Amor en el lago [kth + jjk]

013

Es triste saber cuando ya estás consciente de las cosas que hacer, enterarte de tu destino tan pequeña, y eso le ocurrió a la menor de las Kim. Jungmin y Hana eran inseparables de pequeñas, jugaban siempre, Jungmin a veces tomaba la corona de su madre y se la dejaba en la cabeza a Hana.

—¡Reina Hana! ¡La más bella reina de todas! —reía Jungmin haciendo reverencias a su pequeña hermanita, mientras que Hana tomaba la corona de su padre y se la entregaba a su hermana mayor.

—¡Rey Jungmin! ¡La más justa de todas! —ambas pequeñas jugaban con las coronas del rey y la reina de ese entonces.

Fue hasta cumplir los 7 años de edad por parte de Jungmin que la felicidad de Hana se terminó, cuando le dijeron a su hermana que por ser la mayor gobernaría el hermoso pueblo de Wasser junto a un muchacho muy bello. Jungmin en realidad no quería casarse, quería disfrutar y jugar con su hermanita, pero el destino a ambas le tenían algo diferente de lo pensado.

Así es como a una edad tan temprana, Jungmin se había convertido en una mujer inteligente, formal y serena. De igual forma Hana intentaba demostrar lo mismo para ser aceptada. Cuando Hana cumplió doce años descubrió algunos libros del reino y las reglas para gobernar.

"Si el rey y la reina tienen un hijo, este debe gobernar cuando ambos mueran o cuando el hijo o hija se case. Si los reyes tienen más de un hijo o hija, el mayor debe gobernar el reino, pero si el hijo mayor muere, entonces el siguiente hijo continuará con la gobernación (...)"

Kim Hana sabía lo que tenía que hacer para lograr su objetivo y claro, que nadie se interpusiera. Tanto odio en ella y en su corazón, solo tenía que idear el plan perfecto.

Fue así como pasaron los años, no quería que sus padres la vieran actuar de esa manera o si no la descubrirían y su plan de ser reina se iría al carajo. Sus padres enfermaron gravemente, primero se fue la reina Kim y luego su padre murió de tristeza al extrañar tanto a su amada esposa. Pero los reyes antes de irse ya habían planeado la boda de la hija mayor.

Era 1444 cuando Kim Jungmin se casó con Kim NamMoon, un hombre que a todo tiempo la respetó, su amor fue a primera vista, o eso creían los demás porque para ser verdad, NamMoon y JungMin se conocían desde mucho antes, estaban enamorados y al casarse podían demostrar su amor libremente y sin ocultarse, fue ese mismo año que nació Taehyung, un chico precioso que a todos encantaría.

Hana estaba furiosa, cómo había tenido un hijo tan rápido con el rey si apenas se conocían, había secretos que se tenían que mantener ocultos y Hana claro que guardaba un secreto, no solo quería ser reina, como lo había planeado, nadie se tenía que interponer en su camino.

Cuando llegaron a palacio la familia Jeon reclamando su puesto como gobernadores de Wasser, Hana los exilió del pueblo sin que Jungmin se enterase, si quedaba algún Jeon sería un obstáculo en su meta.

—¿Qué? —respondió Taehyung aún desde su silla viendo a su tía impactado por lo que le estaba diciendo sobre los Jeon.

Los antepasados de Jungmin y Hana en realidad habían robado el puesto de reyes en una guerra con los reyes Jeon, es algo confuso, pero básicamente los Jeon reclamaban su territorio por el estar en las tierras de Wasser desde el principio, fue cuando los Kim llegaron a Wasser para gobernar al ser sangre real, lo que no sabían es que en las tierras de Wasser ya existían reyes autoproclamados por el reino y no por sangre real, pero era así como comienza todo.

Kim Hana mandó a matar a toda persona con apellido Jeon sin que su hermana se enterara, mientras Jungmin seguía revolcándose con su esposo, mientras este iba muriendo poco a poco por un veneno, Hana tomaba el control para que nadie tomara lo que le pertenecía.

—Fue entonces que anoche cuando estaba pasando fuera de la cocina oí a mi querido sobrino decir que Jungkook es un Jeon más, un sobreviviente. Además de enfermizo, tiene ese apellido, una excusa muy buena para mandarlo a matar, todo gracias a tu pequeño descuido, príncipe Taehyung. —el nombrado palideció, tenía que mantener la calma, pero ¿y si Jungkook ya estaba muerto? —Y tú, joven Hoseok, la respuesta es esta, yo maté a tus padres para que tuvieras odio en Taehyung y así aceptaras mi oferta del futuro tan rápido como pudieras, y claro que los vi, tengo ojos por todas partes, o al menos en la mayoría de las partes, fue difícil encontrar la casa de Jungkook.

Todo había terminado, todo había salido como lo planeado para Hana, un plan de años y tan estratégicamente diseñado no podía fallar, ahora Jungkook estaba muerto por su culpa, él iba a morir, su madre seguramente ya está muerta igualmente, un corazón tan frío y tan horrible como el de su tía no tenía comparación alguna con el de Min Agust, porque claro que se acordaba de él, tal vez era una nueva vida del ser más vil que hubo en la historia.

Solo se quedó quieto cuando Hoseok le entregó un cuchillo en su espalda sin que Hana se diera cuenta, Tae lo miró con ojos expectantes y fue en ese entonces que con solo una mirada pudieron decirse todo.

Hoseok con una espada, con la misma espada con la que antes había apuñalado a Taehyung, se dirigió contra la hermana de la reina, a pesar de tener dos guardaespaldas a sus costados lo siguió intentando, pero solo había sido un momento de distracción para que Taehyung pudiera romper las cuerdas con el cuchillo, no era muy bueno en eso de cortar, al momento de cortar la soga se pasó a llevar haciendo un corte en su mano y brazo, no tan profundo, pero la manga de su camisa ya se estaba tiñendo de color rojo. Pero corrió, corrió en busca de ayuda, corrió tanto hasta cuando intentó abrir las puertas de palacio, estas se abrieron primero haciendo que se golpeara contra ellas. Se ocultó detrás de unas estatuas, no sabía quiénes eran, lo único que logró distinguir fue esa vestimenta de color gris y verde opaco.

—Jungkook... —murmuró al verlo, lo tenían amarrado y con una bolsa cubriéndole la cabeza, aún no era tarde, aún podía hacer algo, pero necesitaba ayuda.

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~Tsuki🌙