08: don't know anything

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quackity se despertó desorientado, sin recordar haberse quedado dormido en la cama que compartía con luzu. el otro lado estaba vacío como lo solía estar casi todas las mañanas ya que él se despertaba más tarde que el mayor, pero al querer levantarse de la cama sintió un mareo que le cegó la vista por unos segundos. sentía su estómago doler, no sabía si de lo vacío o lleno que estaba, y tampoco sabía si quería comer o no. su pecho también sentía una pequeña opresión que no era preocupante, pero que no se iba.

se levantó de la cama en busca del mayor, ignorando el peso que sentía en su cuerpo y el dolor de cabeza que no le dejaba en paz. buscó por el primer y segundo piso y sólo vio los animales que luzu traía de sus aventuras, pero no a él. revisó los cofres de armas y reservas para ver si faltaba algo, pero estaba todo en su sitio, lo contó todo para asegurarse que era la misma cantidad pero todo seguía como el día anterior, lo que significaba que luzu no se había ido a ninguna dungeon.

con la vista algo nublada, bajó las escaleras llegando a la sala principal. no había nada más que un silencio eterno, no había un plato con su desayuno y la nota que luzu le dejaba siempre que salía temprano. salió al patio trasero a ver si estaba pescando en su zona preparada para ello y tampoco estaba allí, los peces estaban a lo suyo y el agua estaba demasiado tranquila. en la zona delantera donde estaban los cultivos tampoco había nadie, los cultivos no habían sido arrancados tampoco.

no había rastro de luzu.

entró de nuevo sintiendo la opresión de su pecho hacerse grande, le costaba respirar y no sabía si era por el mareo o por una creciente ansiedad de no saber dónde estaba el mayor. tampoco sabía qué hora era para haber bajado con la esperanza de encontrarse su desayuno preparado con todas las ganas del mundo por parte de luzu, y tampoco sabía si se lo comería porque sentía angustias, un dolor demasiado fuerte en su estómago que no sabía si era por no comer nada, pero tampoco quería comer. no sabía dónde estaba luzu, si le había pasado algo, si le habría pasado algo al salir, o si había salido, o si no, lo podrían haber secuestrado y no haberse dado cuenta. no lo sabía. no sabía nada. no sabía qué le dolía. no sabía qué le pasaba. no sabía nada. no sabía nada. no sabía dónde estaba luzu. no sabía qué, ni quién, ni dónde, ni cuándo.

ese sentimiento era peor que estar muriéndose, y él ya lo había experimentado.

sus piernas se debilitaron, cayó al suelo y su mano derecha fue directa a su corazón, en un intento de sujetarlo para calmarlo aunque este fuera la parte que más tranquila estaba físicamente. lo que no estaba tranquilo era su mente, necesitaba respuestas a todo aquello que no tenía sentido en ese momento, o solo quería dejar de sentirse así y volver a la cama. pero tampoco quería volver si luzu no estaba con él a su lado.

con las pocas fuerzas que le quedaban, se levantó para salir de la casa y poder encontrarse con vegetta, quizá él sabría dónde estaba luzu o podría ayudarle con lo que fuera que necesitara, pero en el fondo de su delirio era imposible pensar que al ser de noche, aún había monstruos que podrían aparecer en cualquier momento, y que sus condiciones no eran las mejores para lidiar con ellos. pero ¿qué importaba más en ese momento que encontrar a luzu? la noche era húmeda y a penas se veía la luna en el cielo por culpa de las nubes, el búho que frecuentaba las zonas más oscuras de karmaland cantaba con un tono grave, y además de eso, el silencio que había era aterrador, no era como esas escenas de las películas de miedo que iban acompañadas de una música aterradora y llena de suspense, solo era un silencio cargado de angustia y ansiedad.

intentó correr al escuchar como hojas eran pisadas a sus espaldas, pero sus piernas seguían débiles, por lo que solo le quedó convencerse de que eran sus imaginaciones, que solo sería uno de los gatos de vegetta que merodeaba por el lugar intentando cazar ratones. pisó algo que lo hizo resbalarse, cayendo al suelo de cara plasmando esta en parte de la sustancia que le había hecho caerse. estaba fría pero era viscosa, además de ser pegajosa y tener una textura bastante desagradable, como si fuera una especie de moco.

