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Darin

El rostro de frustración de Manjiro, dolía..., dolía mucho sin duda alguna.

Me alejé completamente de ellos, pero, a pesar de que empezaba a sanar, todavía no lo asimilaba. 

Asique al año, regresé, Manjiro se había puesto más apuesto, su cabello había crecido.

—¡¿Darin?!

—Me iré mañana en la mañana, asique, ¿quieres ir a comer?

—¡Sí!

Aunque claro, a él se sumó Draken-chan, se ve bien, eso me alegra mucho.

—Darin-san..., sé que tal vez no te guste lo que diré, pero..., Baji quiere hablar contigo, Kazutora está en prisión, aun así...

—Draken-chan —lo corté, sonriéndole —no es tan sencillo, aún estoy sanando, pero está bien, supongo que..., espero en mi próximo visita hable con Baji-chan, ¿de acuerdo? Por ahora..., no menciones el tema a Manjiro.

—Si...

Agradecí para luego cargar a Manjiro que se quedó dormido después de comer, una vez acerqué a Draken-chan cerca de su casa, seguí con mi camino.

—Darin-nee...

—¿Despertaste?

—Tengo hambre —reí un poco por ello.

—¿Quieres un dorayaki? Estamos cerca de un buen lugar.

—Por favor —negué por ello y seguí con mi camino —derroté a muchos chicos, ahora Toman está creciendo más.

—Eso es bueno, estas haciendo un gran trabajo Manjiro.

—A veces, siento que no puedo seguir.

—¿Pero...?

—Trato de recordar las palabras de Shinichiro, ¿cuándo despertará?

—Emma dijo que el médico daba buenos resultados, sólo es cuestión de tiempo Manjiro, puede hacerlo hoy, mañana, meses, años..., pero, el despertará, sólo hay que ser pacientes, ser mejores y ayudarlo para cuando lo haga, ¿de acuerdo?

—¡Sí!

Sonreí con ternura, su parentesco dejaba de ser al de Shinichiro. Pasar tiempo con el, me ayudaba de alguna manera a mantenerme tranquila, pero a la vez con muchos recuerdos...

Mi día con ellos hacía que las energías volvieran, verlos dormir conmigo, sus caras al comer algo diferente, sus rostros sonrientes..., amaba verlos así.

—Cariño..., es hora de irme, volveré, te amo, ¿de acuerdo? No te preocupes por los chicos, los estoy ayudando mucho, estarán bien.

Arreglé su habitación, dándole un poco más de luz y aire, para mirar su rostro pálido y su cabello desordenado.

Me gustaba demasiado, pero, duele mucho.

Despedirme de los chicos fue difícil, en especial de Manjiro, que se quedó parado mirando como me iba, hasta que lo perdí de vista.

Trataré, de mejorar, de curar para volver.

Manjiro

Ver a Darin-nee, dolía, sabía que se sentía mal, y lo que sucedió con Shinichiro la afectó considerablemente, y más..., al perder al bebé.

Quería un sobrino, quería jugar con él, Darin me había dicho que lo tendría, supe que me daría la noticia en mi cumpleaños, pero, nunca llegó.

—Vamos Manjiro, Emma nos espera en la casa.

—¿Te quedarás?

—Esta noche.

—¿Puedo dormir contigo? 

—Por supuesto.

Aunque lo haya aceptado, y se quedó con nosotros preparando algunas cosas, no dejó de lado nuestras presencias, hablaba animadamente de muchas cosas.

—Vamos, vamos, ve por tu manta Manjiro, igual tu Emma.

Corrí a mi habitación, tomando mi preciada manta, para ir con Darin-nee, al igual que Emma, mientras hablaban de muchas cosas, sin dejarme de lado.

—¿Están cómodos?

—Si.

Tal vez..., haya sido la mejor noche en mucho tiempo, pero, no estaría para siempre.

En la mañana empezaba a despertarnos para dejarnos en la escuela, llevándonos en su motocicleta, ignorando muchas cosas en el camino, era divertido.

—Que les vaya bien en su día, vendré a verlos, ¿de acuerdo?

Y así lo hizo, cuando salimos, vino por nosotros, llevándonos nuevamente a casa, dándonos algunos consejos en el camino.

La veía sonreírme, y tratarme con tanto cariño, que me hacía imposible no querer llamarla madre..., pero, sabía que no sería buena idea, a estas alturas, el bebé tendría algunos meses de nacido.

—Mikey.

—Kenchin, Darin..., se ve triste.

—Aun no supera lo sucedido, dale tiempo.

—Lose..., ha sido una gran persona, desde que la conocí, no ha parado de consentirme y mimarme, y ahora...

—Necesitas de ella.

—Sé que volverá.

La vi dejarme un último dorayaki, para luego abrazarme con fuerza e irse en el taxi, una vez más, dejándonos con muchos regalos, dinero, y su cariño hacía nosotros, empezaba a faltarme más de ella.

Aunque recuerde y ame a mi madre, ella llegó en el momento indicado ayudándome, me hizo aferrarme a ella.

La llamé madre dos veces, y no le incomodo que lo hiciera, se veía feliz, pero a la vez, se preocupaba mucho. 

Quería verla sonreír con alegría.

Emma

Darin-nee, estaba triste, me había ayudado mucho en este tiempo, no le importó dejar su trabajo para atender mis llamadas cuando no sabía que hacer.

—Vamos Emma, haremos algunas compras, y te enseñaré un par de cosillas.

Me consentía y enseñaba lo que era ser femenina, usar las cosas de mujeres.

Cuando mamá, murió, dejé de tener figura materna, pero, ella llegó, y me acogió como algo más a su familia, me sentí querida.

Las prendas eran a mi talla, pero también habían algunas cosas más grandes, y muchos paquetitos de algo que usaría después.

Se centraba tanto en ver lo que necesitaba.

—Mikey, la cena esta lista, Darin-nee la dejo hecha.

—Voy enseguida.

Mikey había sido quien sufrió más con el accidente del hermano Shinichiro, la muerte del bebe y la ida de Darin-nee, y aun así, es su visita, lo consintió mucho, se veía más tranquilo, hacía falta algunas palabras para que Mikey reaccione un poco.

Gracias Darin-nee.

Gracias por cuidarnos tanto.

Incluso, su comida sabía muy deliciosa, seguía teniendo ese toque que tanto me gustaba, y que tanto me esforzaba, y ella me daba sus secretos.

—Oh..., Darin volvió a dejar mucha comida.

—¿Volvió? —pregunté confusa.

—Ha estado enviando algunas cosas estos meses, ya la conoces, no pude negarme.

Ahora entendía porque no iba tanto a comprar la despensa, Mikey sólo miraba las cosas fijamente, sonreía, pero, estaba triste.

Suele pasar en la habitación del hermano Shinichiro, hablándole, y contándole lo que ha hecho.

Me preocupaba mucho por el.

Sigue siendo un gran hermano.

Y Darin-nee, sigue siendo la figura femenina que tanto necesita.

Tomaru- Shinichiro/Manjiro SanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora