𝗌𝗎𝗀𝖺𝗋 𝗱𝗮𝗱𝗱𝘆 ✧' luckity

02: wounds

⚠️ tw !! -
intento de asesinato,
sangre.

ambos estaban en la mina en busca de cualquier cosa que se les hiciera útil, mientras hablaban de cualquier cosa que se les viniera a la cabeza. quackity contaba las miles de cosas que ideaba hacer, como una escuela en karmaland para saber quién y también tenía ganas de hacer un oxxo, pero seguro eran cosas que iría olvidando, o eso sentía, pero luzu le daba su opinión y apoyo en todo lo que decía, aunque solo fuesen simples comentarios.

— oye lusu, tú que eres de aquí, ¿tienes algún consejo que darme? — quackity sabía, que aunque hubieran perdido la memoria, él no pertenecía a karmaland, y eso se lo decía la forma en la que hablaba. era el único con acento latino, y aunque eso fuera una tontería, no descartaba el hecho de que fuera el único que no era realmente de ese sitio, era una intuición que tenía. ¿quizá era esa su "segunda oportunidad"? tal y como los dioses habían dicho.

— pues no sé quackity, lo único que puedo decirte es que no te fíes de nadie. — hizo una pequeña pausa de un segundo para guarda bloques en su inventario. - aquí, cuando menos lo esperes, te apuñalaran por la espalda.

— pero qué cosas dices lusu, aquí todos son buenos conmigo. — dijo, sin entender a lo que se refería el mayor realmente.

— tú solo espera y verás, aquí nadie va a priorizar tus necesidades a las suyas, y te dolerá haber confiado en gente así. —

quackity a pesar de su desconcerto, notaba una sinceridad en las palabras de luzu que lo hacían creer en él. notaba que hablaba desde un dolor producto de una experiencia traumática, como si fuera algo que se había gravado en su alma y que ni los poderes de los dioses podían borrar. se acercó al mayor para ayudarlo con los bloques y todo el material que tenía alrededor, guardando un poco en su inventario para ayudarle a llevar todo. después de notar cómo esa pequeña conversación le había dejado mala cara a luzu, quiso hacer algo para animarlo.

— lusuuu, no te pongas emo ¿va? — puso sus dos manos en las mejillas del más alto mientras sonreía, no se le ocurrió nada mejor en ese momento por la ansia de quitarle aquella mueca. — yo me sé cuidar solito, y también te puedo cuidar a ti. —

la sonrisa de pato del chico fue suficiente para hacer sonreír a luzu, se sentía como si unos rayos de sol chocaran en su cara. no sabía en qué se había parado a pensar, solo se centró en el sentimiento que le acompañaba desde el primer día allí, y que no quería que nada malo le pasase al menor, para que no se llenara de ese remordimiento interno con el que sentía que había nacido a este punto.

salieron de la mina con dirección al lugar donde "su" casa estaba, cruzándose posiblemente con la persona que menos quería ver (al menos luzu) en ese momento: rubius. este estaba acompañado de otra gente como willy o fargan, que tenían una cara muy amigable para gusto del mayor, quizá demasiado.

— ¡hombre, quackity! — rubius saludó amigablemente al mexicano quien lo recibió gusto también.

— ¡rubiussss! —

— mira, es que estamos pensando en un negocio súper ilegalisimo y no queremos que vegetta se entere. — pasó su brazo con toda confianza sobre los hombros del más bajo mientras hablaba, cosa que a luzu no le gustó una mierda. — ¿te apuntas?

— ora, ¡pues claro que sí, no mames! — se giró para ver al castaño, que lo miraba sorprendido.

— ¿en serio te vas a ir con esta gentuza, quackity? — el mencionado se acercó a él para susurrarle.