CAP 52

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Aadya

Termine de comer y Henry me llevo a conocer todo el pueblo, vimos varias cosas, cafetería, bares, librerías raras, pero lo que más me llamo la atención fue que en cada esquina habían personas haciendo magia, pero una en especial tenía más espectadores.

— ¿Quieres ir a ver?

— ¿Podemos?

— Por supuesto — dice soltando una pequeña risa. Nos acercamos a ver que hacían y como había bastante gente, Henry puso sus manos en mis hombros para que no me perdiera. Llegamos casi hasta el frente donde ya podía ver viendo como manipulaba los elementos una señora.

— ¡Woo! — dije riendo. Al ver qué saco fuego de sus manos lanzándolo hacia arriba y al momento de caer, saco agua de sus manos como si fuera lluvia, apagando el fuego y sin que le cayera encima, expandiendo las gotas de agua hacia los lados, mojándonos a nosotros.

— ¿Viste? — digo asombrada, ¿cómo es que puede sacar fuego y agua de sus manos?

— Si, pero — siento de nuevo sus manos en mis hombros, escuchando su respiración en mi oído — deberías de conocer el lugar donde viven las protectoras

— Las Protectoras

— Sí. La magia de ellas crece más cuando están en sus tierras sagradas. Todo es mágico, bello. Los árboles deslumbran con el sol y la luna, sus casas, sus escuelas. Todo lo que ellas tienen es hermoso.

— ¿Tú ya has estado ahí?

— Sí.  Por eso te estoy diciendo que esto no es nada con lo que hacen allá

— Increíble, espero un día poder conocer sus tierras.

— Lo harás. Un día a la mejor te secuestro y vamos, después de todo siempre andas en las casadas

— En eso tienes razón, pero me regresas.— digo y Henry ríe

— Ja, ja, ja no. Te quedarás allá en mi casa.

— Sí... No creo que sea correcto, aunque, cambiar de casa otra vez — susurro pensando.

Toda mi vida e ido de brazos en brazos. De los brazos de mi padre biológico pase a los brazos de mi padre William y de los brazos de él pase a los de Joel. Ni familia ni hogar tengo propio solo e ido de casa en casa buscando quien me ayude, y en el proceso solo he recibido maltrato y traición. Una manada que me desprecia, un hermano que me odia por lo que soy y luego que sigue, que me abandonen como un perro viendo como ellos son felices con su propia familia. Después de todo ni tiene ninguna obligación de cuidarme

— Aadya.

Lo mejor puede ser que me vaya de casa y aprenda a vivir por mí y no por ellos. Olvidarlos como ellos... lo han hecho.

Henry

Desde la primera vez que pude saber dónde se encontraba mi sobrino. Fui en seguida a la manada del Alfa Supremo. Y en el recorrido la noté, una niña que estaba en el río sola viendo a la nada.

Detuve mi camino porque no podía dejar que me viera entrar a la manada. Así que decidí observarla desde arriba de unos árboles hasta que se fuera. Sin embargo, me llamo tanto la atención porque solo recorría el lugar de pies a cabeza, subía y volvía a bajar la cascada hasta llegar de nuevo al río.

Me quedé todo el día observándola hasta que se hizo noche y se fue. Maldije ese día porque ya no podía entrar de noche a la manada, ya que en la noche ponen más seguridad que en el día.
Así fue como regrese al día siguiente volviendo a encontrarme con la misma niña. No sabía qué ocurría por su cabeza, pensaba en que era alguien que solo quería perder su tiempo, pero mi opinión cambio al verla llegar los siguientes días a la misma hora, se me hizo tan raro que nadie fuera a buscarla, que pensé que no tenía a dónde ir. Fue por eso que decidí presentarme frente a ella, además tenía planeado acercarme y utilizarla como señuelo para poder entrar desapercibido, pero al oír lo de su hermano me recordó tanto a Susan que si lo hubiera tenido enfrente lo hubiera matado. Traicionar, a quíen te tendió la mano, es de cobardes y es algo que odio. Si fuera por mí hace mucho hubiera matado a Susan por haberme arrebatado a hermana y mi sobrino, pero mi padre intervino y no me dejó hacerlo.

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Tiempo atrás

— ¡¡Cómo pudiste!! — llegué lleno de rabia al castillo, tomando a Susan por el cuello, estrellando su cuerpo contra la pared. Mi ropa estaba toda ensangrentada con la sangre de mi hermana.

— No..se..a-aque te re-fie-res — Pronunció con dificultad tratando de soltarse, pero era tanta mi iría que ni siquiera podía moverse

— Eres una traicionera — pronuncie serio aún ahorcándola — ¡Diste a tu familia en bandeja de plata! — la lance sobre el piso

— Fa-mi-lia — pronuncia con dificultad sonriendo tocándose su cuello — ¡Esa traidora me quitó todo!

— ¡Tú no tenías nada!

— ¡Sabía que lo amaba!

— 300 años — empecé a caminar hasta ella — y tú aún piensas que Ethan te hacía caso. No — La vuelvo a tomar del cuello — No te equivoques. Ethan, jamás te hubiera hecho caso. Eres una zorra, que no vale nada. — suelto escupiendo en su cara. — Y por lo que hiciste haré que te arrepientas cada día de tu insignificante y patética vida. — La empecé ahorcar tanto que empezó a batallar para que la soltara, pero mi padre entro justo cuando ya estaba por acabar con su vida

— Henry que haces

— Elimino a un insignificante gusano

— Pa-pa a-yudame

— Suelta a tu hermana y explícame que está pasando

— Yanet murió, Ethan igual y al BEBÉ no logré encontrarlo — dije poniendo más presión en su cuello — ¡Y todo por culpa de...

— ¡Fue el alfa! — grito interrumpiéndome

— ¿Qué has dicho? — mi padre se acerca rápido sacando a Susan de mi agarre — ¡¡Habla!!

— Él... les dijo a las brujas y ellas a los Vampiros

— ¡Es mentira! ¡Fuiste tú! — me acerco rápido, pero mi padre me detiene

— ¿Qué Vampiros fueron? — Volta a verme mi padre con odio.

— Los que no los aceptaban, ¿quién más?.
¡¡Te dije que los matarás!! ¡¡Y ahora la que murió fue Yanet!! ¡¡¿Qué va a hacer de su hijo si no lo encontramos?!! ¡¡Sabes tan solo, ¿qué querrán hacerle?!!   ¡¡Es un bebé!!

— ¡¡Cállate!! ¡Y mas te vale que estén muertos todos mañana! — ordena furioso alejándose — Y Susan — se detiene a verla — si descubro que tú fuiste cómplice, será mejor que huyas de aquí. Mientras tanto, Henry tienes prohibido matarla. — me ordeno mi padre y Susan dejo salir una pequeña sonrisa. Apreté mi mano con fuerza y cuando mi padre salió la estampe.

— No puedes matarme

— Eso no quita que te haga la vida imposible, así que ten cuidado, estás viva porque mi padre así lo quiso hoy, pero no dejaré que te salgas con la tuya. Haré todo por demostrar que fuiste tú.

— Inténtalo, hermanito. — Apuesto que ese niño ya debe haber muerto. — susurro cerca de mi oído y sin poder contenerme la estampé contra la pared con fuerza haciendo una grieta en la pared y salir de ahí rápido para encargarme de los demás que estuvieron involucrados.

El Deseo de la Luna Where stories live. Discover now