Un rato

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Enith Knight:
Al día siguiente de que Sam y Oliver vinieran a la casa recibí una llamada de Sam.

«llamada entrante de: Sam »

— ¿Que se te ofrece? -respondí-.

¿Quieres venir un rato? -preguntó desde la otra línea-.

— pudiste mandar un mensaje.

quería escucharte.

— llego en 15.

— bien.

Me arreglé, cepillé un poco mi cabello y me despedí de mi papá.

— ¿A dónde vas?

— voy con Cyl.

— cuídate.

— si pá.

Salí de mi casa hacia la de Sam. Mientras caminaba, en mi cabeza se repetía la escena de ayer. Estaba feliz, sinceramente lo estaba.

Cuando llegué a la mansión y toque el timbre la hermana de Sam abrió, traía unos jeans y un suéter, en su muñeca colgaba una pulsera con la letra "S" Dudo mucho que quiera tanto a Sam.

— Enith ¿Verdad?

— si. -contesté-.

— Kristy.

— ¡Kristy! Cierto -le dediqué una sonrisa incomoda-.

—  pasa. -se hizo a un lado-. Si ves a mi mamá dile por favor que fui con Stace ¿Si? Gracias. -preguntó y se fue antes de que pudiera contestarle-.

— Ah... ya. -entré a la casa y me acerqué a las escaleras-. ¿SAM?

— se toca antes de entrar -me dijo asomándose por la escalera-.

— tu hermana me abrió.

— espérame abajo ¿Si? Gracias. -pidió del mismo modo que su hermana-.

— ¿te estás vistiendo? -pregunté divertida-.

— ...No. -se oyó un golpe seco en el suelo-. ¡Carajo!

Me reí ante la imagen de Sam tirado en el suelo tratando de ponerse los pantalones. Caminé hacia la sala y me senté en uno de los sillones. De algún rincón de la casa una niñita rubia con trenzas y una muñeca fácilmente embrujada apareció.

— ¿Eres la novia de Sam? -me preguntó-.

— ¿Cómo carajos me dijiste? -pregunté sorprendida-.

— la novia de Sam -respondió tranquila-.

— ¡ "novia de Sam" ! Soy Nith Knight, no soy su novia. Claro, a veces nos besamos... Pero no soy su novia.

—- aún. -dijo Sam entrando-.

— quiero ver que lo intentes.

— no me subestimes Nith.

— Alondra dice que pronto lo serán... -la niña sostenía a su muñeca cerca de su oído-.

— la muñeca sabe. .respondió el chico-. Vamos Nith. -Sam me tomó la mano y me alejó de la niña en la sala-. Perdón por Karen.

— ¿Es tu hermana?

— hermanastra, y si. Es....

— ¿Tétrica?

— yo iba por screamer. -contestó honesto y me reí-. Es enserio, aparece de la nada.

— ¿A dónde vamos?

— a mi cuarto.

Subimos las escaleras hasta el cuarto de Sam. La puerta tenia stikers y letreros probablemente hechos por el, las paredes eran de un gris azulado, en una de ellas ¿había una licuadora pintada con aerosol? Las paredes tenían posters de distintos tamaños, algunas fotos y en una esquina del cuarto estaba su bajo eléctrico negro con blanco. Sobre la silla del escritorio vi un montón de ropa y lo que parecía ser mi nueva sudadera.

— ¿Otra? -se quejó Sam-.

— tu mamá dijo que me prestaras una de Kristy, si tú me diste una tuya fue tu problema. -contesté mientras me ponía la sudadera-.

— mmh... Mira. -me dijo Sam sonriendo frente a mí-. ¿Quieres que ponga música?

— tienes gustos muy suaves. -le dije sentándome en su cama-.

— ¿Muy suaves? -preguntó ofendido-. ¿Le dices a Artic Monkeys suave?

— mh, algo. Se lo digo a los Beatles. -dije señalando al póster de la pared-.

— ¿Bueno y tú qué escuchas?

— ¿Para eso te di mi Spotify, no?

— Nith, los dos sabemos que nadie se sabe su Spotify. Solo era una excusa para que me dieras tu instagram. -Sam se con el mismo tono seductor de la enfermería-.

— ¿Y por qué no te metiste a los seguidores de Mett?

— lo pensé, pero sentí que me vería como un acosador.

— ¿Y si no te daba mi instagram en la clase? -traté de seguirle la corriente-.

— eso no iba a pasar. -me dijo y dejó un beso en mis labios-.

— ¡Sam, ya nos vamos! -se oyó la voz de un señor-.

El grito del hombre sacó a Sam de su mood y parecia algo alterado.

— ¡Okey Watson! -gritó hacia la puerta-.

— te cagaste. -me burlé-.

— cállate Nith.

— ¿Por qué hay una licuadora en tu pared? -pregunté con curiosidad-.

— ¿Haz visto los pequeños grafitis de licuadoras por la ciudad? Ese soy yo.

— están en toda la ciudad, Sam.

— yo estoy en toda la ciudad.

— okey. Si. Como quieras ¿Por qué licuadoras?

— no lo sé, hay gente que encuentra seguridad en su mascota, un youtuber, una persona... Yo lo encuentro en las licuadoras. -respondió Sam sin complicaciones-.

— estás bien pendejo.

[•••]

La tarde había pasado, habíamos hablado de tonterías, comimos, nos besamos un poco, tomamos helado, y ahora estábamos recostados en la cama se Sam en silencio, disfrutando de la presencia del otro.

-— ¿Nith? -me llamó Sam rompiendo el silencio-.

— ¿Mh? -respondí aún recargada en su pecho-.

— ¿Qué somos?

— no sé, pero sé que no quiero que seamos amigos con derechos. 

— no. Yo tampoco. -me quedé en silencio pensando-. ¿Y si lo dejamos sin términos? Por ahora -especificó rápidamente-. Si tú quieres.

— si. -suspiré-. Pero en algún punto le vamos a tener que decir a Mett.

— luego. -Sam se acomodó mejor y me abrazó por la cintura-.

— pocos huevos.

— algún día deberías acompañarme a pintar -sugirió Sam ignorando mi comentario por completo-.

— ¿sinceramente? No sabría que hacer

— podrías verme -lo miré mal-. ¡Piénsalo! Otras chicas van a ver a sus novios a partidos, tú podías verme pintar.

— cálmate Piccaso.

— podría pintar tu nombre atrás de la panadería de la esquina -bromeó Sam-.

— Enith. Así en grande -fingí que tenía una lata de aerosol en la mano y le seguí la broma-.

— ¡en rojo! -propuso siguiendo la broma-.

Ambos nos reímos.

— no, pero en serio deberías acompañarme, aunque no sepas que hacer. Está bien.

No volvimos a hablar, después de un tiempo ambos nos quedamos dormidos. Yo sobre el pecho de Sam y la mitad de su cuerpo mientras él me abrazaba por la cintura.

Hole
Yasta
Bye

Kinda CoolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora