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cuatro años atrás:

"le prometí a mi madre volver temprano. será para otra ocasión, señora lee".

minho soltó un profundo suspiro.

"comprendo, espero la pases bien con tu madre".

el alfa asintió, con una sonrisa amable en su rostro.

"así será, vendré la otra semana por minho".

"eso espero" la mujer volteó a ver a su hijo, su rostro notablemente tenso. "cariño, ¿por qué no acompañas a mingyu hasta la puerta?"

el chico solamente asintió, poniéndose de pie. tomó la mano del alfa y empezó a caminar fuera de la cocina.

realmente no estaba de humor para los juegos de su progenitora.

"estás un poco extraño, min".

el omega lo miró desde abajo, intentando darle una sonrisa que resultó ser una mueca.

"no es nada".

"¿es por tu madre?"

ah.

"es sólo que..." lo pensó antes de decirlo, abriendo la puerta de entrada en cuanto llegaron. "no me gusta cómo quiere acelerar las cosas entre nosotros" no pudo evitar hacer un diminuto puchero.

"a mí tampoco" concordó mingyu, frunciendo las cejas. "no estoy listo para todas las cosas que dice. ella habla sobre tener una boda, cachorros, y yo... no lo sé, me pone nervioso".

el omega se volteó a verlo, con una expresión cansada.

"lamento que las cosas sean así" murmuró con pena.

"no te culpes por ello, amor" el castaño subió su mano para acariciar una de sus pálidas mejillas. "estoy seguro de que puede esperar".

minho mordió su labio inferior, apegándose a la caricia que era brindada por su novio.

"en verdad quiero hacer que esto funcione".

"también lo hago" soltó. "está bien, aún somos muy jóvenes, ¿no? ninguno está listo para la vida de la que tanto alardea tu madre" intentó bromear, el omega soltó una risita.

"tienes razón".

era un día frío

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era un día frío.

fue lo primero que pensó minho al dejar a jaemin en la casa de los kim.

todo había sido una pesadilla el día anterior. no tuvo la valentía para seguir enfrentando a doyoung, la expresión en su rostro lo había roto por completo, así que no le quedó de otra que tomar a su cachorro e irse con una imperceptible despedida. sabía lo mucho que el rubio deseaba tener un cachorro; lo anhelaba, ¿en qué pensaba cuando decidió contarle que negó a su propio hijo? pudo haber omitido esa parte y lidiar con el problema él mismo.

𝘀𝗼𝘂𝗿 𝗰𝗮𝗻𝗱𝘆,  𝖻𝖺𝗇𝗀𝗂𝗇𝗁𝗈.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora