LEJOS DE TI

1.5K 192 46
                                    


"Sujeta la pelota con fuerza y aplástala," dice la fisioterapeuta de Porsche mientras realizan su terapia de rehabilitación. Cuando se cortó las venas, también se vieron comprometidos sus tendones por lo que le tocaba hacer ejercicios para recuperar la movilidad de sus manos.

Pero era doloroso, cada movimiento es extenuante y debe respirar con fuerza para evitar quejarse. Sin embargo, Kinn está a su lado, acompañándolo en todo el proceso de recuperación.

Desde que despertó no se ha alejado de su lado y lo vigila como un halcón, no lo deja solo ni un solo segundo.

La doctora le había dicho a Porsche que esa reacción era normal ante el temor que Kinn sentía de que algo malo le volviera a suceder pero en realidad eso solo lo hacía sentir mal ya que en lo profundo sabía que el riesgo de que volviera a lastimarse no era la única razón detrás de su cambio tan repentino.

Por más que le repetía que no volvería a hacerlo y que se sentía mejor gracias a la terapia psicológica, él no lo dejaba solo ni un momento, haciéndole sentir como si hubiera perdido su libertad.

"Veo que la mano izquierda aún está un poco rígida ya que las heridas eran más significativas, pero está mejorando favorablemente. Por supuesto aún tienes que usar vendas en ambas muñecas," dice la fisioterapeuta con una sonrisa mientras le ajusta las manos.

"De acuerdo," dijo Porsche con una sonrisa pero no pudo evitar sentir culpa al ver las cicatrices en sus muñecas. Lo que hizo realmente fue lo peor que pudo haber hecho en su vida ya que la  persona a la que más lastimó con todo eso fue así mismo.

"¿Y cómo te has sentido emocionalmente?," le preguntó amablemente.

"Más fuerte," dijo Porsche con dulzura mientras Kinn lo miraba atento, esperando ver alguna reacción fuera de lugar que diera algún indicio de que no se encontraba bien realmente.

"Nos vemos el viernes," dijo ella con una sonrisa y salió de la habitación.

Porsche tomó su chaqueta y se disponía a salir cuando Kinn dijo, "Hoy no podré estar contigo así que Porschay te acompañará en la tarde."

"No te preocupes, yo esperaré en la casa con la cena," dijo con una sonrisa.

"Preferiría que él esté contigo," dijo Kinn con seriedad y Porsche al escucharlo decir eso se puso un poco molesto.

"¿Crees que no puedo cuidarme solo?," le preguntó.

"No es eso," dijo Kinn, "Es solo que prefiero que alguien te acompañe hasta que estés un poco mejor es todo."

"Ya pasaron dos meses y estuve recibiendo terapia en un hospital psiquiátrico," le dijo Porsche enojado, "¿Cuando vas a darte cuenta que que soy capaz de manejar mis emociones?"

"No lo entiendes," dijo Kinn molesto.

"¿Qué es lo que no entiendo?," le preguntó furioso.

"¡No pasaste por todo lo que yo pasé cuando casi te pierdo!," le dijo molesto y Porsche solo lo miró con tristeza en silencio. 

Los dos no querían escalar la pelea pero si las cosas continuaban así no quedaría nada entre los dos para salvar.

No era la primera vez en esos dos meses que Kinn reaccionaba así de furioso. En algunas ocasiones le había quitado disimuladamente los cuchillos mientras comía o había ocultado todos los objetos afilados de la casa.

Porsche de un momento a otro comprendió la razón por la que Kinn estaba tan nervioso. No iba a importar lo que hiciera o cuánto se esforzara ya que al fin se daba cuenta de lo que sucedía en realidad....

KINNPORSCHE - EL ECLIPSE/ THE DANGEROUS DRUG OF SEXDonde viven las historias. Descúbrelo ahora