— ¿slime? por qué chingados-... —

su respiración se cortó al escuchar cómo unos pasos se acercaban a él, eran lentos, como si estuviera intentando asegurarse de algo antes de acercarse del todo. ¿qué iba a hacer? no podía levantarse, sus piernas no contestaban, ¿se habría roto algo? tenía mucho miedo, no podía ver casi nada por la escasa luz y su vista nublada, no podía escuchar algo más que no fuera su corazón latir y los pasos acercarse a él lentamente. probablemente sería un zombie que quería comerle los sesos, y que ojalá lo fuera fue un pensamiento intrusivo que tuvo durante un segundo. tenía tanto miedo y estaba tan desesperado por todo lo que había pasado en tan poco tiempo que si se comían su cerebro quizá así dejaría de sobrepensar por el resto de su vida, y quizá también dejaría de pensar en luzu, por el cual estaba apunto de morir.

el slime seguía pringado por su cara y resto del cuerpo, era tan asqueroso y le daba tantos escalofríos que quería llorar. todos esos pensamientos malos volvían a su cabeza como cuando luzu lo besó en la hierba, no sabía qué eran esos pensamientos ni porqué lo hacían sentir mal. solo quería que se fueran.

no, solo quería a luzu.

empezó a llorar agarrándose el gorro, gritando desesperadamente nombres de gente que ni conocía. ¿jschaltt? ¿willbur? ¿slime? ¿tommy? ¿karl? ¿sapnap? ¿quiénes eran todos esos? era lo que se pregunta luzu al encontrarse a quackity tirado en mitad de la nada llorando como un niño perdido, cubierto de slime, tierra y lágrimas.
con rapidez lo agarró de los hombros para sacudirlo, y quackity, nada más verlo, lloró aún más, clavándose en él con una gran fuerza. luzu, al igual que quackity, no entendía nada. no sabía qué hacía quackity ahí de aquella forma, tampoco sabía por qué lloraba ni porqué estaba tan desesperado al verlo, pero no podía dejarlo así tampoco.

— quacks, ¿me escuchas ahora? ¿qué pasa? ¿qué haces aquí llorando? —

el moreno no podía hablar, o simplemente no quería, tenía su cara hundida en el pecho del mayor y no se soltaba.

— yo solo quería buscarte. estaba solo, y preocupado. —

— quacks... — el corazón de luzu se encogió, sonaba tan tierno así, pero seguía preocupado. — solo salí a casa de vegetta a por otra medicina, me preocupó lo que te pasó anoche. —

pasó un minuto y el contrario no le contestaba, supuso que ya no quería hablar más por lo que solo le dio un beso en la frente al verlo más calmado y en brazos lo llevó hasta su casa de nuevo. no le importaba que estuviera sucio o pegajoso, a él no le había importado ponerse así solo para encontrarlo.

antes de darse cuenta, se había dormido en sus brazos, su cara se veía tranquila ahora pero llena de lágrimas y slime. pensó en bañarlo y cambiarle la ropa, pero él también estaba cansado y sin fuerzas para algo más, por lo que sin importarle ensuciarse también, se recostó con él en la cama de ambos, esperando que a quackity no le importara. acostados en la cama, acaricio la cabeza del menor.

se dormiría por el cansancio físico que llevaba, pero su mente no estaba tranquila. quería hablar con él, saber de quién hablaba y qué le pasaba, porque ya llevaba tiempo viendo este tipo de conductas en el menor y estaba realmente preocupado.

pero algo que sí sabía, es que él también estaba bastante raro.

𝗌𝗎𝗀𝖺𝗋 𝗱𝗮𝗱𝗱𝘆 ✧' luckityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora