Flores para mi Edén

Capitulo 2: La música puede salvar vidas

No tengo sentimiento, no tengo ritmo, sigo perdiendo el compás. Estoy bien, estoy bien, no voy a enfrentarme a una derrota, solo tengo que salir de esta celda. Algún día voy a ser libre, Señor, encúentrame a alguien a quien amar- Queen, Somebody To Love.

Keith

La música puede salvar vidas.

La música me ha acompañado a lo largo de toda mi vida, desde que tengo memoria recuerdo visitar la casa de mi tía Vivían, donde su marido, el tío Josh adoraba sintonizar emisoras de música en sus ratos libres. Me agradaba mucho visitarles, pues en su casa no existían los silencios, solo la música. Mi prima Quinn tenía una manía por aprenderse de memoria todas las canciones que escuchaba en la radio, las bailaba con su mejor amigo de toda la vida, un chico que vivía a un lado de su casa llamado Thomas.

Eventualmente mi prima me contagió esa manía por aprendernos las canciones que sonaban en la radio y comenzamos memorizar los títulos, aprendernos las letras para cantarlas juntos. Un día mi madre me escuchó cantar las canciones junto a Quinn y decidió que veía en mi un gran talento, por lo que no se lo pensó demasiado cuando le rogué que me inscribiera en las lecciones de guitarra. Había talento, claramente, pero era demasiado joven e indisciplinado, por lo que me aburrí de las lecciones de guitarra rápidamente y en algún momento conocí al verdadero amor de mi vida: La batería, la batería era el instrumento perfecto para mí. 

Conocía a mi amigo Logan básicamente de toda la vida, es un chico gracioso, el típico payaso de la clase, pero no era de los que se metía en problemas, ni tenía una pizca de maldad en sus huesos, en realidad solo es un chico que le gusta hacer tonterías y divertirse. Nos habíamos hecho amigos porque chicos más grandes solían meterse con él y yo siempre le defendía y a golpes si era necesario, nos habíamos ganado unos cuantos castigos, pero había valido la pena. Logan había aprendido a tocar el bajo un verano y no dudó en nada cuando lo convencí de apuntarse a formar una banda conmigo. Teníamos talento, todos en la escuela hablaban de nosotros, nos invitaban a fiestas para que tocáramos en ella.

Conocimos a Celeste un par de años después, cuando hicimos audiciones para sumar a más personas a nuestra banda. Celeste se convirtió en una de mis mejores amigas, es extremadamente hermosa, cabello negro y piel morena. Es una de las personas con más confianza que conozco y esa es una de las cualidades que admiro de ella, siempre sabe que decir, siempre sabe qué hacer. Probablemente de mis amigos es la única que tiene los pies bien puestos sobre la tierra, siempre es ella quien me echa un cable para que aterrice a tierra.

Debo decirlo, era imposible no enamorarse un poco de ella, quien curiosamente era la única persona por la cual no debería enamorarme, muchas complicaciones y todas esas cosas.

Celeste fue muy clara cuando dicto las reglas del juego, lo que tenemos ahora es lo único que habrá, una relación estrictamente profesional. Eso siempre lo he admirado y respetado. Sabíamos que era una mala idea empezar con algo que no tendría desenlace, ni fin. Pero yo había caído. Suspiraba por ella silenciosamente, salte al abismo y me rompí un tobillo, jugué con fuego y por mucho tiempo eso me estuvo consumiendo. Era todo un adicto a una historia de amor que nunca existió, ni existirá. Pero la banda siempre ha sido nuestra principal prioridad y eventualmente pude superarlo, ahora solo nos reímos de ello conscientes de que nunca habría funcionado. Somos amigos, buenos amigos y estoy muy bien con ello.

Estamos juntos en la banda desde hace unos cuantos años, Celeste es una excelente tecladista, yo toco la batería y Logan se encarga del bajo. Durante un tiempo un buen amigo llamado Jordan había llegado desde Inglaterra y se había sumado a nosotros, la banda nunca había sonado mejor como cuando Jordan había llegado, hasta que eventualmente llegó su hora de volver a casa. Lo extrañábamos mucho, especialmente yo, fue una buena época el tiempo que él estuvo aquí. Afortunadamente nos mantenemos en contacto.