?

Jennie tenía que escoger las palabras correctas o sino Lisa hallaría la "verdad".

— No, pero estoy segura que dejarán de hacerlo cuando consigan su propia Omega o beta. — Respondió Jennie, empezando a caminar con lentitud, Lisa la siguió con facilidad.

— Yo nunca te dejaré porque serás mi Omega. — Jennie rodó los ojos. — Pero está mal que no reportes nada sobre tus acosadores. Mientras sigas haciendo la vista gorda con respecto a eso, entonces piensa que hay un acosador, posible violador, suelto por el mundo.

Jennie frunció en entrecejo.

Era verdad lo que Lisa decía pero, ¿Qué podía hacer ella?

Ni sus nombres sabía.

— Si quieres denunciarlos, ten. — Lisa sacó un papel de su saco y se lo entregó a Jennie. Jennie solo la miró. — Es una lista de todos los nombres de todos tus acosadores, posiblemente también acosadores de alguien más.

Jennie se sorprendió. Lo único que pudo atinar fue ver a Lisa con sorpresa.

— ¿Por qué me ayudas? ¿Por qué haces esto? — Aunque ya sabía la jodida respuesta, tenía que escucharla salir de los labios carnosos de Lisa.

— Porque, más pronto de lo que crees, serás mi Omega. — Un escalofrío recorrió toda la columna de Jennie, acabando en su espalda baja.— Además que quiero que ese tipo de personas no anden rondando por este mundo.

Jennie alzó las cejas.

Era una ironía lo que dijera Lisa.

— Al menos yo no te tomo fotos mientras haces tus cosas. — Lisa se encogió de hombros. — Digamos que se podría decir que soy una acosadora inofensiva.

"Inofensiva, claro" Pensó Jennie, mientras que miraba de nuevo la lista que Lisa le había otorgado.

— Espero que los denuncies. — Comenzó a caminar hacia el otro lado del que estaba la Omega cuando está posó sus linda manos sobre su hombro y le depositó un beso con sus suaves labios sobre su mejilla.

— Gracias, Lalisa. — Aquella sonrisa que se reflejaba en el bello rostro de Jennie le hizo sentir a Lisa una gran felicidad. Felicidad de qué por fin ella había causado una buena impresión en Jennie.

 Felicidad de qué por fin ella había causado una buena impresión en Jennie

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Omega Acosada | 𝗝𝗟Where stories live. Discover now