Capítulo cinco

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—¿Qué haces aquí?

La mujer sentada en uno de los muebles tapizados, soltó una larga bocanada de aire. Era una morena, de contextura delgada. Tenía unos ojos almendrados, color avellana y el cabello lacio, color negro oscuro.

Llevaba puesto un vestido azul marino, con lentejuelas brillantes que llegaba a propósito hasta por encima de sus rodillas.

—Tranquilo, Damián.— La mujer hablo en un tono aburrido.

—No, Nicole, ¿Para qué entras a mi casa?

—¡Oh!— Exclamó con cierto asombro, al observar el tajo de euros entre los dedos de Damián, —Parece que encontraste el dinero.

—¿Es tuyo?

—Lo era.— Contestó Nicole con seriedad.

—¿Se lo diste a Gloria o ella te lo robó?— Preguntó Damián, sentándose en el otro mueble tapizado.

—Ambas, número uno se lo entregue para invertirlo en un supuesto negocio de zapatos— Hizo una pausa, para arreglar su cabello, al mover su cabello hacia atrás de sus orejas, se revelaron unos aretes de oro con pepitas de rubí muy llamativos y elegantes, —Número dos ella nunca cumplió con el contrato. La llame en muchas ocasiones a su teléfono, eso lo puede averiguar usted. Nunca me contestó, así que eso significa una cosa, me estafó.

—¿Cuánto tiempo llevas en la ciudad?— Preguntó Damián, ocultando el tajo de euros a sus espaldas.

—Tres meses— Vaciló unos segundos, —Sí, tres meses.

«Por favor, Gloria, tienes tres meses que no sales a ninguna parte»

Tres meses...

«¿Osea qué había alguien allá afuera asechando a tu hermana?»

Nicole subió una pierna sobre la otra, revelando un muslo moreno y provocativo.

—¿Habías estado siguiendo a mi hermana, para recuperar tu dinero?— Preguntó Damián, encendiendo un cigarrillo.

—Sí— Asintió con seguridad, —En estos últimos tres meses, he estado un par de veces rondando tu casa.

—¿Para qué, Nicole?— Damián se quedó pensativo, —Ya sé, ¿Para recuperar tu dinero?

—Correcto— Bajo la pierna, — Está no es la primera vez que entro a tu casa.

«¿Y entro a esta casa para matarla?»

Damián la observó. Había una chispa de desconfianza en su mirada.

«Sin embargo, ví la silueta de una mujer, al principio creía que se trataba de Celeste. La llame dos... No, tres veces por su nombre, pero ella no me respondió.»

—¿Cuándo fue la última vez que entraste?— Preguntó Damián, lleno de interés.

—El 31 de octubre, la noche de Halloween.

¡Boom!

Las alarmas en la mente de Damián Stone se encendieron al rojo vivo, al igual que el segundo cigarrillo en sus labios.

—Eras tú— Dijo Damián, señalando su pecho con su dedo índice.

Nicole formo una sonrisa.

—Eras esa sombra que Evelyn vio la noche...— Damián se quedó en silencio y en medio de esa nube de nicotina, dijo: —La mataste, tú subiste para matar a mi hermana.

Nicole hizo sonidos con la lengua, se movió con lentitud en el mueble tapizado. Con tranquilidad se arregló los aretes de oro y arreglo los mechones de su cabello negro oscuro que caían sobre su frente.

Celeste PGP2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora