CAPITULO 26

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JEREMY

Toda la ceremonia en la iglesia ya había terminado.

Después de todos los protocolos de las bodas, eso de saludar a los novios, escuchar los discursos y probar el menú que por suerte, había una opción vegetariana (dejé el pan con mantequilla), ahora es el momento de la fiesta.

Ahora mismo estábamos en la recepción y los recién casados están en medio de la pista sonriendo y bailando. Mamá estaba saludando a todas sus conocidas al lado de mi padre, que lo lleva de la mano.

Mis padres siempre han sido así, como si su etapa de luna de miel jamás se hubiera acabado. Cuando yo era más pequeño recuerdo divertirme viendo como bailaban en medio de nuestra pequeña sala en la casa que teníamos en Alemania.

Andy y yo nos quejamos cada vez que se besan, pero ya estamos acostumbrados. A ver, no son besos que no estén aptos para todo público. Papá y mamá no solo son cariñosos entre ellos con besos y abrazos sino que también con acciones. Papá le escribe cartas a mamá constantemente, le lleva flores y aún tienen citas como si fueran un par de adolescentes.

Fue lindo crecer con padres así, ellos me motivaron a soñar en encontrar a la persona correcta algún día. Quería creer que era posible para mí también, que no importaba la distancia o si hablabais idiomas diferentes, nos encontraríamos. Me gustaba la idea de crecer, conocer a alguien y casarme para formar una linda familia. Pensaba que desearlo era suficiente para obtenerlo.

Lo creí por un tiempo hasta que en la escuela cuando nos mudamos de Europa y llegamos al continente americano, las burlas empezaron y ninguna chica me veía como nada más que un fracasado. Las personas se burlaban por mi acento como si ese fuera un motivo para humillar a alguien.

Mis padres se hablaban entre ellos en español o inglés pero yo no hablaba muy bien esos idiomas, mi idioma para expresarme fue el alemán o el francés, incluso el noruego cuando hablaba con mamá o su familia. Mis padres no usaron inglés o español con nosotros, sus hijos, ellos nos hablaban en sus propios idiomas o en una mezcla de ellos, eso solo hizo que yo pudiera entender cinco idiomas pero no pudiera expresarme de la mejor manera.

Entonces llegué y las personas se burlaban, las chicas me llamaban "retrasado" o "estúpido" y yo traté de aguantar por mucho tiempo hasta el primer año de secundaria donde llegué llorando a casa y les rogué a mis padres que ya no me enviaran a ese lugar. Ellos aceptaron aun si eso significaba que me retrasaría un año. Pude ir a una academia para mejorar mi acento, descanse mentalmente de todo y volví a la secundaría aunque no sirvió de mucho pues las personas me recordaban y ahora tenían otro motivo para humillarme, el hecho que estaba repitiendo un grado.

Por suerte nos mudamos y entré a otra secundaria. Ahí las cosas fueron bastante tranquilas, no hice amigos pues no quería, había perdido mi confianza en mí y en los demás. Mi hermano no vivió nada de eso por suerte, no me hubiera gustado verlo sufrir algo como por lo que yo pasé.

Todo iba bien hasta mi tercer año, el año donde Jake entró a la secundaria y todo comenzó de nuevo.

Aunque hubo una pequeña diferencia, eso fue conocer a una chica que se tiró a la piscina. Dolly. El día que eso sucedió le hice pensar que no había visto cuando se lanzó a la piscina y voluntariamente quedó al fondo, pero si lo hice y tuve que ir a sacarla. Meses después admitió que lo hizo por una razón, una que no valía la pena en absoluto.

Por alguien que no era tan bueno como ella creía.

—Que hermoso vestido —Dolly me habla de la novia.

Asiento. —Supongo —Para ser honesto me gusta mucho más como se ve ella.

Ni la novia ni ninguna de sus invitadas se ve tan bien como ella. Dolly es naturalmente bella, aun si ella no lo quiere creer. Sé muy bien que Dolly ha pasado por muchas cosas y ha recuperado su autoestima pero aun considera a la persona que era antes, como "no-suficiente"

OTRA VEZWhere stories live. Discover now