Capitulo 6: Así es en el teatro

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Él decía que yo era la única chica, pero eso no era verdad y cuando le dije cómo me lastimaba, dijo que estaba alucinando, pero soy hija de mi padre, así que tal vez podría arreglarlo- Get Him Back, Olivia Rodrigo.

Edén

Amo el teatro.

Me enamoré perdidamente la primera vez que vi una obra de teatro, no lo sabia en ese momento, que me cambiaría la vida para siempre, que sería una elección de vida, pero a veces me gusta pensar que el teatro también me había elegido a mí. Fue allí donde encontré mi voz cuando era una niña y balbuceaba todas mis palabras.

—T-res-s- tri-s-tes ti-gres—tome una bocanada de aire—. ¿E-estas se-gura- de que es-to me va a- a-ayudar?

¡Por supuesto! —aseguraba mi amiga del ballet. Tres tristes tigres comían trigo en un trigal—repite. Quizás deberíamos intentarlo con otra—saca un libro de su mochila de rosita fresita y me lo entrega—. Saqué la mayoría de los trabalenguas de este libro, se supone que ayudan—me lo regala.

Quizás deberías intentar no hablar para nada, lenta—espeto una niña que llevaba su cabello atado en dos coletas. Se llamaba Madison y estaba segura de que me la tenía jurada, siempre se burlaba de mí.

Quizás deberías buscar un diccionario y agregar nuevas palabras a tu vocabulario, inculta, todos los días dices lo mismo, pareces disco rayado—mi amiga del Ballet no toleraba que se metieran conmigo, siempre era la primera en defenderme.

No había sido muy fácil para mi poder integrarme con otros niños de mi edad, la mayoría eran crueles, se burlaban. A donde sea que iba, nadaba como un pez fuera del agua, buscando respirar, pero en las clases de ballet me anime a hacer una amiga por primera vez, luego en la escuela conocí a más personas gracias a Dylan, el niño que conocía desde pañales, cuyos padres eran dueños de la heladería a un lado de la floristería de mi madre. Hacer amigos no era mi fuerte, mis amistades eran contadas porque era muy cerrada de niña, era sensible y detestaba las burlas, hasta que logré superar mi timidez y tartamudeo. 

Fue en clases de teatro donde encontré mi voz, también fueron en clases de actuación donde conocí a Laia, una de mis mejores amigas.

El teatro se basa en elecciones, las historias que se comparten, las líneas que se expresan y estas como llegan a los espectadores a través de una actuación. Cada elección que hacemos en el teatro importa, porque influyen en la forma en la que contamos la historia. Me gusta pensar que la vida real es justo así, una obra de teatro, nuestra forma de actuar y como cada una de nuestras acciones con el fin de llegar a un punto, las cosas que decimos, la forma en la que interpretamos nuestras líneas para hacer llegar un mensaje y provocar una reacción, una interpretación, una improvisación, todo es teatro.

Pienso en ello mientras examinó con curiosidad un folleto que anunciaba un emocionante festival de cine que se celebraría en la universidad. Los estudiantes estaban invitados a participar en un concurso de cortometrajes, con la oportunidad de competir por un prestigioso premio, una oportunidad de entrar en la industria. Guardó el folleto en mi bolso, mientras reflexiono a donde podrían llevarme las decisiones que había tomado en la tragicomedia que era mi vida. Ahora estaba interpretando un nuevo papel, un personaje con el que estaba familiarizada, era Edén, una romántica empedernida obsesionada con la idea de conseguir un amor de película, tan loca por la idea del amor, que se permite arrastrar por sus ilusiones. Ahora que Stella había llegado a mi vida, era Edén, una chica ingenua a la que le habían visto la cara, pero debía ayudar a una nueva amiga, aparentando estar bien con todo, pero debía improvisar de todas formas, porque en el teatro el show siempre debe continuar.

Flores para mi EdénDonde viven las historias. Descúbrelo ahora