[5].[ Burger King, no McDonald's]

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Cheshire, Reino Unido.


Era jueves y Harry no tenía clases. Supuestamente era feriado de alguna mierda y su colegio había cerrado las puertas por el día entero.


Aunque estaba medio enojado y medio emocionado porque alguien lo había despertado a las nueve de la mañana, o más bien la más hermosa voz del mundo lo había despertado.


Louis, como buen hijo de puta, se había enterado de aquel feriado y había decidido hacer madrugar al rizado.


Así que había marcado el número en tu teléfono y después de hacer siete llamadas no correspondidas una voz muy grave y sexy le respondió malhumorado.


-Gemma, eres la peor persona en el mundo, te vas a la mierda.- contesto, aun con los ojos cerrados.


-Primero que todo, tienes una voz súper sexy por la mañana, te llamare más seguido a esta hora.- empezó a hablar el castaño.- Y segundo, no soy la mierda de tu hermana, soy la mierda del chico de detrás del mostrador. ¿Me recuerdas?-


Se escucharon como algunos artefactos impactaban en el piso, ruido de agua y la voz, ahora no tan profunda, inundo el audífono de su celular. -Mierda, Louis. ¿Por qué molestas a esta hora?-


-Porque se me da la gana. Ya levántate. Necesitamos hablar.- Louis se podía imaginar al rizado quemando neuronas para adivinar lo que estaba diciendo y eso le encantaba. -De nuestra cita.- concluyo Louis.


-Ahh, cierto. Nuestra cita.- Y Louis prácticamente podía ver su sonrisa al otro lado de la línea.


-Bien será en Burger King-


-¿Por qué no en McDonald's?- cuestiono.


-Porque sale más barato en Burger King y tengo cupones de 2x1. Ya basta de cuestionarme rizos.- escupió el mayor.


-Bien, ¿Cuándo?-


-Hoy al mediodía, en el del centro. A la una. Llega puntual. Te espero.- Y colgó con una maligna sonrisa en su rostro.


▲▼▲


Harry se sentía frustrado, sí, eso era.


El muy hijo de puta de Louis lo había citado en el centro al mediodía, tendría que viajar en colectivo por dos putas horas seguidas, lo cual hacía imposible, si quería llegar a tiempo, que pudiera dormir un par de horas más.


Pero justo en ese segundo cayo en la cuenta de que hoy sería su cita e hiperventiló de alegría.


Abrió su armario de par en par para mirar cada una de sus prendas, lo cual fue muy en vano ya que se decidió por una simple remera blanca clásica, jeans demasiados apretados, un sweater gris y su sobretodo negro. Terminó de armar su conjunto con sus características botas marrones, las cuales amaba incondicionalmente, y se sonrió en el espejo.

Idiota.||l.s.Where stories live. Discover now