35- Lazo roto

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SALLY

Visitar la casa Dawkins fue mucho mejor de lo que me había imaginado. La familia resultó ser realmente amable y colaboradora con nosotros, tanto los adultos como los niños. Por un lado, el matrimonio respondió como pudo a todas nuestras preguntas, siendo muy abiertos con el asunto. Se mostraron un poco incómodos con la mención de Carter, su antiguo huésped. Sin embargo, parecía que tenían mucho para decir del hombre. Claramente había sido una mala experiencia para ellos. Las cosas no habían terminado del mejor modo. Probablemente, debido a todo lo que causó, era un nombre difícil de borrar de sus mentes.

¿Se mostraron afligidos con su muerte? A mi parecer, no fue así. De hecho, era como si quisieran ocultar sus emociones al respecto. Tal vez no querían mostrarnos que no les había afectado en lo absoluto que ese hombre perdiera la vida a manos de otra persona. ¿A ese nivel había llegado su odio? Tampoco puedo opinar mucho porque yo no soy consciente de cada detalle de lo que pasó durante el periodo en que ese Wembley permaneció en este lugar. Los datos que obtuve eran nuevos pero no contundentes ni relevantes para lo que Justin y yo estábamos buscando. Al menos no por ahora.

El otro lado de esta familia son los hijos, y tal como nos dijo la señora del bar, claramente la mayoría son adoptados. Todos eran diferentes, desde los rasgos de sus rostros, hasta sus características físicas. Cualquiera diría que provienen de distintos países. Lo único que comparten en común todos es aquella actitud elegante que se aseguran de conservar. Parecían jovencitos salidos de la realeza. A mi me tocó conversar y jugar un poco con las niñas de la casa. Me hicieron dos trenzas en el cabello y me sumergieron en un interesante juego de cartas. Era increíble la manera en que se tomaban esa simple partida con tanta seriedad.

Justin y yo terminamos despidiéndonos de todos cuando creímos que ya era hora de irnos, pues permanecimos demasiado tiempo en el lugar y habíamos obtenido más de lo que esperábamos. No deseábamos seguir estorbando. Para nuestras sorpresa, los chicos se pusieron tristes porque habían dicho que disfrutaron de nuestra compañía. Y era tentadora la idea de quedarse porque no nos la habíamos pasado mal con ellos. Pero como he dicho antes, ya era hora de volver a nuestra realidad.

Caminamos, devolviéndonos por el camino por el que habíamos venido, dirigiéndonos puntualmente a la cafetería en la que sabíamos que Patrick estaría. Era nuestro punto de encuentro. Enrosqué mi mano en la de Justin y solté un suspiro.

-Ha estado bastante bien. ¿Y sabes qué? No son la familia que Stella describió. Simplemente quieren su privacidad luego de tan espantoso evento como lo fue la muerte de la persona a la que acogieron. Tuvieron problemas, es normal en la convivencia.

-Cierto, y con lo que descubrimos hoy podemos afirmar que Carter era un lunático. Parece que es cosa de familia- resopló- Y no dejemos de lado los testimonios de los niños. No puedo dejar de pensar en lo que me han dicho. Es difícil descifrar qué es lo que sentían con respecto a él.

-Tienes que contármelo todo.

Entonces Justin básicamente escenificó toda su conversación con los niños y con los gemelos de la familia. No lo interrumpí en ningún momento. Aunque quisiera hacerlo, no podía hacerlo porque me había quedado sin palabras.

-¿Entonces podría decirse que esos niños saben quién mató a Carter?

-Y eso último que dijiste...

-¿Lo de que cada vez que Carter ganaba un juego los obligaba a todos a darle su sangre?- asentí, tragando saliva- Vincent y Ben me dijeron que él solo exigía un par de gotas. Nadie pudo oponerse. Tenían miedo. Nunca entendieron por qué hacía eso.

Cuando creo que las cosas no podrían ser peor, me entero de algo nuevo como esto.

-Al menos tenemos algo muy bien claro, y es que Carter Wembley tenía una seria obsesión con los juegos. Al igual que los dos matrimonios que están en las montañas.

Delirio (+18) I COMPLETA IWhere stories live. Discover now