A escondidas

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Enith Knight:
Iba caminando por los pasillos de la escuela con mi amiga Lea, que me contaba sobre un problema que tuvo con el idiota de su ex. 

— yo digo que le des una patada en los huevos. -le sugerí-.

— yo digo que si.

— ¿que- -Emmet preguntó metiéndose en la conversación-.

— nada. -respondimos ambas-.

— Oliver y Sam vienen después de la escuela. -avisó mi hermano dándose la vuelta y caminando de espaldas-.

— ¿otra vez?

— seh. -dijo y se fue-.

— a mi me gusta tu hermano -me dijo lea mirándome fijamente a los ojos-.

— ya cállate. -me quejé-.

— cállame mejor.

— bueno. -respondí bromeando-.  ¿no quieres ir a mi casa después de la escuela?

— nah. 

— vete a la verga. -le respondí y sonó el timbre-.

— adiós. -Lea se despidió-.

— adiós.

Entré a mi ultima clase, está se acabó y me fui a mi casa. Al llegar busqué algunas sobras de comida en la estufa y el refrigerador, las calenté y comí. Después de comer decidí practicar un poco en la batería. Me dirigí hacia el garaje, me senté en el banquillo, tomé mis baquetas, mis audífonos y empecé a practicar canciones por no se cuanto tiempo. Cuando al fin decidí tomar un descanso me dirigí a la cocina por un vaso de agua. Salí del garaje y sentados en la sala pude ver a mi hermano y sus amigos.

— hasta que te callas. -dijo Mett concentrado en el juego en la televisión-.

— hola Enith .saludó Oliver-.

— hola Nith -me saludó Sam concentrado en vencer a Mett-.

— hola -respondí sirviendo me agua-. 

Después de unos cuantos vasos de agua decidí salir a jugar con Pads un rato. La perra negra y peluda saltaba movía la cola energéticamente mientras jugaba con ella aventándole su pelota o una rama de por ahí. Tiempo después  ambas estábamos cansadas, estaba sentada en el suelo, recargada en la pared y mientras que Pads recargaba su cabeza en mi muslo, ambas nos volvimos hacia la puerta del patio trasero cuando la oímos abrirse. Un castaño con camisa negra desabotonada salió.

— hey -me saludó-.

— hey -lo saludé de vuelta mientras se sentaba junto a mi-. ¿no estabas jugando?

Sam suspiró.
— si, pero también tengo que dejar a Oliver patearle el trasero a Mett. A parte quería decirte algo.

— ¿ah si? ¿qué?

— que te ves jodidamente bien tocando la batería -me dijo con un tono tranquilo-.

— ¿"bien" cómo?

— tu me entendiste. -me dijo con el mismo tono y me besó-.

El beso iba bastante bien hasta que Pads ladró y ambos nos separamos por miedo que le ladrara a Emmet.

— ¡Pads! 

— está bien. No la regañes, ella no tiene la culpa ¿verdad? -mi perrita empezó a mover la cola al ver que la defendían-.

— perro consentido. 

— ¿y si vamos al seven? -nos preguntó Emmet saliendo al patio trasero-. ¿Qué hacían?

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