Capítulo Siete.

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Pov. ___ Owen
Seguía con Adrien en mi habitación, estaba recostada con mi cabeza sobre su pecho, en la tv se mostraba la portada estática de Mulan, anoche mientras esperaba tener sueño puse la película, aunque supongo que ni siquiera la termine que ver completa.
Levanté un poco mi cabeza para poder ver bien a mi mejor amigo, admito que se veía muy bien desde mi ángulo.

Salí de mi habitación para saludar a mis padres pero no había nadie en la casa, regrese al cuarto y me desconcerte al no ver a Adrien en la cama, de nuevo desapareció.
Comenzaba a asustarme al estar sola, aunque después de un momento sentí como un par de brazos rodearon mi cuerpo, obligandome a voltear repentinamente hacia atrás.

—Ricitos de oro, buenos días—él no respondió. Comenzó a acercarse a mi cara, eso me puso en alerta—Adrien, ¿qué haces?

—Shh—¿acaba de callarme? Todo estaba poniéndose raro y el rubio siguió acercándose hasta que nuestras narices se rozaron.

—¿Adrien?

—Bella—no hubo tiempo de reaccionar, sus labios se estamparon contra los míos y por alguna razón no hallaba la manera de alejarlo.

Cuando finalmente nos separamos él comenzó a decir muchas cosas, estoy convencida de que estaba opinando sobre mi relación con alguien, pero, su voz comenzó a escucharse cada vez más lejos hasta el punto en que no lo oía más, mi vista se puso oscura y pocos segundos después abrí los ojos por el reflejo de la luz en mi cara.

¿Todo fue un sueño?

—Huh, eso se sintió raro—miré toda la habitación pero no ví a Adrien—¿Ricitos de oro?—me senté en mi cama, frotando suavemente mis ojos para retirar algunas lagañas y levantarme—¡¿Adrien, sigues aquí?!

Camine descalza hasta la cocina por un vaso de agua, ví al rubio cortando frutas y repartiendo todo en dos platos.

—¿Qué haces Adrien?

—Buenos días Bella, estoy preparando nuestro desayuno. ¿No es obvio?

—Buenos días... ¿Encontraste toda esa fruta aquí?

Cuestioné, recuerdo que la noche anterior solo había un par de manzanas y mangos en el tazón de frutas y mi madre comió las fresas que quedaban, pero Adrien estaba sirviendo una buena variedad de frutas y también había un par de vasos con lo que supuse era jugo de naranja.

—No, salí temprano a buscar algún mercado en dónde comprar.

—Wow... ¿cómo es qué no te perdiste?—Adrien me miró de manera nada amigable.

—Jaja muy graciosa.

—Solo preguntaba.

—He venido aquí desde que tengo memoria, considero imposible que pueda perderme, ¿Gustas sentarte a desayunar ya?

—No es para que te enojes, ricitos de oro—me subí en uno de los bancos de la cocina y jale uno de los tazones.

[...]

—Hoy soñé algo extraño—solté repentinamente antes de introducir un pedazo de manzana a mi boca.

—Yo igual, ¿qué soñaste?—estuve silencio por un momento, buscando la manera de contar mi sueño mientras terminaba de masticar la fruta.

—Se sintió bastante realista por el cómo inició, ví mi televisor y mi habitación tal y como estaban al despertar, no había nadie en casa, ni siquiera estabas tú—sonreí al ver como el ojiverde escuchaba atento—unos segundos después salías de no sé dónde y...—bebí de mi vaso.

—¿Y...? No me dejes intrigado Bella—el rubio alejó su plato y se recargo en barra sin apartar la mirada.

—Y desperté, eso fue todo—seguí bebiendo, no encontré la manera de contarle el beso, no fue real pero aún así se sintió, extraño.

—Oh, por un momento creí que nuestros sueños se conectaron... Yo soñé que te besaba.

Algo de jugo regresó a mi vaso causando una leve tos por la confesión de Adrien, ¿Era posible que soñaramos exactamente lo mismo?

—¿Estás bien?—se levanto y me acercó una servilleta—¿Hay algo mal en el jugo? Quizá se me fue una semilla o...

—No, no es nada, simplemente mi torpeza.

—¿Segura? Sabes que soy abierto a tus opiniones.

—En ese caso, tu cabello luce más desordenado de lo normal hoy, tu nariz está algo roja y te hace lucir como el reno de Santa, el cuello de tu camiseta está mal acomodado-

—¡Bella!

—Dijiste que eras abierto a mis opiniones, ricitos de oro.

—Estaba hablando de la comida.—Adrien me miró mal nuevamente para después lanzarme otra servilleta, reí ante tal reacción.

—Sabes que estoy bromeando, te ves bien.

—Lo sé.—simplemente reí y continúe limpiando lo que derrame minutos atrás.

[...]

Al finalizar el desayuno volvimos a mi habitación y sacamos un par de juegos de mesa. En medio de una ronda de Jenga una notificación causó que la mesa vibrara y la torre se derrumbó, justo en mi turno.

—Ups, perdiste, otra victoria para mí.

—¡Eso no cuenta! Yo no la tiré.

—Yo creo que sí, fue en tu turno y tu teléfono—suspiré, esta era la 5ta vez que perdía contra él, mire el mensaje que causó la desgracia y al leerlo me dí un golpe mental—¿Pasa algo?

—Nada... Solo olvide algo.

—¿Qué?

—Marinette me invitó a un concierto de sus amigos, me acaba de enviar un mensaje preguntando dónde estoy.

—Ay... ¿El concierto es hoy?

—Sí, ¿también te invito?

—Así es, y también lo olvidé.

—Entonces... ¿Vamos? Si corremos yo creo que sí llegamos.

—Entonces hay que apresurarnos.

Tomé un suéter, mi teléfono y mis llaves junto a mi cartera para después alcanzar al rubio, quien me esperaba fuera de la casa.

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Por favor disculpen la inactividad, no tenía inspiración ni ganas de nada, les dejo este capítulo, no es taaan largo pero se hace lo que se puede, ahora estoy con más ganas de escribir así que intentaré actualizar más seguido 💗

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