REENCUENTRO

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Porsche disfrutaba de un cigarrillo desnudo mientras admiraba la vista desde la habitación de hotel de lujo donde se encontraba. Al inhalar el humo en sus pulmones pudo sentir como lo abrigaba, percibiendo un alivio pasajero en el alma después de que los recuerdos de ese día en la playa volvieron a invadir su mente.

De pronto unas manos cálidas le sujetaron la cintura con delicadeza repentinamente, moviéndose lentamente por la silueta de su cuerpo hasta que lo tomaron del rostro con fuerza para hundirlo en un beso lento y apasionado.

"Hoy estuviste genial bebé, pero debo irme, mi esposa me espera," era Boss, uno de sus clientes más recurrentes, un hombre joven y apuesto que solía contratar su servicios cuando sucumbía a sus deseos más profundos.

Estaba atrapado en un matrimonio arreglado sin amor con una mujer adinerada en beneficio de la empresa de sus padres por lo que solía buscar su compañía cuando deseaba satisfacer sus necesidades primordiales de intimidad.

"Me alegra que te haya gustado," respondió Porsche con una sonrisa mientras lo besaba en los labios nuevamente.

"Siempre eres fantástico, pero últimamente te he notado diferente, más sensible" dijo el hombre mientras se levantaba para vestirse de prisa para ir a casa.

"No lo creo," respondió Porsche pero eso no era cierto. Desde la última vez que se acostó con Kinn, no podía dejar de pensar en él cada vez que alguien lo acariciaba. Así que por momentos su mente divagaba a su recuerdo, provocando que se sintiera más a gusto.

"Aquí está tu paga," le dijo mientras le entregaba un sobre blanco con dinero, "Gracias por tus servicios, me has complacido"

Se acercó y lo besó con fuerza, mientras que con la mano le acarició el cuerpo despacio. Porsche solo sonrió mientras lo tocaba y añadió, "Pues tu noche terminó, es hora de marcharme".

"Para la próxima vez quisiera que trajeras a alguien más para un trío," y él muchacho piel canela solo asintió con la cabeza mientras Boss se acomodaba la corbata antes de marcharse.

Después de que el hombre salió de la habitación, como de costumbre, esperó unos minutos hasta terminar su cigarrillo, se visitó con su traje rojo y se marchó de prisa.

Pero al salir por el pasillo, cuando se dirigía al ascensor, sintió un par de manos sujetarle el brazo con fuerza, haciendo que se detenga en seco.

Era una mujer joven y hermosa con lágrimas en los ojos. No tenía que adivinar mucho para saber de quién se trataba.

"Debo irme," dijo Porsche asustado pero la mujer no lo soltó y le clavó las uñas en el brazo.

"¿Estuviste con mi esposo?," dijo entre sollozos mientras que el muchacho piel canela trataba de soltarse de su agarre.

"Se equivoca señorita," y de pronto la mujer le lanzó una fuerte cachetada que le dejó la cara ardiendo al rojo vivo.

"¡Eres su amante! ¡Lo sé!," gritó ella mientras lloraba desesperada y continuaba golpeándolo.

Ambos parecían llamar mucho la atención de la gente en el pasillo, así que Porsche la tomó del brazo y la llevó de regreso a la habitación que había compartido hace unos momentos con el esposo de la muchacha

Una vez ahí, le dijo con calma, "No soy su amante o su novio, solo me contrató para pasar el rato, eso es todo."

"¿Eres una puta?," dijo la mujer con el rostro lleno de sorpresa y angustia, soltándose inmediatamente como si sintiera desprecio.

KINNPORSCHE - EL ECLIPSE/ THE DANGEROUS DRUG OF SEXDonde viven las historias. Descúbrelo ahora