Capítulo ocho

20 2 9
                                    

La asesina de Gloria Stone era inteligente y astuta. Sus acciones eran la demostración clara de que todo lo que planeaba salía a la perfección. Había nacido quizás con un nivel de estrategia demasiado alto, que la hacian sentirse superior a los demás y sobretodo insuperable.

Siempre sus planes salían mucho mejor de lo que ella esperaba, incluso sí, todo corría el riesgo de irse a la basura, la suerte caía de su lado.

Estaba sentada en la comodidad del mueble de su hogar. Tenía los brazos cruzados sobre su pecho, su mirada fría y rencorosa estaba fija en el color de la pared de la sala. Las paredes se habían vuelto su única cómplice, al menos para organizar sus actos criminales.

Con una sonrisa torcida, llena de satisfacción por sus obras maestras, recordaba cuando dos noches atrás había entrado con tanta meticulosidad y sigilosidad a la casa de los Stone. Como siempre lo había hecho, lo venía haciendo, y lo seguiría haciendo, al menos para encontrar lo que estaba buscando: Una respuesta.

Desde pequeña se había formulado y había estado buscando la respuesta a esa pregunta.

Y el único lugar para encontrarla era en la casa Stone.

“Tu hermana, Gloria, asesino a alguien”.

Su lengua rozaba la parte inferior de sus labios con lentitud, mientras sus dedos le daban toquecitos a los brazos del mueble, imitando quizás la melodía clásica de un concierto de piano. Se imaginaba cuál había sido la reacción del agente Damián Stone al leer la nota. Imaginaba la expresión de su cara, la mirada en sus ojos negros, la reacción que tuvo, lo qué hizo.

Esa nota le brindaba cierta ayuda, al menos en algunos aspectos de su plan, porque ya había soltado a la luz uno de los lados oscuros de Gloria: Asesinó a alguien.

Gloria Stone murió o mejor dicho fue asesinada, y se fue de este mundo haciendo creer a su hermano que era una santa paloma blanca; pero, no, en realidad era una bestia. Una bestia capaz de destruir todo a su paso, ella era como un viento arrebatador, derribaba todo a su paso y por su velocidad e invisibilidad podía escapar con facilidad.

27 de octubre, 2022.

Días antes del asesinato de Gloria Stone.

—Nunca vas a encontrar lo que estás buscando, loca.— Grito Gloria, parándose frente a ella. Los ojos grises tenían una mezcla de ira y cautela.

Ella echó su pierna hacia atrás y la impulso para adelante, estrellandola en la canilla derecha de Gloria, que al recibir el golpe, arqueo su espalda, dejando escapar un leve quejido de dolor.

—¡Mal nacida!— Exclamó Gloria, echando para atrás su brazo y estrellando sus dedos en sus mejilla izquierda, haciendo que sus cabellos cayeran al lado derecho de su cara.

Ella se acaricio la mejilla izquierda, que palpitaba en dolor, —Eres una asesina, ¿Por qué no te atreves a decirle a tu hermanito?

—Nunca, jamás.— Las palabras de Gloria salían con firmeza, trató de propinarle un segundo golpe. Pero, en el viaje de su puño en el aire en vez de encontrarse con su mejilla se encontró con su mano.

Sin dudarlo ni un segundo, apreto la mano de Gloria entre las suyas. La retorcía, amenazando con fracturarle el hueso de la muñeca. La mirada de ojos grises de Gloria, lucían suplicantes al sentir el riesgo de que en algún momento ella le iba a torcer la mano para quebrar el hueso.

—¿Y ahora?— Preguntó ella con cierta burla en su tono de voz. Al ver que Gloria se negaba a hablar, la atrajo hacia ella y le propinó un rodillazo en el estómago.

Celeste PGP2024Where stories live. Discover now