Llaves olvidadas

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Enith Knight:
Cada viernes mis hermanos y yo ayudamos a mi papá en su tienda/escuela de música en Standford. La mayoría de las veces solo va uno de nosotros otras veces vamos los tres o solo dos. Esta vez solo fueron mis hermanos por lo que estaría sola en la casa, lo cual no seria un problema si no hubiera olvidado mis llaves.

Tenia dinero suficiente para comprarme algo en la tienda y sobrevivir hasta las siete de la noche.

Después de una hora termine sentada en el patio delantero de mi casa comiendo un hotdog y haciendo mi tarea bajo el sol. Decidí volver a checar si todas las ventanas estaban cerradas y tristemente lo estaban luego decidí tratar de abrir la puerta con una tarjeta de la escuela pero no pude.

— ¡Pads, déjame entrar! ¡Soy yo! -mi perro siguió ladrando desde el otro lado de la cerca.- ¡Mierda!

— no se si estés entrada pero los perros no abren puertas -me dijo una voz.-

Me giré molesta y vi a Sam.
— ¿Que quieres?

— Wow, tranquila... -dio un paso atrás y alzó las manos.- estoy buscando a Emmet, me prestó un disco -buscó en su mochila y saco el disco.-

— no me lo des. Aparte, Mett no está, está en Standford con mi papá y Kurt

Me miró y guardo otra vez el disco.
— ¿Me vas a seguir viendo feo o me vas a decir porque estás aquí afuera?

— me gusta comer comida dudosa en el patio de mi casa -dije sarcástica.- ¿Tu qué crees? Se me olvidaron las llaves.

— si quieres puedo hacerte compañía
-sugririó y se sentó en el pasto.-

— muy amable de tu parte -dije algo irritada.-

— son las cuatro de la tarde casi cinco y es viernes ya no es horario escolar puedes dejar de estar molesta

— no se si estés enterado pero quedarte afuera de tu casa y sin batería no es muy agradable

— solo digo que si sigues así te saldrán canas y arrugas en menos de un año

— si, ajá

Sam y yo nos quedamos en silencio por un rato hasta que sonó un trueno.

— párate. Nos vamos a mi casa - me dijo Sam tomando su mochila.-

— ¿Que?

— que nos vamos a mi casa. Va a empezar a llover y no tienes llaves -me quedé mirándolo.- rápido -se quejó.-

— ¡Está bien! Esta bien, ya voy. -tome mi mochila ay empecé a caminar en silencio junto a él.-

— aunque aveces me trates como mierda no voy a dejarte sola afuera en la lluvia -me dijo con paso apresurado.-

— ...gracias

Por alguna razón de la cual no estoy enterada me costó decirle eso a Sam.

La primer mitad del camino a casa de Sam fue tranquila, algo nublada pero tranquila. En cambio la otra mitad no tanto, empezó a llover bastante cuando aún nos faltaban bastantes cuadras.

Pasamos la reja y la valla de ladrillos y entramos al patio, cuando por fin Sam encontró sus llaves y abrió la puerta nuestra ropa prácticamente goteaba.

Ambos estábamos revisando que las cosas dentro de nuestras mochilas no estuvieran mojadas por haber usado las mochilas como paraguas cuando una chica bajó de las por las escaleras.

Era castaña, algo pelirroja creo, traía unos pans, una playera de manga larga de Nike y una sudadera.
— ¿Dónde estabas? -preguntó.- ¿Y quién es ella?

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