↬Capítulo 4: Dientes

101 27 40
                                    


Habiéndose munido de su bata, los guantes y todo el equipo de protección necesario, bajó la luz incandescente hasta ubicarla justo encima del hombre inerte en la mesa de autopsias. JungKook ya se había encargado de traerlo y quitarle la ropa, preparándolo para el cruento procedimiento. 

—JungKook, te toca— le señaló a su subordinado la grabadora sobre el trípode y este obedeció, caminando detrás de ella para poder encender la cámara. 

—Hoy es... 10 de abril, año veintidós. Sujeto documentado como veinte, N.N. Reporte hecho por el Doctor Jeon y...— narró el chico, y SeokJin asintió, satisfecho—Doctor Kim, quien acaba de acostarse con un policía. 

Indignado, levantó la cabeza para regañarlo mientras el más joven soltaba unas carcajadas.

—JungKook, por el amor de Dios...

—No estaba grabando, hyung, tranquilo— continuó riendo, reubicando la lente del aparato—. No queremos que todos sepan que los dos...

No nos acostamos.

—Que lo repitas no lo hace real, Hyung. 

SeokJin entornó los ojos, cruzándose de brazos y apoyando todo su peso en una cadera, en la pose que ya sus conocidos sabían qué significaba. Esperó a que JungKook se girara de nuevo para enarcar una ceja. 

Aquella acción solo desató otra oleada de risa en el menor.

—Ya va, solo bromeo— el castaño rodó los ojos y SeokJin negó con la cabeza ligeramente—. No te vendría mal haberlo hecho, ¿sabes? Y menos con alguien como él-

—Está comprometido.

JungKook, quién había tomado la caja de guantes momentáneamente, la dejó caer al escuchar las palabras provenientes de su jefe. Frunció el ceño mientras maldecía por haber regado los accesorios de nitrilo por todo el suelo descontaminado.

—Mierda. ¿Con quién? 

Los ojos de SeokJin se desviaron hacia el cadáver en la mesa.

—Gon YounHa.

Su acompañante soltó una especie de silbido, con una sonrisa incómoda, al parecer, sabiendo bien de quién estaba hablando.

—... Vaya, es... retiro lo dicho, es genial que no te hayas acostado con él. 

Él continuó mirando al cadáver, preguntándose macabramente si él se vería así también cuando su hora llegara. Cuando tuviera que ser enterrado en un cajón siete metros debajo del suelo y todos los que hubiera conocido lo vieran por última vez.

Todo fuera por no pensar en esa otra cosa. 

—JungKook.

—¿Qué?

El susodicho lo observó con la misma sonrisa. Él lo vio por el rabillo del ojo sin decir nada.

Lo iba a decir y no habría vuelta atrás.

—Sí lo hice. 

—... ¿Wow, perdón

SeokJin al fin lo miró, con el semblante tenso al igual que sus labios.

—Lo hice. Un poco en mi auto y otro poco en mi casa. 

JungKook estaba boquiabierto, parpadeando excesivamente como quien no entiende lo que tiene delante.

—Hyung, Dios. 

—Sor JunHwa tendría un festín con esto, ¿no?— el sonido del metal quirúrgico resonó por las paredes mientras Jin tomaba las pinzas y el bisturí—«El pecado te arrastrará al infierno, hermano SeokJin, por dejar que el prometido de YounHa te quitara la virginidad». 

Metamor❴ɯǝʇ❵fosis ;;NamJinWhere stories live. Discover now