↬Capitulo 6: Sepulcro

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NamJoon

Cerró la puerta del casillero con más fuerza de la debida, su cabeza completamente perdida en pensamientos abstractos. Había sido un día largo en la estación, especialmente porque no tenían ninguna pista ni rastro que pudiera darles la mínima idea de quién tenía que ver con el asesinato de aquel chico, HyunRi. El informe de los forenses aún no estaba listo tampoco, y eso provocaba que todo el proceso se ralentizara, aunque no creyera que avanzarían más teniéndolo.

Chasqueó la lengua y se colocó el bolso militar al hombro, despidiendo quedamente al último colega que quedaba allí, para luego salir por la puerta de atrás del edificio. 

Afuera se libraba una tormenta torrencial que apenas y le dejó ver las luces amarillas del coche que lo esperaba para devolverlo a casa, puesto que HoSeok lo había traído aquella mañana. Desafortunadamente, este se había retirado más temprano por unos asuntos personales, y NamJoon había tenido que recurrir a valerse de otra persona para regresar a su hogar. 

En otras circunstancias, hubiera caminado en vez de pedírselo. Pero no quería llegar empapado a dormir. 

Se subió la capucha y corrió bajo el agua con sus botas chapoteando en el camino de asfalto aunque hubiera más lodo que piedras en él. La puerta del auto se abrió para él cuando llegó, facilitándole la entrada. 

La puerta cerrada provocó que la intensa lluvia se opacara un poco en el ambiente. 

—Hola— saludó ella, sonriendo. Sus manos estaban estiradas sobre su regazo, como si hubiera estado esperando en esa posición a que NamJoon llegara—. ¿Cómo te fue hoy?

—Hola, uh, bien. Gracias por preguntar— carraspeó incómodo, quitándose la capucha y junto con ella despeinándose—. Siento haberte llamado. Probablemente estabas ocupada. 

—No es nada, NamJoon. Esto es lo que hacen las parejas, ¿no? 

NamJoon se quitó la chaqueta solo para no tener que mirarla directamente.

—Tienes razón— tragó saliva y se pasó una mano por el pelo—. No hablamos desde esta mañana, ¿cómo te fue a ti?

YounHa movió sus dedos hacia el volante lentamente.

—Genial. Hoy les di a mis alumnos un examen de Filosofía...

—Oh, ¿lo hicieron bien?

—Reprobaron— la sequedad de sus palabras hicieron que NamJoon levantara la vista, solo para verla mirando el parabrisas mojado—. Todos y cada uno de ellos. 

El policía esperó que ella continuara, pero no lo hizo. Se quedó callada en la misma posición y un silencio asfixiante llenó el auto.

—Eso es... malo— replicó torpemente, sin saber realmente qué decir—¿Ya sabes que-

—Es culpa mía— lo cortó, encendiendo el motor del auto—. No tengo una buena didáctica y debería aprender a comunicar mis ideas. 

NamJoon comenzó a asentir, hasta que ella bufó.

—Eso es lo que dirías, NamJoon. Eso es lo que quieres escuchar. 

—YounHa...—

—Es mi culpa, pero por esperar tanto de ellos. La filosofía crió a la humanidad, pero ella la ha tratado como su esclava, como algo impuro que debe ser modificado. No, la filosofía es perfecta. La humanidad no lo es, nunca lo será— tomó una bocanada de aire—. ¡Esta humanidad no es perfecta!

NamJoon solo la observó, vacilante.

—... Eso escribió uno de ellos. Fue el que alcanzó el puntaje más alto, pero no aprobó— soltó una risita—. Supongo que tendré que bajar el nivel de exigencia para la próxima. Mi padre estaría furioso. 

Metamor❴ɯǝʇ❵fosis ;;NamJinWhere stories live. Discover now