XVII: Voy a tener todo lo que desee

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Los ojos de todos ardieron en competitividad con anticipación, en silencio, esperando el grito de S.Coups.

— ¡Piedra, papel o tijera!

Perdió Jun y pisoteó fuerte.

—Esto es vergonzoso.

—Te da menos pena cuanto más lo haces—le aseguró Joshua.

Cual espías, los demás observaron como un muy sonrojado Jun se acercaba a un grupo de madres sentadas en unas bancas... y comenzó a bailar frente a ellas una antigua canción de chicas; luego, muy amablemente, recibió un poco de efectivo y hasta dos cartoncitos de leche de plátano como paga por su pequeña presentación.

No quedaba de otra y así llevaban todo el día. Era difícil solo bailar en grupo y ya, no había muchas personas en el malecón del Río Han un martes por la mañana, aunque según Wonwoo, era un día particularmente bonito.

—Me quiero morir—chocó su frente contra un poste repetidas veces cuando ya estuvo de vuelta con el grupo—. Una señora creyó que era una apuesta y en vez de dinero, me dio un sermón sobre la valoración personal.

Wonwoo le palmeó la espalda y sonrió con pesar. A su lado, Mingyu tomaba de una de esas leches de plátano y le hizo la seña para preguntar si quería. Negó.

— ¿Quieres, Juju?

— ¿Quién demonios es Juju?

—Obvio Jun.

— ¿Desde cuándo lo llamas así?

— ¿Toda la vida?

— ¡No le decimos así! ... no de lo que recuerdo.

— ¿Entonces cómo?

—Huihui.

— ¡Eso es ridículo! Parece un apodo de perro.

—Jun parece un perro.

— ¡Ninguno de ustedes me llama así! ¿Qué demonios?—frunció el ceño y tomó su libreta para anotar la nueva anomalía— ¿Juju? ¿Huihui? ¿Así no se llamaban mis fans?

— ¿Llamaste a tus fans con un nombre de perro?

—Indirectas muy directas.

— ¡Cállate, Wonwoo!

Todos se rieron a gusto y Jun sacó una bolsa de pistachos, de esos que ya no venden y extrañaba un montón. Olía y sabía a vida de trainee, era en ocasiones su único sustento entre el desayuno, el entrenamiento y la merienda.

—Los viejitos de hace un rato le pagaron a Coups con estos ¿Quieren?

—Whoa, hace mucho no como uno.

—Trae acá.

Mientras Mingyu y Wonwoo devoraban la bolsa, Jun se la quedó mirando un poco mejor que antes, intrigado, y luego se las arranchó abruptamente.

—"¿Podría por favor tomar un pistacho, Mingyu lindo?" Claro, amigo mío—el menor aniñó la voz con ironía y en broma, pero Jun estaba mucho más serio.

Luego sonrió. Poniendo esa cara que hace cada que tiene una idea buena.

—Llegó el día.

Al voltear la bolsa, los otros dos vieron la publicidad ahí pegada que decía: '¡GRAN CONCURSO DE BAILE POR CREWS EN LA CANCHA DEL PARQUE! ¡HOY, 27 DE MAYO A LAS 15H00! ¡PREMIO MONETARIO!'.

(. . .)

—Lo hiciste por él.

—Que no.

—Que sí.

Us, again [SEVENTEEN]Where stories live. Discover now