.3. Soledad Siniestra.

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[Sonic]

Cuando creía que las cosas no podrían ponerse más extrañas. Al poco tiempo, una nube ocultó el poco claro de luna. Por lo que estaba más oscuro. Sentí como pequeñas oleadas de frío golpeaban mis  hombros. Amy iba detrás mío. Me rodeo con los brazos alrededor. Aunque Amy no parecía tener frío, bajo mi piel. No sé, supongo que ella no tenía tanto pelo como yo y era por eso.

—¿Tienes frío? —me preguntó.

Me sobresaltaba cada que usaba mi voz. 

—Sí, tu cuerpo es más fríolento que el mío...Amy tiene que haber alguien por aquí. No podemos estar solos.

Me detuve en la calle. Había autos pero ninguno en movimiento, y en el interior por lo que veía. No había nadie.

—Y si....—dije, puse las manos haciendo una «o» para gritar— ¿ALGUIEN AQUÍ? ¿HOLA?

La voz se hizo eco a lo lejos. Nada.

—¡HEEEEY! ¡AYUDAA!

Nuestras voces solo hicieron eco lejano. No le había tenido tanto miedo a la oscuridad como en este momento.

Levanté el guante de Amy para ver el reloj de mano. Pero este estaba detenido. Las manecillas marcaban las 12.

—El reloj no da la hora. —le di un golpe.

—¡Hey! ¡Vas a romperlo! Claro que dice la hora. Nunca se me ha averiado..

—Pues no da nada. Las manecillas están quietas

—Ya Sonic.

—Bien bien...Ah, joder que día... Teóricamente deberíamos estar a eso de la una de la tarde. Pero parece que no hay hora, en este momento. Solo estamos existiendo. ¿Y si nos quedamos así para siempre?

—No, no creo —ella nego con la cabeza— será mejor que sigamos caminado y buscar un refugio. Lo que no comprendo es como si...Fueramos fantasmas o algo así. Como una realidad independiente, dónde tenemos todos los recursos pero solo existimos tú y yo.

—Entremos a cualquier otra casa.

Avanzamos nuevamente por un callejón cualquiera, nos metimos a una casa ajena, todo estaba en orden. Y la mesa también había comida recién hecha.

Pero tampoco había nadie.

—Me da miedo probar bocado de esta mesa —señaló Amy— seguro nos pase algo más. Mejor iré a buscar comida a otra parte...Tengo hambre.

[Amy]

Salimos de esa casa, tomamos la decisión de ir a nuestras casas. Primero la mía y luego la de Sonic.

Teníamos que reaprovisionarnos antes de seguir tratando como salir de aquí. En momentos Sonic  adelantaba su paso, lo veía frustrado al ver que no podía hacer sus cosas de costumbre con mi cuerpo. Yo tenía mucho agilidad. Pero él no parecía saber cómo. Igual no quize sacar su supervelocidad, seguro que se molestaría. Y no deseo eso.

Me detuve y observé el paisaje. No me di cuenta cuando Sonic desapareció entre la oscuridad.

Me apresuré y corrí detrás de él.

Me detuve en cuanto escuché un ruido proveniente de un callejón, al lado de una tienda.

Sonic salió de una esquina con un plato lleno de donuts y comida.

—¿De dónde los has sacado?

—Los eh tomado de una casa que tenía la puerta abierta —dijo en tono culpable— pero les eh dejado unas monedas.

Rodee los ojos y puse los brazos en jarra.

—De todas formas todas las casas están vacías y tampoco hay nadie en la calle.

Después de comer, nos dimos por vencidos y nos metimos a la casa de Sonic. Dijo que quería descansar un rato. Al cabo también entendí que si no cerraba los ojos por un momento, me sentiría más abrumada. No quise eso.

—Te dejo mi cama. Dormiré en el sofá. Solo será un rato.

—Puedo dormir en cualquier parte —dije y me desparramé en el sofá en señal de que me iba a quedar ahí— vete a tu cama.

Abrió los ojos para después parpadear.

—Ah, ya sé —suspiré y me talle un ojo— mi cuerpo y eso. Solo no hagas nada raro, ¿Quieres?

No sé porque pero al decir eso, pude sentir vergüenza. Demaciada pena.

—¿Qué te hace pensar que quiero hacerle algo? —respondió con tono ofensivo—   ¡Nada que ver! Es que...Mira, solo quiero cerrar los ojos y descansar. No sé que hora es pero esto es malo, lo sé...y no hace falta que me lo hagas saber. Tú también, te encargo mi cuerpo —dijo para dirigirse a su habitación, no cerró la puerta.

Me quedé sola en la sala, la verdad que eran las pocas veces que había pisado su casa, y me resultaba hoy una de las ocasiones en las que me daba miedo. Por todo, el hecho de que estábamos solos.

Me quedé un rato ahí sentada, con la única luz de la sala encendida. Me sentí con miedo y me levanté para ir al cuarto de Sonic.

No lo pensé más, me fui directo a sentarme. Estaba de espaldas, se sobresaltó y me miró con los ojos bien abiertos.

—¡Creía que se me subió el muerto! No hagas eso —dijo para taparse con la frazada.

—Me da miedo la oscuridad. Voy a quedarme contigo si no te molesta.

No me respondió, pero me dió igual. Me quedé vacilando, y al final si me quite las zapatillas para recostarme.

Rechinó un poco al recostarme.

No sé en qué momento me giré para verlo. Ja, bueno. Básicamente mi propia espalda. Me pregunté...¿Qué se sentirá abrazarme a mi misma?

Así que me acerqué y lo abrazé.

—¡Oye, no me hagas de cucharita, en qué quedamos!

—Perdón.

×—×
.3. end. 🖇️❗

Juntos A Medianoche. Where stories live. Discover now