1

158 11 0
                                    

Darin

Maldita profesora, maldita tarea, maldita motocicleta que se le acabó el combustible, maldita universidad lejana, maldita alarma..., ¿por qué justo hoy?

Se supone que debería estar por llegar, pero no, aquí estoy, llevándola al taller más cercano que vi de camino.

Ya que, perdí la primera clase.

—¿Hola? —el lugar era una tienda de motocicletas, se veía genial, tenía muchas cosas y al parecer es nueva.

—¿En qué puedo ayudarte? —me giré ante la nueva presencia, encontrándome con un chico más alto que yo, ¿por qué crecen tanto?.

—Bueno, tuve un problema con mi motocicleta, no sé si puedes ayudarme.

—Claro, no tengo problema, ¿dónde está?

Lo guie para que la mirara, se quedó algo impresionado, bueno, me costó un ojo de la cara obtenerla, asiqué puedo decir que es como mi bebé.

Lo vi tratar de encenderla, y a la vez, revisaba el motor y algo más que a saber que era.

—Ya veo, ¿desde hace cuánto no la has revisado?

—¿Desde que me la dieron? no lo recuerdo.

—¿Y eso cuándo fue? —nuevamente traté de hacer memoria pero negué —bien, escucha, esto será largo, no te aseguro que será rápido arreglarla, tomará tiempo, ya que por lo que veo, hay algunas piezas que tardarán en llegar.

—Entiendo.

—En cuánto a la paga...

—No importa, sea cuál sea el precio te lo pagaré —interrumpí, sé que es alguien centrado en cuanto a su trabajo.

—De acuerdo, la llevaré a la parte de atrás para poder arreglarla.

El sólo me sonrió, y eso, causó algo nuevo en mí, era calmado, amable, apuesto, con trabajo..., señor celestial, ¿este es el hombre que tanto he pedido en mi vida? no me lo quites.

Ingresé de nuevo para verlo, extrañamente, tenía cierta aura atrayente, no sabía que era, pero, me interesaba.

—Bueno, puedes dejar tu contacto y llenar este formulario pequeño, todo para que sea legal.

—¿Cuál es tu nombre? —me atreví a peguntar, no podía llamarlo señor.

—Pues..., Shinichiro, Shinichiro Sano.

—Shinichiro... —susurré cada una de las letras en mi boca —soy Darin, Darin Tomaru, ¿te molesta si paso por la tarde? 

—Oh, no, claro que no...

Sonreí y anoté mi número de celular en un papelito para luego pegarle en el pecho, alcé mi mano comenzando a irme. 

No caminé mucho cuando escuché un pequeño grito, nada varonil.

Pero, podía adivinar un poco lo que sucedía.

Te amor alarma que no sonaste.

Pero, te odio universidad que estas tan lejos.

Shinichiro

Si alguien me hubiera dicho que conseguiría el número de una chica con sólo sonreír, hace mucho que lo hubiera hecho.

Sólo llegó, parecía frustrada, aunque no sabe nada de motocicletas, sabe manejarla.

Era la primera vez que veía a una chica casi tan alta, tal vez es un par de centímetros más baja que yo, no lo sabía, pero, su cabellera castaña justo a sus ojos verdes, era llamativa en alguna manera.

—Los piropos de Manjiro no harán falta —asentí para mi mismo.

—¿Por qué? 

Pero, olvidaba que la tienda estaba abierto, y mi mejor amigo entraba por ella.

—Wa-Wakasa, ¿qué tanto escuchaste?

—Un grito tuyo, nada varonil por cierto, y algo de piropos —reí por ello, era un desastre sin duda alguna.

—Bueno..., mira —le mostré el papelito junto a su nombre, el sólo me miraba algo sorprendido.

—Esto es..., inesperado, debió haber sido ciega.

—No, no lo creo.

—Te han rechazado 20 chicas Shinichiro, que alguien lo haga, no es normal.

Asentí sabiendo que tiene razón, aun así, sé que está mal ilusionarme, sólo que..., es la primera vez, y resultad algo..., gratificante, supongo.

¿Esto es lo que necesito en mi vida? Fui rechazado 20 veces, ¿por qué ahora viene alguien se interesaría por mí? es ilógico. 

¿Mamá me la mandaría? Ella debe estar igual de frustrada que yo.

Aun así, por la tarde, ella llegó sin falta, parecía querer matar a alguien, se le veía bastante frustrada.

—Ho-hola —saludé, ocasionando que salga de su ensoñación.

—Oh, Shinichiro..., ¿puedo llamarte por tu nombre? —asentí levemente —genial, puedes llamarme por el mío también.

—Ha, de acuerdo.

Me acerqué a su motocicleta empezando a revisarla, pero, ella también parecía ser muy curiosa, y tal vez, no sepa lo que significa espacio personal, pero ahora...

—¿Usas lentes?

—¿Uh? si, no los uso mucho porque se me caen, pero, son eficientes al momento de leer.

—Entiendo.

El resto la pasé entre aceite y miradas intensas por parte de ella, era..., alguien singular, sin duda alguna.

Pero, no podía quedarme todo el día aquí, también debía ir a otro lugar.

—Bueno, empieza hacerse tarde, tu presencia me es grata, Shinichiro, ten por seguro que pasaré a verte, bye bye.

—A-adiós.

Alcé mi mano mirando como se iba, como insultaba a una que otra persona, era una chica extraña, y algo ruda, no entraba en las características de alguien femenina, mi vida de pandillero no termina, seguirá incluso después de retirarme.

Y ella es la prueba.

Pero, la vi darse la vuelta un par de veces, o detener un poco su caminata.

Ella quería quedarse, ¿será por eso que se quedó? Tal vez, es otra cosa, quizá no tiene amigos, y por eso tiene esa confianza.


Tomaru- Shinichiro/Manjiro SanoWhere stories live. Discover now