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Nota al final ***


— ¿Vas a salir?

— Si— respondí cortante.

—No me has pedido permiso hija.

—Dado a que nunca pasas en casa, no puedo hacerlo.

—Estuve ayer, pudiste habérmelo dicho.

Sin poder evitarlo azoté la puerta del anaquel superior.

 —Creo que ayer no fue un día adecuado.— le recordé y dado por el gesto que puso, pareció haber comprendido.

— ¿Por lo menos le has dicho a Inna?

—Como siempre; padre— acentué el título que tanto aclama sin merecer.

— Regresa a la hora del almuerzo— ordenó al mismo tiempo que cerraba su periódico.

— Hasta luego.

***

— ¿Estás mejor?

—Sí, gracias- hice un esfuerzo por sonreír para aliviar su preocupación, aunque ocasioné todo lo contrario al no lograrlo ya que en vez de una sonrisa resultó una mueca.

—No te creo.

—Estoy bien Nico, sólo que ayer fue un día de sorpresas y todavía estoy tratando de canalizar todo este asunto.


Puedo apostar que Mackenzie no se hubiera quedado callado si yo no tuviese la razón, pero esta vez la tenía.


—¿Ya desayunaste?- inquirió tratando de "romper el hielo" mientras caminábamos a través del pequeño parque del centro de la ciudad.


Ante su pregunta conteste afirmativamente, pero gracias al tambaleo de mi respuesta supo de inmediato que estaba mintiendo.

Insistió en llevarme a BlueStacks para desayunar, pero mantuve mi decisión de no ir.


Puesto que teníamos que hablar de todo este embrollo y tratar de buscar una solución, debo decir que esto es muy delicado para mí.


Además me he convertido en una llorona, así que estaba segura que por lo menos una lágrima rebelde se iba a escapar.

Y lo que menos quería es preocupar más a Leyla de lo que ya se encontraba desde que se enteró.


A regañadientes Nicolas se rindió; bueno no del todo debería decir, puesto que me obligó a sentarme en la banca a esperar mientras él conseguía un jugo de naranja.


La mañana estaba fría, el viento corría a su antojo y es en estos momentos en los que agradezco que Inna no me hubiese dejado salir sin antes ponerme un abrigo de lana.

— ¡Hey!— di un respingo al sentir humedad en mi nuca.


Nicolas se disculpó entre risas, retirando el vaso helado de mí.

—A veces eres tan idiota ¿sabías?


—Yo soy un amor— se defendió—toma.


Acepté el jugo dando un largo trago del refrescante líquido.


Boda a mis 15 "BAM 15"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora