El Infierno y la Gloria (y todo lo que hay en medio) [HopeGa]

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"Están tratando de cambiarte, no los dejes, continúa como eres"

—"Move Forward", de Bedroom.

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De entre las muchas cosas que Yoongi supuso que estaría haciendo un día como ese, no figuraba el encontrarse caminando detrás de Jung Hoseok por la explanada de la escuela mientras regresaban al salón de clases en el que odiaba tanto estar. En ese preciso momento Yoongi pensó que el resto de los estudiantes, mismos que estaban abandonando la escuela, tenían muchos problemas personales como para detenerse a mirar o a tratar de adivinar por qué él estaba cerca de ese maestro, pero su ansiedad tenía la mala costumbre de llegar en los momentos menos adecuados y le estaba haciendo sentir que los ojos de todos estaban sobre él, como si todos se estuvieran burlando de que al final del día había terminado doblando las manos ante un adulto por la simple promesa de unos billetes para el autobús. Ni siquiera estaba muy seguro del por qué había accedido sin dar pelea cuando era más que obvio que ese hombre se la estaba pasando bastante bien mostrando su sonrisa de sabelotodo y jodiéndolo, pero es que Jung hacía todo de forma tan pasivo-agresiva, que no había lugar para que Yoongi contraatacara porque, siendo sinceros, ¿qué le podría decir? ¿De qué se podría quejar? Técnicamente Hoseok no le estaba haciendo nada malo.

Hoseok miró de reojo a sus espaldas y se encontró con el más joven con la vista pegada al suelo y las manos escondidas en los bolsillos de sus pantalones rotos de mezclilla, pero también pudo ver a la distancia el portón oxidado de la escuela y cómo de entre todos los jóvenes que se iban, Namjoon ya no estaba más. Una punzada de culpabilidad atravesó el pecho de Hoseok al tener que reconocer que dejar de lado un asunto tan importante como el de Namjoon sólo había sido por el deseo de saciar su curiosidad, puesto que en el fondo lo único que quería lograr era conocer quién realmente se escondía detrás de la máscara que usaba Yoongi. Por otro lado, también seguía presente la remota posibilidad de que Yoongi adquiriera una pizca de sentido de la responsabilidad al tener que trabajar duro ayudándolo con las evaluaciones.

Cuando estuvieron frente a la puerta del salón donde se había llevado a cabo la última clase de Hoseok, él la abrió y se apartó para que Yoongi entrara primero. El menor dejó salir un bufido que dejó en evidencia su hartazgo y se abrió paso en el salón de clases con pasos pesados, Hoseok se vio en la penosa necesidad de contener una pequeña risa al presenciar los actos de rebeldía de un chico que lucía tan diminuto.

—No tienes que lucir tan derrotado, Yoongi, no es como si yo te fuera a poner tareas imposibles o como si nos fuéramos a quedar encerrados en el salón por toda una eternidad —dijo el mayor antes de cerrar la puerta y dirigirse al escritorio, puso sus pertenencias en éste y extendió ambas palmas de sus manos en la superficie mientras observaba cómo Yoongi tomaba un pupitre sin muchas ganas y lo arrastraba para encontrarse más cerca de él, sin tomarse la más mínima molestia en evitar el chirrido de las patas metálicas contra las desgastadas losas del suelo.

—Ya le había dicho que quedarme en la escuela más de lo necesario no me emociona, profe —le respondió. El chico tomó asiento y dejó caer su mochila en el suelo de forma descuidada, Hoseok imitó sus acciones y se sentó, para después empezar a sacar una cantidad considerable de papeles de su maletín—. Como sea, ¿usted no tiene algo mejor que hacer en su casa o algo así?

—Es curioso que lo digas porque, precisamente hoy... —Hoseok habló sin mirar al joven de cabellos azules que lo observaba con detenimiento e hizo una pausa para concentrarse en separar los trabajos por grupos—. Tengo algo importante en la noche. Justo ahora podría irme a mi casa y tomarme un tiempo para mí, para descansar y prepararme para eso, pero ¿sabes por qué no lo hice? —ésta vez buscó los ojos de Yoongi, pero éste no mostró ninguna emoción—. Porque he aprendido que la vida es una constante toma de decisiones y la jerarquización de nuestros asuntos, poniendo siempre nuestros deberes y responsabilidades antes de las cosas que preferiríamos hacer en su lugar.